Llegué a la cabaña. La puerta aún seguía abierta, así que entré y me apresuré a llevar a Clock hasta el sofá, en donde la recosté con cuidado de no lastimarla más. Estaba llena de sangre, estaba realmente nervioso. Traté de sanarla hasta donde mis conocimientos me dejaron, ella aún estaba consciente. Suspiré sin saber qué hacer, iba a irme a mi habitación para ver si hallaba algo, pero Clock me detuvo.
-Slenderman. -dijo con un hilo de voz, no entendía lo que quería decirme.- Al final del bosque, búscalo. Él podrá ayudarme.
-no tardaré. -respondí y sin pensarlo dos veces, salí corriendo de la cabaña.
Corrí como jamás lo había hecho en mi vida, ni yo mismo me creía capaz de lo que estaba haciendo en esos momentos. Llegué hasta donde Clock me había indicado luego de unos minutos, entré sin avisar a la única cabaña que había en lo más profundo del bosque. Dentro estaban dos chicos igual de peculiares que Clockwork, ambos se levantaron alarmados al verme, estaban listos para atacarme, pero antes de que se movieran, hablé.
-Necesito a Slenderman, Clockwork está en peligro. -dije aún agitado por el recorrido que hice, los chicos se quedaron quietos por un par de segundos.
Uno de ellos se fue de la habitación en la que estábamos, no sabía si me ayudarían o me dejarían con Clock en mal estado. Iba a irme devuelta, pero justo, un tipo enorme sin rostro y extremidades alargadas entró a la habitación.
-Vamos. -fue lo único que dijo.
Regresamos a la cabaña, en donde Slenderman curó a Clock por completo, solo necesitaría descansar un poco y se sentiría como nueva. Slenderman se fue sin añadir nada más, parecía tener más cosas en las que ocuparse. Una vez ya solos, Clock, en su delirio comenzó, a hablar.
-Hoy pude darme cuenta de lo mucho que me importas. -soltó de la nada- Me di cuenta de que inevitablemente llegué a desarrollar sentimientos por ti, y realmente me pone mal saber todo lo que te hice pasar en un solo día. Lo lamento, Nathan. -bajó la mirada.
-Y..Yo también siento que he logrado sentir algo más por ti, así que no debes disculparte, yo haría esto y más por ti. -respondí sin conocer de donde había salido aquello.
-Nathan, temo que en algún momento algo parecido vuelva a suceder. Así que, mientras eso no pase, quiero que estés junto a mi pero no como compañero.
-¿A qué te refieres? -cuestioné.
-Quiero que seas mi novio. -dijo firmemente y alzando la mirada hacia la mía.
No necesitaba pensarlo, ni siquiera conocía mis sentimientos hasta ese día, no podía perder la oportunidad ya que todo estaba claro.
-Entonces, lo seré. -contesté dedicándole una leve sonrisa.
Hablamos un poco más, Clock por primera vez estaba hablando conmigo de manera totalmente transparente, y eso me gustaba. Clock creía que yo también necesitaba un nombre diferente, algo con lo cual pudieran conocerme.
-Sanity Nathan. -propuso, no sonaba nada mal.
-Me gusta, ¿pero, por qué Sanity?
-Significa cordura, y eso lo que precisamente hoy dejaste de lado al intentar rescatarme. -respondió.
Acepté llamarme Sanity Nathan, creía que me queda perfecto. Hablamos sobre el cumpleaños de Clock, sin darnos cuenta, estábamos a un día de que sucediera. Acordamos pasar el día juntos para celebrarlo, cosa que nos parecía increíble.
Inevitablemente, volvió a surgir el tema de Jane y Jeff, quería saber si Clock pensaba vengarse de ellos dos si es que habían quedado con vida. Ella se negó, dijo que al menos por ahora quería estar tranquila y sin tener que pensar en eso. Me relajaba un poco saber eso, lo que menos quería era que estuviera metida en más líos.
Después de hablar, fui a tomar un baño. Estaba sucio por la sangre de Clock, mientras me duchaba aproveché para pensar un poco. Todo lo que había sucedido me parecía una locura, jamás me había imaginado que acabaría en algo así. Ese día había descubierto que quería estar siempre con Clock, no quería perderla, había una única manera de hacerlo, pero no estaba seguro de si era lo correcto.
