Pie de limón

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(Por: Axel)


Los gritos de Vivian, Mayra y Ale seguían dando vueltas en mi cabeza y por mucho que estuviera decidido a ignorarlas, seguía pensando en eso.

¿De verdad odiaban todas esas cosas de mí? No soy un santo pero tampoco creo haber hecho nada que merezca un grupo de Facebook. Esas cosas arruinaban vidas y, como papá no se cansaba de repetirme, de internet no se borra nada. Su estudio había ganado juicios millonarios con la veracidad de esa frase.

Me puse a hacer la única cosa que podía hacer y que ayudaría a calmarme: cocinar. Aunque pueda parecer un arte nada apropiado para alguien lleno de ira (incluye cuchillos, fuego, aceite hirviendo, etc), el efecto era casi inmediato.

Elegí una receta que implicara todo el trabajo manual posible: batir, amasar, decorar con merengue, todo era bienvenido . Además, los postres ponen a cualquiera de buen humor (excepto a la gente con dietas estrictas y eso es solo porque se mueren de ganas de comerlos y no pueden).

Puse a calentar el horno, separé los ingredientes con cuidado y me dispuse a empezar.

Acababa de poner la masa a congelar unos minutos, cuando sonó el timbre.

—Estás cocinando —señaló Franco que ya se había acostumbrado a verme con delantal sin burlarse—.Ni siquiera son las cuatro de la tarde.

—Quería evitarles a Gina y mi papá ser tentados de nuevo —intenté bromear.

—Me enteré de que tuviste a tres chicas a punto de sacarte los ojos en la biblioteca —respondió en ese tono que usan los mejores amigos para decirte "olvídalo, te conozco, no me puedes engañar".

—Si vienes a decirme que me lo advertiste, te puedes ir a la mierda.

—¿Ese era tu brillante plan? ¿Que la escuela se entere que tus ex novias están planeando vengarse?

Dejé me siguiera hasta la cocina y empecé a batir las yemas, para poder descargar la energía negativa en algo.

—Ya te dije que tenía un plan mejor, que no incluía seducir a Abi.

—Digamos que te creo...

—Pensaba volver con Alessandra —confesé—, ella me lo debe. Solo tenía que ganarme su amistad un poco más y hablar hasta que aceptara intentarlo de nuevo. Cuando estuviera listo, le confesaba que Abi me prohibió tener citas por lo del libro.

—¿Y Alessandra convencería a Abi de cancelar tu prohibición de citas?

—Exacto. La mejor parte es que como Ale es su amiga, Abi no podría decir nada sobre el libro sin pelearse con ella.

Franco lo consideró un momento.

—Mierda, eres un maldito genio.

—Ya no importa. Después de lo que pasó hoy, se me quitaron las ganas de salir con Alessandra.

Para mi sorpresa, Franco no empezó a decirme que valía la pena porque estaba buenísima y que yo podía lograrlo.

—Bueno, necesitas un nuevo plan. Me dijeron que Vivian casi te pega una cachetada. ¿De verdad fue tan horrible?

—No entiendo nada. Estaba hablando con Abi y dije algo....

—Ah, claro, fuiste a verla —gruñó Franco como si eso lo explicara todo.

—Ya te dije que no intentaba nada con ella. El caso es que se veía terrible, quería preguntar si podía ayudar en algo pero se volvió loca. Me pidió que dejara de seducirla y cuando empecé a negarlo, no sé qué pasó. Creo que pisé una línea que no sabía que estaba ahí.

—¿Una línea?

—Me gritó algo de que los hombres siempre usan las mismas frases cliché.

—¿Abigail Lester sabe sobre frases cliché? —Se extrañó Franco.

—Si hubiera sido otra chica, mi hipótesis sería: su novio hizo algo y usó alguna de las frases cliché que dije, así que al escucharme, se acordó de eso y me odió.

—Que yo sepa, no ha tenido novio, al menos no en la escuela.

—¿Tal vez de otro lugar? —Sugerí poco convencido.

—Lo dudo, la mitad de las chicas de nuestro año apenas han tenido un novio y de ese grupo, conoces a varias. A veces creo que aceptan salir con nosotros solo para decir que no acabaron la secundaria sin haber sido besadas.

—También yo —admití de mala gana—. ¿Eso no te molesta un poco?

A mí me molestaba. Había sido el "primer beso" de doce chicas de nuestro año.

—No me voy a quejar de que las chicas se peleen por mis besos —declaró Franco.

—Se pelean por los míos, a ti te ven como un premio consuelo.

Empezamos a discutir sobre quién tenía un club de fans más grande y sentí que las cosas volvían a la normalidad. Era solo otra tarde con el idiota de mi mejor amigo, peleando por chicas sin darle mucha importancia al asunto.

Para cuando metí lo último del postre en el horno, Franco preguntó si podíamos empezar con las tareas.

—Claro, tienes que practicar los ejercicios, no puedes estar al borde de suspender Química este año.

—¿Desde cuando eres un buen amigo?

—Tienes que ir a la universidad, conseguir una carrera y un buen trabajo —expliqué—. Si todo falla, necesito alguien que me mantenga mientras yo cuido de la casa y horneo pastelitos.

Nos pasamos los siguientes cinco minutos tratando de no asfixiarnos con la risa.

Franco todavía tenía lágrimas en los ojos cuando papá y Gina llegaron.

—¿Huelo algo dulce? —Preguntó papá.

Gina había vuelto a los vestidos elegantes, que mostraban cada curva de su cuerpo y a Franco se le cortó la risa al instante.

—Estoy haciendo un pie de limón —anuncié—, debería estar listo en unos minutos.

Papá dejó a Gina poner una película y me dio las gracias en silencio.

Una hora después, Franco se fue, asegurándome que mantendría a cualquiera que pudiera hacer un mejor postre y que tenía que darle clases porque a las universitarias les gustan los chicos que cocinan. No le hice caso, siempre me pedía lo mismo pero era tan capaz de batir un huevo como Gina de usar una licuadora.

Subí a mi cuarto y entré a Facebook solo para comprobar que no hubieran cumplido la amenaza de abrirme un grupo. Enfrascado en mi búsqueda, apenas escuché sonar el timbre, por lo que salté cuando papá llamó a la puerta.

—¿Axel? Te busca una chica...

Por un segundo consideré pedirle que mintiera para librarme del asunto, pero finalmente decidí que era mejor hacerlo en persona.

Asentí y papá me dejó bajar delante de él. Si era Alessandra, tenía algunas frases para alejarla amablemente. Si era otra chica, pensaba decirle que estaba en medio de algo importante, como conocer a la que podría ser mi madrastra.

Esperaba a cualquiera, menos a quien me encontré parada en la puerta con una mirada curiosa

—Hola Axel —saludó Abi. 

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Hola a todos!!

No tengo mucho que decir. Mi selección (Perú) acaba de ser eliminada de la Copa América Centenario, el mejor arquero que ha tenido el equipo del que soy hincha (Aurich) se va a un club en México....en fin, ando un poco triste.

De todos modos, espero que les haya gustado el capi. 

¡Besos y calma!

Vale

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