Learning How To Feel || Destiel

Capitulo 14.

CAPITULO 14
Lawrence, Kansas.

Dean se encontraba durmiendo en la habitación del hotel. Probablemente era la primera noche desde hace 4 días en las que dormía bien. Tantos problemas y preocupaciones se estaban acumulando en su cabeza, como normalmente le sucedía.

Sam, por otro lado, se pasó toda la noche fuera buscando una solución. O mejor dicho, un milagro para lograr encontrar a Cas. Hasta que finalmente...

-DEAN –la puerta de la habitación se abrió de golpe.

Dean saltó de la cama.

-DEAN DEAN DEAN –gritó Sam, entrando corriendo a la habitación y despertando violentamente a su hermano.

-¿Qué te pasa? –dijo Dean, frustrado.

-No vas a creer lo que encontré. –dijo Sam sentándose en la cama frente a su hermano.

-¡¿Encontraste a Cas?! –preguntó Dean, levantándose de la cama inmediatamente.

-No, pero encontré una buena pista.

-Habla! ¿Qué encontraste? –Dean preguntó, creando mil ideas para intentar adivinar la pista.

-Logré contactar a un recipiente de un ángel.

Dean levantó una ceja. Confundido.

-¿Y?

-Y –continuó Sam– no se te ha ocurrido que tal vez un ángel pueda ir arriba y preguntar qué pasó con Cas? O al menos activar su GPS o algo?

Sam tenía razón. Los ángeles podían contactar a otros. Y si tomamos en cuenta que era su única oportunidad de encontrar a Cas, no parecía mala idea intentarlo.

-Sammy, eres un genio. –declaró Dean.

-Lo sé, gracias. –dijo, haciendo una reverencia, como aceptando su victoria.

-Y cuando lo vemos? O que te dijo?

-Hablé por teléfono con él, mañana vamos a verlo. –dijo Sam.

-Bien. –dijo Dean, seguido de un suspiro– Gracias, Sammy. Por todo, por aguantar mi desesperación, mis enojos y ahora, por darme la oportunidad de encontrar a Cas.

-Ay, me vas a hacer llorar –dijo Sam, fingiendo limpiar una lagrima– De nada, hermano. Por primera vez en mi vida te he visto así de enamorado y no voy a dejar que lo pierdas.

-Gracias, Sammy.

Sam sonrió. Como forma de decir "De nada".

Dean volvió a dormir, con una sonrisa en su rostro. Él sentía que estaba cada vez más cerca de Cas. Se sentía como una corazonada. Y Dean estaba seguro de que lo primero que haría al ver a su ángel sería abrazarlo y ya no dejarlo ir nunca.

Sam siguió los pasos de su hermano y se acostó en la otra cama. Suspiró, sintiéndose feliz por Dean y emocionado por encontrar a Cas.

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A la mañana siguiente, Dean literalmente parecía un niño en Navidad. Si, no iban a ver a Cas pero el tener una pista lo hacía sentirse más cerca de él.

-Sam! Vamonos! –gritó Dean, saliendo de la habitación.

-Voy! –Sam respondió, cerrando la puerta y siguiendo a su hermano hacia el impala.

Después de viajar 1 hora, llegaron a su destino. Dean se esperaba que llegaran a un lugar aterrador o algún lugar raro. No fue nada de eso.

Llegaron a una casa rodeada por un gran jardín lleno de flores, plantas y habían 2 perros jugando por ahí. Ambos chicos caminaron hasta la puerta y tocaron el timbre, cuestionándose si estaban en el lugar correcto o no.