-¿Qué haces aquí?- Le dije mirándole a los ojos.
-A ti que te parece..."niña".- Contestó Mónica riendo.
No puede ser, pensé. A John le había sobrado tiempo de contarle nuestro encuentro, y su manera de llamarme. Por lo visto Mónica no dudo en usarla a modo de burla.
-¿Quién te crees que eres para pegar a Blanca? Le dije cambiando de tema.
-Esa chica te va a traer problemas, te lo avisé en su día.- No hizo falta más que una subida de tono suya para que me dieran ganas de arrancarle la cabeza.
-Ah, ella me va a traer problemas pero tú me estás facilitando la vida ¿no? Le dije a punto de estallar.
-Mira Elisabeth escúchame bien, vuelve a acercarte a John y te juro que tu y tus amigos lo vais a pagar muy caro.- Dijo Mónica amenazante, y se marchó.
-Como toques a mis amigos la que se va a enterar eres tú imbécil.- Dije furiosa antes de que le diera tiempo a irse del todo.
Mónica se giró y comenzó a insultarme y agarrarme del brazo. Yo no iba a ser menos y me defendí. En ese momento llegaron Eric y Diego que habían salido para hablar de los problemas de este último y...
-Eric agarra a Mónica.- Dijo Diego nervioso.
Después de calmarnos, Mónica se fue, aunque con unos mechones de pelo menos.
-¿En qué estabas pensando? Dijeron mis amigos al unísono.
-...-Me limité a llorar, no podía más.
Eric me miró con cariño y Diego...parecía furioso. Eric comprendió que nos tenía que dejar solos y se marchó dandome un beso en la mejilla.
Hacía un buen día, pero yo estaba harta de que las cosas no me salieran bien y que no me compensaba estar feliz a ratos muy breves.
Diego y yo estábamos sentados en la acera, tan cerca y a la vez separados tan lejos por ese silencio desgarrador. Yo sólo quería abrazarlo y decirle que siento mucho lo que nos está pasando, que ha sido mi mejor amigo mucho tiempo y que lo quería y quería volver a esos viejos tiempos en los que reíamos sin parar. Pero algo había cambiado también en mí.
-Elisabeth...- Se limitó a decirme él. Y me miró compadecido.
-No hace falta que digas nada, ya me voy.- Contesté aguantando más lágrimas.
-No quiero verte llorar.
-Para no querer se te ha dado muy bien hacerme llorar estos días...- Dije rencorosa.
El miró al suelo y luego a mí. Yo lo miré a él. Cada vez eran menos centímetros los que nos separaban y mi corazón latía muy rápido. ¿Qué estaba pasando?
Ya eran milímetros los que había de su boca a la mía.
-Diego...-Dije alejándome un poco.
-Yo...Lo siento...
Ahí comprendí que no podíamos ser amigos. Que el amor había estropeado la unión de dos personas que se querían con locura y tenían una gran amistad. Pero...mis sentimientos estaban cambiando. Ya no veía al Diego que era antes, al que hace escasos días se había enfadado conmigo por haberme enamorado de otra persona, lo veía como una persona muy lejana a todo mi mundo y eso me reventaba por dentro.
-Diego yo te quiero pero...
-Elisabeth, no vuelvas a decirme nunca más que me quieres.- Dijo él mirándome fijamente mientras una lágrima le caía por el rostro.
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¿Y ahora qué?
Teen FictionY ahora qué hacemos, ahora donde quedan los recuerdos, ahora que camino tomamos, ahora...qué? Elisabeth. Ella y dos caminos. Desearía no haber entrado nunca en el instituto, desearía no haber respirado el mismo aire que John o Rodrigo, pero son las...