Mi Mejor Error (Dean Winchester)

Capítulo 6.

Tras horas de carretera, paradas en bares de carretera, peleas por la música y reseñas de varias películas, por fin logramos llegar a Colorado. Bajé del coche y lo primero que hice fue estirar brazos y piernas mientras bostezaba. Dean y Sam empezaron a sacar sus bolsas del maletero y entrar a recepción, les seguí con paso lento hasta el hombre que atendía el motel.

- Dos habitaciones –dijo Dean- Una de dos camas y otra de una sola.

El hombre miró una libreta que tenía allí y escribió algo con un bolígrafo en él, luego sacó dos llaves con unos números de habitación y se las dio a Dean.

- Que tengan unas buenas vacaciones –dijo el hombre.

Dean se giró sin más pero Sam le dio las gracias por la amabilidad.

- ¿Tanto te cuesta tener un mínimo de amabilidad?

- Bastante, ya deberías saberlo.

Sam soltó un bufido. Subimos las escaleras del motel sin decir una palabra hasta el segundo piso, Dean nos guió como si hubiese estado aquí antes, aunque supongo que visto un motel vistos todos. Dean me tendió una llave y yo la agarré.

- Esa es tu habitación –dijo señalando una puerta a su derecha- La nuestra es esta –dijo señalando a su izquierda- Ordena tus cosas y ven a vernos.

Asentí y entré. La habitación del motel no estaba nada mal para tratarse de un motel, donde cabe esperar colchones con cucarachas, bombillas fundidas y cinta policial en el baño. Dejé mi bolsa encima de la cama y me senté al lado, abrí la bolsa y saqué algo de ropa para luego meterla en los cajones.

El móvil me empezó a sonar, esa seguramente sea mi madre, maldita gracia que me hace. Lo cogí y vi el nombre "Mamá" en la pantalla.

- ¿Sí, mamá?

- Allison, hija, ¿dónde estás? ¿Perdiste el bus para volver?

- No, mamá –me pasé la mano por el pelo y volví a sentarme en la cama. A ver cómo le explico yo esto- Me...he ido.

- ¿Ido? ¿Cómo ido?

- Sí, ido, ido. Estoy en Colorado.

- ¿¡Qué!? –me aparté el teléfono del oído por el grito de mi madre- ¿Pero qué demonios haces allí?

- Bueno, unos amigos me invitaron a una especie de excursión por el país y no pude rechazarlo.

Al otro lado del móvil sólo oía la respiración acelerada de mi madre hasta que la oí hablar con mi padre sobre el tema.

- ¿¡Cómo!? –gritó mi padre- ¡Allison Banks, vuelve inmediatamente a casa! –dijo enfadado.

- Ya, eh...va a ser que no –escuché perfectamente el bufido clásico de mi padre cuando está enfadado y le llevan lo contrario- No me seas agonías, papá. Estaré bien, volveré en unos días. Adiós, dale un beso a mamá de mi parte.

Corté la llamada antes de que mi padre empezase a gritar furibundo como solía hacer con su hermano a veces. Apoyé la espalda en el colchón y me estiré a lo largo.

****

Tras ordenar mis cosas y cambiarme de ropa, salí de la habitación y piqué a la de Dean y Sam. Sam abrió la puerta.

- Hola –Sam se hizo a un lado para que pasase y así hice- ¿Te has instalado bien?

- Sí. Sinceramente me esperaba algo más cutre.

- ¿Decepcionada? –preguntó divertido.

- Un poco –admití.

- No te preocupes, hay tiempo para acabar en un motel de mala muerte.