||Capitulo 4.

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CAPÍTULO 4
Castiel, en algún lugar.

Me pasé los últimos 2 días observando a Dean, en silencio, dejando que mis pensamientos se adueñaran de mi cuerpo.

Él no me podía ver, yo a él si. Vigilaba sus movimientos, los gestos que hacía y lo que más me gustaba, lo veía dormir. Su cara estaba tan relajada, se veía tan frágil y tranquilo, parecía que nada lo podía lastimar.

Mi parte favorita era ver los gestos que hacía al soñar, sonreía e incluso balbuceaba cosas que solo él entendía

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Mi parte favorita era ver los gestos que hacía al soñar, sonreía e incluso balbuceaba cosas que solo él entendía.

Me recosté al lado de Dean, su rostro quedaba frente mío. Sentía su respiración, coloqué la cobija encima de mí y acaricié su mejilla. No podía contenerme, tenía que besarlo ya mismo...

-¿Cas?

Maldición! Olvide que Sam estaba en la habitación también.

Desaparecí inmediatamente.

Observé a Sam, su cara de confusión se notaba hasta Júpiter. Rogué para que se durmiera y a la mañana siguiente se le olvidará todo. Para mi suerte, él pensó que había sido un sueño y se recostó otra vez.

Suspiré. Extendí mis alas y volé hacia el cielo de Balthazar, necesitaba contarle lo que acababa de pasar.

Aparecí en una parte rara, era un pantano, vaya que el cielo tiene partes que hasta un mismo ángel desconoce. Tome lo más cercano que tenía ahí para dibujar diferentes garabatos sobre el tronco de un árbol, los cuales me ayudarían a entrar al cielo de Balthazar.

Entré a una especie de discoteca en una casa elegante, Balthazar estaba recargado en un piano.

-¡¿CAS?! –casí escupió su bebida debido a la sorpresa que le causó verme.

-¡Balthazar! Qué bueno que estás aquí, necesito decirte algo sobre Dean. –me acerqué rápidamente a él, haciendo que mi gabardina se abriera un poco.

-¡Ahora que me lo recuerdas! Te tengo que decir algo... –tronó sus dedos y aparecimos en el centro donde estaban cientos de ángeles- bueno... Decirte.

¿Se acuerdan de la cara de confusión de Sam? Bueno esa era mi cara ahora mismo. No entendía ¿por qué habían tantos ángeles rodeándome? Me asustaba, pues la mayoría tenían su ceño fruncido.

-Así que es verdad... –dijo uno de los ángeles mirándome con enojo.

¿Qué es verdad?

-¿Tú eres el que dice que siente amor? –preguntó otro ángel.

Bien... ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

-¿Qué?... –dije confundido.

-Aquí tu amigo –miró a Balthazar- nos dio mucha información que nos dejó a todos sorprendidos, Castiel.

-Y creo que es momento de que te hagamos entender que "amar" –movió sus dedos haciendo acento en las comillas- es algo impuro para nosotros, tú estás hecho para no sentir nada.

Con eso, entendí todo. Balthazar les contó todo lo que le dije de Dean.

-Pues al parecer no todos estamos hechos para eso. –aclaré.

El ángel que estaba enfrente mío empuñó sus manos, quería golpearme.

-Mira, Castiel... Olvídate de Dean, no puedes tomar tus propias decisiones! Además, esa rata del infierno no te ama.

Cruzaste la línea, hijo de perra.

Me acerqué a su rostro y le estampé mi puño en la cara, haciendo que se tambaleara y le sangrara la nariz.

-No hables así de mi Dean.

-"Tu Dean" no te ama. –dijo otro ángel. ¿Todos me odian ahora?

-Púdrete.

Intenté lanzarle un golpe en el estomago pero unos brazos me tomaron de la espalda y evitaron que me moviera. Ahora el golpe que le iba a dar al ángel, me lo dio él a mi.

Me retorcí del dolor y caí de rodillas al suelo mientras escupía un poco de sangre.

-¿Qué habías dicho? –me retó.

Gemí del dolor y sujeté mi estómago. Mire hacia arriba.

-P-púdrete... –le respondí, jadeando.

Ahora sí era el mismo infierno, todos los ángeles que me rodeaban comenzaron a decirme cosas horribles y a darme golpes por todo el cuerpo.

Miré a Balthazar, estaba bebiendo vino y observándome muy entretenido. Él me miró y dejó su bebida a un lado mientras se acercaba a los ángeles que me estaban dando golpes hasta que muriera.

-Hermanos... –lo miraron- es suficiente.

Se acercó a mí y me observó detalladamente.

Se acercó a mí y me observó detalladamente

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-Perdón, Castiel. Pero te lo merecías, sentir amor es impuro y no podía dejar que mi hermano se dejara manipular por un humano que ni siquiera lo ama.

Si hubiera tenido las fuerzas para levantarme, lo habría golpeado en la cara.

Se alejó un poco de mí.

-¿Balthazar?... –dije como pude- ¿todo lo que me dijiste fue mentira? ¿Nunca te enamoraste de la chica que me contaste?

Él se detuvo, aún de espaldas.

-No te mentiría sobre ella. –dijo y volteó hacia mi.

-¿E-entonces?

-Su nombre era Gloria y cometí un error al enamorarme de ella ¿Si? Nunca me amó y yo sufrí mucho por eso, sigo sufriendo –dijo, su voz sonaba dolida– No dejaré que te pase lo mismo a ti.

Tronó sus dedos y desapareció.

Ahí me di cuenta que Balthazar estaba siendo injusto. Yo no tengo la culpa de que ella no lo hubiera querido. Se está desquitando conmigo y con Dean. Y bueno, no es como que esté completamente seguro de que Dean me ama pero... Yo lo amo a él y eso es suficiente.

Todos los ángeles se fueron del lugar, dejándome solo.

No había nadie en el lugar, solo árboles y plantas al rededor de algo que parecía ser un parque o algo así.

Me acurruqué en el lugar donde estaba acostado, abracé mis piernas y suspiré profundamente, teniendo como consecuencia un dolor en el estomago.

-Dean... –fue lo último que dije para después cerrar los ojos y olvidarme de todo por un momento.




CHICOSSSSSS AAAAAAA SOMOS MÁS DE 100 LEÍDAS ESO ME PONE MUY MUY FELIZ :D GRACIAS POR LOS VOTOS, POR PONER MI HISTORIA EN SUS LISTAS, POR TODOOOOOO ^^

Y SI, SE QUE DIJE "el siguiente capítulo va a ser más largo" PERO ESTOY HACIENDO/ENTREGANDO LOS TRABAJOS FINALES Y LA SEMANA PRÓXIMA TENGO EXÁMENES Y SALGO DE VACACIONEEEESSS PODRÉ ACTUALIZAR MUCHO MÁS SEGUIDO VAAMAAA (¿ bueno ya.

Love yaaaaa
Stay gay <3
Cas.

Learning How To Feel || Destiel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora