"Bésame, bésame, bésame".

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Katy.

Katy se encuentra despierta, acostada boca arriba en si cama individual mirando al techo. Observa las estrellas color negro que se encuentran pegadas en el. Suena su celular que se encuentra en una silla a lado de su cama. Desconecta el cargador color negro y observa quién es. Byron. Decide colgar y comenzar a alistarse para llegar temprano al colegio.
Abre el frasco. Saca una pastilla pequeña color rosa. Observa la hora. 6:30 a.m. Justo a tiempo. La introduce en su boca y toma el vaso de cristal de su escritorio y se la toma. Entra al baño de su habitación. Se mira en el espejo, se observa detenidamente, respira profundo y aparta la mirada.
Toma una ducha rápida, sale del baño y comienza a ponerse el uniforme escolar. Seca su cabello con una secadora color negro con detalles azules mientras lo peina al parejo con los dedos de la mano izquierda. Si no lo hacía, sería un desastre. Comienza a hacer el nudo de la corbata azul marino de su uniforme, observa el collar de amistad que ella y Luna comparten. Ella tiene la parte de "... Amigas", Luna la de "Mejores...". Sonríe bobamente mientras lo acaricia con su dedo índice y continúa arreglándose. Observa el tubo de labial color rosa que le había regalado Lola, se pregunta si debería usarlo. No lo hace. Nunca le ha gustado usar maquillaje como sus amigas, se siente extraña, incluso Byron se arregla más que ella. Toma los libros que había ocupado la noche anterior para hacer tarea y los guarda en su mochila azul.
Agarra su celular y abre la bandeja de mensajes nuevos. Ninguno que importe.
Había pasado dos días enteros llamándole a Luna, había faltado a la escuela todo ese tiempo y no sabia que le pasaba, tenía que contarle muchas cosas, por ejemplo, Jesus ya había quedado soltero y tal vez ahora puede tener una oportunidad con el ya que son compañeros de laboratorio. Estaba tan feliz por ella. En cambio, ella tenía como compañero a Jovy, que se la pasaba haciendo bromas todo el día, claro, es gracioso, pero no es lo suficientemente aplicado. Eso afecta. A veces se pregunta porque es tan serio cuando está con Isa y con los demás es todo lo contrario.
Deja el celular en su mochila y observa la hora de nuevo en su reloj de mano color negro. 6:45. Toma el frasco de pastillas azules, deja una en su mano y saca otra para ocuparla más tarde. Toma su vaso de agua y toma la pastilla.
Agarra su nuevo libro con una mano y con la otra toma la mochila y se dispone a salir de la habitación.
El último par de meses, Katy había sobrevivido leyendo como loca cada libro que se le ponía enfrente, la hacía sentir tranquila. Salió de su habitación y le tocó la puerta a Bárbara con el puño un par de veces. Recorre la casa vacía hasta llegar a la puerta principal. Sus padres salen a trabajar mucho antes de que ella despierte, casi no los ve y pasa la mayor parte del día sola en casa. Bárbara no sale. Regresa a la habitación de su hermana mayor y la habré de golpe. No está, mierda. Ahora tendrá que ir caminando a la escuela. Camina a la cocina por un frasco de cápsulas mitad blancas, mitad verde. Toma un par y guarda otro par para más tarde y lo deja en la barra donde lo encontró. Regresa a la puerta principal y sale.
Camina por la calle hasta llegar a la escuela, mientras cambiaba, pudo percatarse de que Nico, el chico nuevo y nuevo compañero de laboratorio de Byron caminaba enfrente de ella. Demonios. Se detuvo un par de segundos para que el ganara ventaja y así no tendría que alcanzarlo y tener que inventar una incómoda conversación hasta llegar al instituto.
Prosiguieron así un par de minutos más hasta que se le ocurrió voltear y se percató de que ella se encontraba caminando a sus espaldas. Katy esperaba que la ignorara y siguiera su camino, pero en cambio, se detuvo a  esperar que ella llegara a donde se encontraba él.
-Hola Kelly.- la saludo.
-Soy...Katy, no Kelly.- le respondió seriamente.
-Oh, lo siento, no era mi intención confundirte solo que... Soy malo con los nombres.- respondió agachando la mirada.
-No importa, yo tampoco sé el tuyo.- mintió.- Nunca me lo dijiste después de haberme tirado el primer día.-
-Lamento eso, no era mi intención.- le responde con voz apenada.
-Esta bien, no pasa nada.- responde ella sonriendo.
-¿Vives cerca de aquí?- le pregunta.
-A un par de cuadras.- exclamó.- ¿y tú?
-Rodeando la esquina.- le responde indicándole el camino con su mano.
Caminaron en silencio un para de minutos más.
-Y... ¿Hiciste la tarea?- preguntó Nico.
-¿Me preguntas por la tarea y aún no me dices tu nombre?.- responde ella.
-Oh, cierto, soy Nicolás, pero todos me dicen Nico.- le dice sonriendo, parecía nervioso.
-Y... ¿ya terminaste de integrarte? ¿Has hecho amigos?- le preguntó para hacer platica.
-Si, he estado hablando con este chico, Pablo, y una chava, Frida.- respondió.
-¿Te cae bien Frida?- preguntó sin poder ocultar su sorpresa ante la respuesta.
-¿Porqué? ¿No debería?- respondió.
-No, bueno... No sé. Depende. Bueno, es tu decisión.- exclamó.
-Byron me dijo en clase que no les agrada.- respondió. -Dice que es...-
-Muy zorra.- lo interrumpió.
-Si, eso..-
-¿No es evidente?- preguntó ella.
-No lo sé, yo no me fijo en eso...- respondió él con una risa nerviosa.
-Menos mal, creo que eres el único.- le dijo.
El resto del trayecto a la escuela fue en completo silencio. Nico parecía agradable... No estaba mal. Tal vez Byron tenía razón, tal vez si hay más chicos allá afuera.
Katy entró al salón de clases, estaba casi vacío, llevo su mochila a la banca donde siempre se sentaban. Sacó de ella el frasco de pastillas y una botella de agua que siempre carga con sigo. Sacó un par y se las tomó.
-¿Tan temprano y ya dopándote?- escucho decir a Emma que se encontraba atrás de ella parada junto con CeCe, la chica con la que apenas habían comenzado a salir.
-Ya sabes mi rutina, la de los nervios, la del stress, la de los mareos, las vitaminas, los supone lentos los...-
-De acuerdo, de acuerdo, lo entiendo.- la interrumpió mientras ella y CeCe reían.- Alguna de esas nos haría el mismo efecto que un éxtasis? Porque no he podido conseguir para la fiesta de esta noche.- Preguntó Emma.
-No lo creo, no siento nada. ¿cuál fiesta?- preguntó. Por lo que sabía, no habría fiestas hasta Halloween en la fiesta anual de Byron.
-Lola y yo estamos organizando una pequeña reunión en la noche para animar a Luna.- le respondió.
-¿Luna? ¿Han hablado con ella? ¿Dónde ha estado?- preguntó sorprendida.
-Si, ¿tú no? Solo sabemos que está deprimida y la iremos a animar.- Dijo Emma.
Podía observar cómo su mano y la de CeCe rozaban los dedos índices jugando con sus uñas.
-¿Y Jay?- Le preguntó.
-Ah... Por ahí.- respondió evadiendo el tema.- Vamos.- le dijo a CeCe mientras le agarraba la mano y la sacaba del salón. Ahí había algo raro.
Emma siempre había decidido mantener su relación con Jay fuera de los comentarios de todos, así sería madura y duradera según sus ideales. Hacían una linda pareja. Katy se preguntaba si algún día tendrá algo como eso o como lo de Jovy e Isa. Se sienta a esperar que aparezca Luna. Nada.
Minutos después entra Byron y se acerca a abrazarla.
-¿Cómo estas?- le pregunta.
-Preocupada. ¿Has sabido algo de Luna?-. Le dice. -La última vez que la vi fue el día que se salió de la escuela y de ahí ya no supe nada más de ella.
-No, tampoco sé nada.- responde él acariciando su cabello. -De seguro es otro de sus problemas, no te preocupes.-
Las clases transcurrieron normal. Era la hora de salir a desayunar, normalmente, Katy nunca comía nada en la escuela, en lo absoluto. Sus amigos fueron a comprar comida mientras ella caminaba al árbol de las estrellas, el lugar donde comían todos los días. Al llegar, pudo percatarse de que César estaba ahí tomando fotos con una cámara profesional color negro. Parecía muy concentrado, jamás lo había visto tomar fotos a otra cosa que no fuera su novia.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó.
-¿Puedes guardar un secreto?- le respondió.
-No tienes ni idea.- le respondió ella, sarcásticamente.
-Bueno, estoy en un concurso de fotografía. Mi tema es algo que me inspire y... Este árbol inspira a todos, así que vine aquí.- le respondió mientras continuaba haciendo su trabajo.
-Jamás pensé que César el Messi tocara algo que no fuera un balón de futbol. Estoy sorprendida.- respondió, de nuevo siendo sarcástica.
-Ja Ja. No te burles, hay muchas cosas que no sabes sobre mi.- le respondió volteándola a ver.
- Por cierto, ¿y tú pandilla?-Le preguntó.
-Están comprando comida. ¿porqué?- respondió ella.
-Porque nunca se les ve separados. Me
Sorprende que Luna haya faltado tantos días, ¿por fin fue vetada del club?- preguntó ahora usando el tono sarcástico de Katy.
-Ja Ja. No, no se ha sentido bien.- le respondió. -Tal vez deberías volver luego, mis amigos no tardan en llegar y...
-...¿Y?- exclamó intentando que terminara su frase.
-Y Byron estar aquí, así que...-
-Si, lo entiendo. Es mejor que me vaya.- le dijo.-Nos vemos luego.- se despidió guiñándole el ojo. Llevaba en su mano derecha su cámara. Se veía tan guapo. Ella solo podía pensar en qué tal vez Byron tenía razón, tal vez había más chicos allá afuera.
-Él no es para ti, Katy, no es para ti.- se repetía una y otra vez a sí misma.

Árbol de las estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora