Enamorados

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"El otoño que arrasa con su viento mis esperanzas de amarte y mi promesa de seguir viviendo. Dejarte a las sombras al igual que las estrellas al perder su brillo, confundir tu carisma con hipocresía; el sufrimiento de amar sin ser amado y el valor profundo de estar enamorado. No vale tener cara de ángel porque al final no eres más que una simple alma del infierno. Te veré ahí Erika... Te veré pudriéndote por culpa de tu corrompido corazón y yo por terminar mi vida con este verso."
Esto era lo escrito en la carta. Por lo que leí en la carta, el chico estaba enamorado de alguna chica y literal se murió de amor, o más bien se suicidó; pero aún no comprendo el porqué de la caja musical... Terminé por quedarme dormida con tantas ideas en la cabeza.
Al siguiente día tenía que estar preparada para ir a la escuela, y así fue; Con todos mis hermanos uniformados incluyéndome nos dirigimos camino al colegio, al llegar fuimos la noticia de la semana, todos nos dirigíamos a nuestros respectivos salones.
-Buenos días a todos, soy Rena Larraga espero llevarme bien con ustedes.-dije la típica frase presentadora, a lo que todos aplaudieron. Me asignaron un lugar situado a tope de la pared derecha en el medio. Era obvio no traer los libros correspondientes a las clases.
-¡Oh cierto, no traes los libros! Aún no te los dan... No importa, tu compañero Kai compartirá contigo.-había mencionado la maestra; voltee a ver quien era aquel chico "Kai", supuse que era el niño asiático sentado a un lado de mí, me volteo a ver e hizo un signo de "amor y paz" con las manos; jalé mi butaca para ubicarla al lado de la suya y así no perderme de las notas que daba la maestra.
Las primeras clases habían terminado, para así empezar el receso; muchas chicas se acercaron a mi preguntando sobre mis gustos y mi anterior vida, todo iba bien hasta que me había dado cuenta que los almuerzos entre Dake y mío se habían intercambiado, al parecer él también se había dado cuenta pues su cara de asco al ver las rebanadas de cebolla en su plato lo decía todo, pero... También vi algo más interesante ¿recuerdan al chico que me había salvado? Pues él también estaba ahí, realmente se veía mayor para su estadía en ese salón; vestía con el uniforme aunque traer algo que reflejara el negro como sus pulseras y ese collar a tope enredando su cuello le hizo tener su propio estilo.
Creo que él tampoco me había visto pues sus ojos miraban hacia fuera de la ventana.
-¡Oye Dake! ¿Por qué nunca me presentaste a tu hermanita. Es tan tierna.-dijo uno de los compañeros de mi hermano.
-Nunca me presentó porque sabría que te rompería la cara al verte.- amenacé al mismo chico.
-¿nunca? Hombre, nos acabamos de conocer hoy, no te preocupes que aún tengo a la otra más pequeña, Dakota es más tierna que ella.- Al parecer atraje la atención del chico, mi salvador. Me dirigí a él poniendo una mano sobre su butaca.
-muy bien ¿podré saber el nombre de mi salvador de aquella noche?- pregunté.
-No pequeña.-contestó. ¡Qué mala racha! La campana había sonado para que todos volvieran a sus salones y siguieran las clases. No me creía que él estaba aquí. Aunque por otra parte el chico de mi clase, Kai no me había dirigido más que el "amor y paz" de ese rato, seguí estando junto a él sin dirigirnos palabra alguna.
Las clases de hoy habían terminado, al recoger mis cosas, un chico pelirrojo entró y se dirigió directo a mí.
-¡Hola!
-¿Yo? Ah... Este ¡hola!-me había puesto nerviosa por tan repentino saludo.
-Soy Jericó, Soy el presidente del consejo estudiantil. Es un gusto conocerte ¿quieres dar un paseo por la escuela?
-Preferiría ir en otro momen...- antes de que terminara la frase el me tomó de la mano y me llevó.
-La verdad no me interesa si quieres o no, tienes que venir.- Dijo con una sonrisa entre dientes al final, pero que franqueza...
Al parar, me di cuenta de que tres de mis hermanos habían sido traídos.
-¿Qué tal Larragas?-dijo el chico... Jericó.
-¡Solo apurate y déjanos ir, tengo una presentación a las cuatro!-dijo Dakota muy enojada, demasiado. Dakota siempre ha sido la pequeña hermanita tierna y linda, ha de haber tenido un mal día.
-Soy el encargado de mostrarles cada rincón de este instituto y explicarles algunas reglas.-dijo Jericó.

*Autor Pov's*
Jericó se pronuncia Yeriko.

*Jericó Pov's*
Ugh... Ser Presidente del consejo es en verdad agotador, tener que gastar mi tiempo en estos chicos nuevos, aunque para ser sincero, aquella chica... Rena Larraga, en verdad vale la pena hacer esto porque está ella.
-¡Oye maniático! ¿Qué esperas? Apúrate.- dijo uno de los hermanos.
Me encargué de explicarles los conceptos de lo que me fuera posible. Al finalizar algunos de los hermanos me agradecieron y se despidieron de mí.

*Kai Pov's*
Rena... Rena Larraga. Que lindo nombre, que lindo aroma, que linda manera de actuar. En verdad me gusta, ella es... Muy bonita.
Me ahogué en mis pensamientos mientras caminaba, al menos eso pasó hasta que escuché su cálida voz. Ella venía con muchos chicos y con una chica, será que ella es el tipo de chica que... ¡No puede ser! Se ve tan inocente para ser cierto.
-¡Hola Kai!- Ella venía hacia mí alzando uno de sus brazos.
-¿qué tal?-dije una vez que ella llegó.
-Muchas gracias por lo de hoy.
-No hay de qué.- aún me intrigaba porque esos chicos aún la esperaban.
-¿tu novio Rena?- uno de aquellos chicos vino hacia ella recargándose en uno de sus hombros.
-Un compañero del salón.
-Mucho gusto.- al menos me mantenía calmado que no fuera su novio.
-Él es mi hermano mayor, Charlie.-¡Que alivio! Con que su hermano.
-Todos ellos también lo son, saluden chicos.- ellos saludaban a lo lejos por lo que yo también tuve que hacerlo.-Bueno Kai, nos vemos mañana.
-Sí.- asentí. Al final vi como sus finas caderas se movían al compás de los latidos acelerados de mi corazón.

Lo que se llevó el viento de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora