"Gay, hasta que se demuestre lo contrario".

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CeCe y Emma.

No sabía cuánto tiempo había pasado. Probablemente unas cuantas horas, habían parecido eternas.
Ahí el tiempo se perdía desde el momento en el que apagan la luz, de repente todo se torna gris, no tiene sentido el resistirte, no tiene sentido nada.

CeCe estaba sentada en un escritorio de madera color café, sus manos estaban justo en frente de ella entrelazadas, llevaba puestas las esposas metálicas que le cortaban la circulación, observaba su esmalte negro desgastado en las uñas, había estado quitándoselo todo el tiempo que llevaban ahí mientras las mordía. Su blusa de la escuela estaba desabrochada de los botones de arriba, tenía el suéter amarrado en la cintura y había dejado la corbata. Su blusa blanca ahora tenía manchas de polvo por todos lados. Tenía miedo, no lo parecía pero así era. El hombre que estaba sentado enfrente de ella, cruzando la mesa, vestía un traje color negro, camisa blanca y corbata azul marino. Llevaba la barba de candado del color de su cabello, café oscuro. No tendría más de 30 años. CeCe se había mantenido callada el tiempo que había permanecido ahí, no podía decir nada, eso habían acordado al llegar.
-Cecilia, ¿no es así?- le preguntó con voz ronca. No obtuvo respuesta.
Ella le evitaba la mirada, solamente veía sus manos, llenas de polvo que había en la celda donde se encontraban sus amigos...
-¿Podría contarme su versión de los hechos?-le dijo de nuevo sin tener respuesta.-Cecilia, necesito que coopere por favor.- le pidió.
-Soy CeCe.- le respondió en voz baja.
-¿Perdón?- le preguntó.
-Dígame CeCe, no Cecilia.- le respondió.
-Bueno, CeCe, cuéntame qué pasó el día sábado.- le pidió amablemente levantándose para caminar por el cuarto. Las paredes eran de color blanco a excepción de la que se encontraba atrás de ella, era como un espejo. Es la ventana por la cual observan a los internos desde afuera sin que se den cuenta.
-El sábado... Fuimos a acampar a la playa..-
-Antes de eso.- la interrumpió.
-Katy pasó por cada uno de nosotros, fuimos a comprar comida y... De ahí nos fuimos a la playa.- mintió.
-¿Esta segura que es lo que pasó?- le preguntó.
-Si, eso pasó, en la playa asamos bombones y estuvimos platicando sobre lo divertido que sería el último año, después de eso nos fuimos a dormir.- le respondió.
-Si, eso es lo que he odio de todos y cada uno de sus amigos, casi como si lo hubieran ensayado.- le respondió serio.
-Eso fue lo que pasó.- le respondió CeCe.
-¿Usted conoce a la señorita Frida?-le preguntó.
-Si, estudio con ella.-respondió.
-¿Cómo era su relación con ella?.- le pregunta.
-No la había, nunca he hablado con ella.- le dijo.
-¿Y la de su amiga Lola?- le preguntó.- Tengo entendido que ella y Frida antes eran amigas.-
-No sabría decirle, si fue así, nunca me entere. Conocí a Lola hace menos de 6 meses.- le respondió.
-¿Podría decirme porque aparece usted en este video a la hora que, según usted y sus amigos estaban en la playa?- le dijo mientras abría la puerta que se encontraba a un costado. Introdujo una mesa con ruedas en las patas, llevaba una pantalla plana color negro con cables en la parte de atrás.
Él encendió la pantalla y comenzó a reproducirse un video de la entrada de la casa, el lugar donde Emma había abierto la puerta. Solo aparecían ella y Lola, el video tenía baja calidad, pero no se veían sus caras, llevaban puesto el gorro de los suéteres.
-¿Reconoce a esas personas?- le preguntó.
Ella negó con la cabeza.
Seguramente aparecían todos mientras destruían la casa, grabado desde la parte de arriba de la puerta. No se veía la cara de nadie, pero si se veían cuantas personas eran, el video duraba 7 minutos como máximo. No tenía sonido, después se ve a una mujer bajando de las escaleras y todos saliendo por la puerta tras ella.
-No somos nosotros.- exclamó.
-El vandalismo es un delito federal aquí en el estado. Se paga con mínimo 5 años de prisión dependiendo de la gravedad, y la de este caso es mucha.- le dijo él.
-Pues espero que encuentren a los que lo hicieron, pero se lo aseguro, oficial. No fuimos nosotros.- le dijo.

Emma se encontraba viendo al techo, debía de estar lloviendo afuera, podía ver en el techo como se hacían los canales de humedad y comenzaban a hacerse goteras, estaba recostada en una banca delgada, no le importaba que estuviera sucia. Todo en ese lugar estaba sucio, sentía un vacío existencial en su interior, sabía que esta vez estaban jodidos. Pensaba en lo que le había dicho al oficial antes. Era lo que habían acordado con el papá de Byron que iban a decir, al ser abogado, sabe que lo mejor era negar todo y esperar a que se retiraran los cargos ya que ninguno aparecía como tal en el video. Si no construían un caso coherente en menos de 72 horas, ellos quedarían libres. Él había dicho que la denuncia de que los habían visto salir de la casa había sido anónima. Ella se preguntaba quién podría haber sido, quien quiera que fuera, apostaba que los habia estado siguiendo.
La semana pasada, Emma había estado caminando a su casa y había creído escuchar que le tomaban fotos. Pensaba en todo lo que les había pasado últimamente y estaba segura que había alguien vigilándolos.
Escucha abrirse la reja de la celda y se incorpora en la banca, observa al resto de sus amigos, Katy estaba sentada en la misma banca que ella, tenía los pies arriba de la banca y la cara entre las rodillas. Abajo de ella se encontraba Luna acostada en el suelo, con la cabeza en las piernas de Jovy. Del otro lado estaba Lola sentada jugueteando con su cabello. Al menos ya había parado de llorar, había llorado mucho tiempo, decía que estábamos ahí por su culpa pero... Si el papá de Byron estaba en lo correcto, saldrían de ahí rápido. A su lado derecho, al final del recuadro, se encontraba Byron recargado en el hombro de Nico que no paraba de temblar desde que los encerraron.
CeCe entró por la reja, el oficial le quitó las esposas y la dejo pasar a la celda.
Se acerca a Lola y se sienta junto a ella, ambas esperan a que el oficial se vaya para poder hablar. El oficial cierra la reja y sale al pasillo.
Todos se acercan en bola a donde se encontraba CeCe.
-¿Qué les dijiste?- le preguntó Lola.
-Nada, lo que acordamos.- les respondió.
-Yo ni si quiera sé porque estoy aquí.- dijo Katy.
-Se le llama cómplice, tú nos sacaste de la escena del crimen, lo que te convierte parte del crimen. Eres tan culpable como nosotros.- le dijo Byron.
-Si, pero ni que fuera para tanto.- exclamó Luna.
-Tienen un video, pueden pedir una orden de registro para entrar a nuestras casas y buscar los suéteres del video. Estos tipos pueden hacer que 2+2 sumen 6 si quieren culparnos.- les dijo Byron.- No se preocupen, mis papás nos sacaran de aquí.-
-¿Cómo estás tan seguro?- le preguntó Emma.
-Porque he crecido aquí, he vivido con abogados toda mi vida y jamás he sabido de algún caso donde hayan perdido.- le dijo.-además, ya pasaron 37 horas y media. Nos faltan 34 y media más y quedamos libres.- le preguntó.
-¿Cómo sabes eso? ¿Traes reloj?- le preguntó Jovy.
-Obvio no, estupido. Cuando vimos a mi papá en la recepción, vi la hora y he estado contando desde que empezaron con el caso.-le respondió.
-Bueno, solo tenemos que esperar, solo eso.- dijo Katy.- Espero salir pronto de aquí porque me enferma tener que verlos tanto tiempo.-
Todos comenzaron a separarse. Emma veía como se separaban más de cómo se encontraban. Lola se veía cada vez más nerviosa. Voltea y ve a CeCe que estaba apunto de sentarse a su lado, se detiene y da la vuelta en dirección a donde se encontraban Katy y Luna.
-Espera.- le dijo Emma.- Ven.-
CeCe lo pensó por unos segundos y se sentó a su lado, se separó un poco más para evitar estar muy pegadas y se recargó en la pared.
-Odio esperar.- exclamó.
-Lo sé, yo igual.- le dijo Emma sonriéndole. Ella apartó la mirada. Emma miró su falda, tenía las manos entrelazadas y las estrujaba por nerviosismo. Emma le tomó la mano y entrelazaron los dedos, se miraron por un segundo sin parpadear, de pronto Emma volvía a sentir ese hormigueo en el estomago y ese recelo involuntario de acercar cada vez más su cabeza. Pero no podía hacerlo, no otra vez.
No habían hablado de lo que había pasado en Halloween en todo ese tiempo; después del beso, CeCe se paró y se fue, desde ese entonces, no habían discutido para nada el que había significado. Aunque ahora, muy dentro de ella estaba segura de que lo quería repetir. CeCe apartó la mirada de nuevo, volvió al mundo real. Se percató de que aún tenían las manos entrelazadas, CeCe lo notó también y la quito. Intentó pararse para cambiarse de lugar.
-¿A dónde vas?- le preguntó.
-Con Lola.- dijo CeCe.
-Espera, quería hablar contigo.- le dijo.
-¿Sobre qué?- le preguntó.
-Halloween..-
-Emma, no soy gay, lo siento.- le respondió dando la vuelta y dejándola sola.

Árbol de las estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora