Prólogo

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Me llamo Nathan Spiegelman, tengo 17 años, soy un chico pelinegro de ojos marrón y piel realmente pálida. Mi vida es algo tediosa, no hay manera de que pueda tener control sobre ella. Vivo con mi hermana y mi madre, ya que mi padre falleció cuando yo era muy pequeño. Siempre he sido reprimido en la escuela por ser muy diferente, por no ser lo que nadie en ese infierno busca. Expresaba mis sentimientos por medio de dibujos y textos, solía plasmarlos en mis libretas mientras estaba en clases. Intentaba llevar mi vida de la mejor manera posible, todo parecía ir bien. Hasta que un día por la noche, una chica se coló por mi ventana.

Me encontraba en un ligero sueño que fue interrumpido por un sonido peculiar, era más o menos como el "tic-tac" del reloj. Me levanté de la cama y me quedé un rato en silencio observando a mi alrededor, volteé a ver atrás a mía. Había un pequeño destello verde bajo mis sábanas, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, ahora el sonido había aumentado la intensidad, algo iba muy mal. Una chica saltó de las sábanas, se avalanzó sobre mi debilucho cuerpo a du vez que murmuraba algo de que mi tiempo se había acabado, tantas emociones a la vez me tenían al borde de volverme loco. Noté que había un cuchillo en su mano, tenía claras intenciones de asesinarme sin motivo. Forcejeamos durante bastante tiempo, no quería perder mi vida, aunque todo fuera un desastre quería seguir. Después de mucho, logré quitarla de encima mía con un empujón que la hizo caer casi a un lado, me levanté lo más rápido que mi cuerpo me lo permitió para poder defenderme o huir. Leves rayos de la luz de la luna se colaban por debajo de la cortina de la ventana, la tenue luz a penas si me dejó ver como era mi atacante, tenía un reloj en vez de un ojo, una sonrisa extraña y cabello castaño. La chica, fastidiada volvió a incorporarse para golpearme hasta atontarme, sacó un pañuelo y me lo colocó en la cara cubriendo mi naríz y mi boca hasta adormecerme. Llegué a pensar que de verdad mi tiempo en la tierra había acabado, era increíble todo por lo que había pasado esa noche. Qué locura.

El Chico Y La Asesina Δ EDITANDO ΔDonde viven las historias. Descúbrelo ahora