Salí de la ducha y me dirigí a mi habitación para vestirme devuelta, mientras lo hacía, escuchaba como pequeñas piedras se chocaban contra mi ventana. Me asomé a ver de qué se trataba, era Nina quien me esperaba fuera, no sabía si abrir o no la ventana, podía ser otra trampa. Notó que estaba observandola, por lo que se acercó y con su misma mano tocó el cristal.
-déjame pasar, no haré nada. Lo juro. -dijo viéndome a la cara, se oía convincente, así que le hice caso.
Nina entró y se quedó unos segundos en silencio mientras organizaba sus palabras, soltó un suspiro y comenzó a hablar.
-¿Clock está bien? -cuestionó.
-Lo está. -contesté firmemente.- ¿por qué me engañaste, Nina?
-Me tenían amenazada, Nathan. No tenía otra opción, lo lamento en serio.
No podía creerle, no sabía si confiar en sus palabras estaba bien.
-si, si. Cómo sea. ¿Qué haces acá?
-Me encontré esto por ahí. -me tendió una bolsa de papel, dentro había una cajita.- ¿es un anillo?
-uhm, sí. Supuse que en algún momento de tu vida te serviría, ¿me equivoqué?
Negué con la cabeza, la observé detenidamente y sin pensarlo tanto, me acerqué a darle un abrazo como agradecimiento.
-¿está todo bien ahora? -preguntó mientras las cicatrices de su rostro se alzaban, lo que quería decir que estaba sonriendo.
-sí, está todo bien. -contesté.
-me alegro mucho, ahora solo tendrás que ver cómo usar eso. Espero sea fácil hallar el momento indicado.
-Supongo que lo será, gracias.
-Te lo debía. Debo irme ya, si necesitas algo, búscame. Suerte, Nathan. -finalizó y salió nuevamente por la ventana.
Estaba realmente feliz, quizá ya tenía una respuesta, el matrimonio era lo que nos mantendría unidos a Clock y a mi hasta donde la vida nos lo permitiera. Guardé el anillo debajo mi cama, no tenía otro lugar mejor. Me encontraba con un poco de hambre, así que salí en busca de algo para comer. Clock estaba también en la cocina comiendo un poco de cereal, me ofreció servirme un plato al verme, obviamente no me negué. Nos sentamos a comer y hablamos un poco más antes de irnos a la cama.
-¿ya estás mejor, Clock?
-uhm, un poco, sí. -contestó dejando su tazón a un lado.- puedo mantenerme de pie, es un avance.
-Supongo que sí.
Nos quedamos un rato en silencio, hasta que este se volvió a romper.
-Nathan, ¿no te gustaría tener un ojo como yo? Podría hacer que seamos iguales. -soltó de la nada.
-¿me quitarás un ojo y pondras un reloj en su lugar? -pregunté algo aturdido.
-Solo si tú quieres.
Lo consideré, no sonaba tan mal. Me gustaba mucho la idea de ser como ella, pero a la vez me aterraba. Durante unos minutos me quedé en silencio, estaba intentando pensar, hasta que por fin pude tomar una decisión.
-está bien, ponme el reloj.
-¿en serio? -dijo incrédula.
Asentí, me parecía una locura, pero por ella era capaz de hacer cualquier cosa. Clock me llevo al baño, en donde lenta y tortuosamente, enterró una navaja en mi ojo y se la ingenió para sacarlo de mi cuenca. Mi mejilla u el lavamanos estaban manchados por la sangre que salía en grandes cantidades del área ya mencionada, rápidamente Clock encajó el reloj en el espacio vacío, haciendo que este quedara en vez de mi ojo. En esos momentos estaba sintiendo un dolor infernal, quería morirme.
-¿Te gustó? -preguntó como si hubiese sido algo muy común.
No respondí, me gustaba, pero el dolor que me había provocado me estaba matando. Tuvieron que pasar algunas horas para que el malestar se calmara, una vez que eso había pasado, hablé con Clock.
-valió la pena, ahora somos iguales. -dije.
-así es. -contestó.
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El Chico Y La Asesina Δ EDITANDO Δ
RomanceUna asesina Un chico Un romance //No.69 en creepys 12/05/2018//♡ //No.47 en creepys 04/09/2018//♡ //No.40 en creepys 29/09/2018//♡