"Luna-tica".

115 7 4
                                    

Luna.
Suena el despertador, Luna estira su mano derecha hasta la mesita de noche que está a lado de su cama para apagarlo. No lo alcanza, mierda, se tiene que levantar.
Se para de la cama, apaga el despertador, se aproxima al baño de su casa, se mira al espejo. Observa todo su rizado cabello revuelto en lo que parecía ser un nido color cobre oscuro. Lo toca un poco pensado si en algún momento saldrá algo vivo de ahí.
Toma una ducha rápida, sale del baño con una toalla envuelta desde arriba del pecho hasta las piernas y otra más envolviendo su cabello. En cuanto abre la puerta de su habitación, se encuentra con su hermano agachado en la cama, salta al oír la puerta abrirse.
-¿Qué diablos haces aquí?- Le preguntó molesta.
-Na..Nada- contestó nervioso, parecía estar escondiendo algo en la cama.
-Muévete, perra.- le dijo, empujándolo de lado hasta hacer que se estampara con el piso. Pudo notar que el cajón de alado de su cama estaba entreabierto y su ropa interior estaba revuelta. Había un brassiere azul en el lugar donde él se encontraba y a lado, una bolsita de polvo, parecía cocaína, Luna la observo por todos lados, en la parte de atrás, tenía escrito "pica pica" con tinta negra. Dejo la bolsa y el bra en la cama y se volteó hacia el.
-¡Maldito bastardo! Grita furiosa mientras le da patadas sin parar a lo largo de todo su cuerpo que se encontraba tumbado en el piso como costal. Tomó la bolsa de polvo de la cama, y sin dejar de patearlo, lo vierte en el suéter color azul de su hermano, idéntico al de ella. Otro inmaduro más de nuevo ingreso. Alberto comenzó a brincar y a rascarse por todos lados con desesperación.
-Eres una hija de perra- le dijo él, molesto.
-Para tu mala suerte, es la misma, Alberto- Dijo su madre que se encontraba parada en la puerta observando la escena, vestida en un impecable conjunto de pantalón y saco color negro, y una blusa blanca, en un alto par de tacones negros. Se parecía mucho a Luna, más de lo que quería admitir.
-Luna, por favor, vístete, tu padre te está esperando-. Le dijo.- Y tú, largo de aquí- dijo dirigiéndose a Alberto.
Él y su madre salieron de la habitación de Luna. Se dispuso a sacar su uniforme, lo extendió en la cama y se retiró las toallas tanto de la cabeza como del cuerpo. Se pone su ropa interior color rojo. Después la falda, la blusa y las calcetas. Se pone sus botas negras y las amarra. Observa la corbata, todas las mañanas es una batalla imposible para ella el tener que hacer el nudo de la corbata. Decide esperar a llegar a la escuela y dejar que Byron se encargue. Se acerca al tocador, saca el tubo de máscara de pestañas de su bolso negro. Se aplica una capa en ambos ojos. Seguido de eso, se aplica delineador negro en lápiz en el párpado inferior de ambos ojos. Se aplica un poco de rubor claro y se pone una capa de labial color ámbar rosa, le encantaba ese color. Observa por el espejo, el collar que le dio Katy, un collar en forma de corazón que decía "Mejores..." El de Katy decía "...Amigas" con el que habían jurado amistad eterna. Lo acaricio recordando el momento en el que se lo dio.
Se aplica una capa más de máscara para pestañas. Se peina haciendo un sencillo crepé y lo abrocho de la parte de atrás con pasadores y un broche en forma de mariposa color negro.
Tomó su celular y lo coloco dentro de su mochila y salió de la habitación, baja las escaleras de la casa y llega al pasillo principal donde su padre estaba sentado en la sala leyendo el periódico esperándola, su hermano ya debía de estar en el carro, como todas las mañanas.
Durante el trayecto, revisaba su mochila para fijarse que nada le faltara, sintió una caja pequeña de cigarros de cereza, le encantaban esos cigarros. Cuando eran más pequeños, Lola, Byron y ella solían ir a un parque cerca de su casa a fumar de esos cigarros. Ahora a ellos les gustaban los naturales, solo a ella le gustaban los saborizados. Recordaba a Byron llevando siempre algo nuevo a cada fiesta en lo que ellos llamaban "el estuche de monerias". Un pequeño estuche negro, donde Byron guardaba toda clase de drogas nuevas para probarlas así como condones, marihuana, entre otras cosas.
Llega a a escuela temprano. Al entrar, encuentra a Emma y a Katy sentadas en el escritorio de los profesores viendo un video en el teléfono de Emma, reían a carcajadas. Ella dejó su mochila y volteó a ver al resto del grupo. La chica nueva la miraba con cara perdida.
Estaba sentada con una revista entre las manos pero no leía nada, solo la observaba sin hacer gesto alguno. Aún no sabía su nombre exactamente, pero creía haber escuchado a Moy decirle Cecilia.
Como vio que sus dos amigas estaban entretenidas, decidió acercarse a saludarla.
-¿Qué pasa? Novata, ¿todo bien? ¿Te agrada Sunwood?- le preguntó.
-Eso creo, me estoy acostumbrando.- le respondió.
-¿Y porque nos miras tanto?- le preguntó.
-No, no es así, es solo que... No sé... Pensé.... Es que.... Lo siento, no era mi intención incomodar-. Le dice a Luna.
-Estoy jugando, no te tomes nada en serio aquí, nadie lo hace.- responde.
Luna acerca su mano y la pasa por el cabello rizado color negro de la chica nueva.
-Me agradas, no se los otros pero deberías desayunar con nosotros. Sé que estarán de acuerdo... Nos gusta conocer gente nueva-. Le dijo invitándola.
-Lo pensaré.- le dice, haciéndose interesante.
-De acuerdo- contestó Luna alejándose de ahí; se detuvo y volvió la mirada.- Por cierto, soy Luna-. Le dijo.
-Lo sé, soy CeCe-. Le respondió.
Llego la hora de entrar al laboratorio y la nueva profesora decidió acomodar a cada alumno con un compañero de laboratorio. De mujeres, solo quedaba ella, Frida la zorra y sus amigas. De ahí quedaban puros muchachos, entre ellos, Jesús, el amor de su vida desde el kínder, el chico del que había estado enamorada desde entonces.
-Monte Mayor.- dijo la profesora acomodando sus lentes.
-Soy yo- Dijo Luna alzando la mano.
-Allá atrás.- le dijo señalándole la mesa compartida de hasta el final del laboratorio. -Muy bien... Estarás con... Espinoza-. Le dijo.
-¡Mierda!-Contestó ella sin poder contener su entusiasmo.
-¡Le voy a pedir que cuide su vocabulario, señorita, a menos que quiera salir reprobada de mi clase!- le advirtió Miss Dani furiosa.
-Lo siento Miss, fue sin querer.- contestó Luna apenada.
Espinoza era el apellido de Jesus, ahora, su compañero de laboratorio para química. Por fin podría hablar con él.
Llevó su mochila a su bueno asiento en la mesa compartida, Jesús se sentó a lado de ella.
-Que hay, Luna-tica.- le dijo Jesus haciéndola reír.
-Hola-. Le dijo ella algo nerviosa.
A su lado derecho se encontraba Byron, que de compañero tenía al chico nuevo, Nico. Atrás de ellos estaba Emma con CeCe. Ambos estaban sorprendidos con la escena. Byron hizo una mueca con su lengua y su mejilla fingiendo hacerle sexo oral alguien para hacer reír a Emma y a ella.
Luna desvió la mirada de ahí y volvió a ver a mesa.
De repente Jovy entra al salón agitado.
-Lo siento Miss Dani, llego tarde.-le dice él, apenado.
- Joven De La Vega... Parece que tendrá que estar en detención por retardos por qué si no mal recuerdo, no es su primera vez, según el expediente.-
Dice ella.
-No sería mi primera vez pero podemos hacer como que la es si eso es lo que quiere.- le dice en tono de burla, tratando de hacer una broma sexual.
Todos se ríen ante el comentario.
-Tome asiento por favor, joven-.respondió Miss Dani sin poder evitar reírse por la broma.

Árbol de las estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora