Capítulo 19.

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Ya era por la mañana, había vuelto al motel lo antes que pude y ni siquiera me molesté en cambiarme de ropa y me eché en la cama, y qué bien me vino, la verdad.

Me cambié de ropa con la idea de picar a la puerta de Dean y Sam para ver si habían descubierto algo interesante, pero antes de salir por la puerta, vi que mi móvil tenía una luz roja parpadeante, alguien me ha puesto un mensaje, qué extraño. Lo cogí y miré el mensaje, era de mi madre; "Cariño, tu padre y yo hemos estado hablando sobre la llamada, y hemos acordado en no enfadarnos, estamos de acuerdo con que estés embarazada, lo único es que queremos que nos presentes al padre". Yo es que flipo, escribí con ira un mensaje de respuesta y lo envié; "NO ESTOY EMBARAZADA, ERA UN AMIGA, NO VAIS A SER ABUELOS, ASÍ QUE TRANQUILOS. BUENOS DÍAS, OS QUIERO, UN BESO".

Y pensar que algún día llegaré a su edad... Una vez respondido el mensaje, salí de mi habitación y piqué a la de los dos hermanos. Sam me abrió al cabo de unos diez segundos, tenía el pelo revuelto, una camiseta y unos bóxers grises.

- Se me está empezando a hacer costumbre veros en ropa interior –dije en broma.

- Lo siento, es que acabo de despertar. Pasa.

Sam se hizo a un lado y yo entré. Lo primero que vi fue a Dean dormido encima del portátil de Sam, yo esbocé una ligera sonrisa, me acerqué a él y empecé a acariciarle la cabeza como si de un niño pequeño se tratase.

- Lleva toda la noche investigando, está cansado –me dijo Sam desde el baño, menos mal que no me está viendo.

- ¿Y al final encontrasteis algo? –dije con un tono moderado, tratando de no despertar a Dean pero que Sam me pudiese oír.

- No, por lo que nos contaste, nos planteamos que fuese algún monstruo multiforme, pero... una ex novia muerta y un padre destinado en quién sabe dónde, dudo que
el monstruo pudiese saber eso sin haberse convertido primero en ellos.

- Entonces sólo podemos hacer una cosa, ir a la mansión con todos los métodos mata monstruos que tengamos a disposición y rezar para que alguno funcione.

- Eso es un suicidio.

Sam salió del baño y yo quité mi mano del pelo de Dean.

- ¿Acaso tenemos otras opciones? Ya sabes cómo es la juventud, tú sigues siendo joven, la gente seguirá yendo a esa mansión y seguramente la mitad no llegue a salir de allí, hay que actuar rápido.

Sam se quedó pensativo mirando a un punto fijo de la pared que tenía a mis espaldas. Dean hizo un ruidito y movió la cabeza, qué mono. Un resoplido producido por Sam me sacó de ese pensamiento y me volví a centrar en él.

- Si la cosa se pone muy mala, nos iremos y lo haremos a mi modo, ¿de acuerdo?

- De acuerdo. Voy a coger mis cosas, dale los buenos días de mi parte al dormilón.

Acto seguido pasé mi mano por la espalda de Dean y salí de la habitación.

****

- Esto sigue sin hacerme gracia –dijo Dean por quinta vez- Deberíais de haberme consultado antes de decidir hacer esta locura.

- Lo hubiésemos hecho si no fuese porque estabas frito –dije.

- Llevaba toda la jodida noche leyendo libros con párrafos que no parecían tener fin y con la letra del tamaño de una pulga, además de dejarme las retinas en la pantalla de ese portátil, necesitaba un descanso.

- Ya lo has tenido, así que ahora a trabajar. En una hora o así se hará de noche, habrá que estar instalados para entonces.

Entramos en la mansión, el sol apenas entraba por las ventanas que había por culpa de toda la suciedad que debía haber en ellas, si ahora es así no me la quiero ni imaginar de noche... Di un paso dentro y mi mirada fue directa al piso de arriba, unido únicamente por unas escaleras pegadas a la pared de la izquierda, ya desde aquí se podía notar que arriba había aún más oscuridad que aquí abajo.

Mi Mejor Error (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora