conociendo al...¿enemigo?

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Marinette se pasó el resto de la tarde pensando en posibles temas para el proyecto con Natanael, la verdad sea dicha, hablar de diseños y arte era un estimulante natural que la ponía en un estado de felicidad total y buscaba por todos lados la inspiración suficiente para crear. Tikki apoyo a su amiga toda la tarde, y cuando la chica de coletas olvidó comer la pequeña kwami se aseguró de que su estómago de artista no estuviera vacío.

Sin embargo, cuando el crepúsculo comenzó su aparición por la ventana de la habitación, la mente de heroína se evocó a cierto misterio que debía de resolver. Con cuidado, guardó su libreta de ideas y la posó en su cajita secreta y fue directo a los tulipanes que extrañamente habían aparecido en su balcón. Las tomó y examinó, tratando de identificar algo, como si las flores pudieran decirle exactamente lo que necesitaba para desenmascarar al responsable.

-¿Marinette?- Tikki comenzó a volar y mover sus manitas enfrente de su amiga,  quien se había perdido en sus pensamientos-hey,  aquí ¿Qué ocurre?

-lo siento mucho,  Tikki-con cuidado dejó las flores en el escritorio- es solo que me parece que es hora de revelar el secreto de esto- una leve inclinación de cabeza indicó a lo que se refería. 

-¿Y cómo piensas hacerlo?

-simple, emboscando al enemigo por sorpresa, ven, tenemos trabajo que hacer. -tomó una chaqueta ligera del respaldo de su silla y comenzó a moverse por la habitación con dirección hacia arriba. 

Subió a su balcón, desde donde se apreciaba una increíble vista de la ciudad del amor con ese toque romántico, lleno de pequeñas luces que parecían resplandecer entre ellas. Marinette apreció ligeramente la vista para después buscar el mejor escondite para camuflarse y esperar.  La brisa de la noche era ligeramente refrescante y para aquellos días calurosos en París, era como una pequeña bendición bien recibida.

Tikki se adentro en la chamarra y escogió una pequeña bolsa oculta para acomodarse y hacer compañía. No intentó convencerla de regresar adentro o cambiar de idea, porque conociendo la tenacidad de la chica, sería algo completamente inútil y tonto de intentar. A ella también le entraba la curiosidad por saber quien era el admirador secreto, pero más que saber, era una confirmación de lo que ya sospechaba. 

Estuvieron en vigilancia alrededor de una hora hasta que vieron a la distancia una figura moverse, con la noche como refugio. Al principio Marinette se agazapo más en el espacio donde se ocultaba, por temor a que su visitante inesperado le viera antes de tiempo. Curiosamente, por unos instantes le pareció observar dos siluetas en vez de una, pero cuando trato de confirmar su idea, simplemente volvió a ver una. 

Por una fracción de segundo en su cabeza apareció la imagen de Chat noir, pero la agitó negativamente porque ¿Qué se supone que haría su compañero de batallas visitando su casa, y más raro aún, dejándole presentes en la ventana? Ni pensarlo, era un completo disparate y debía de encauzar sus pensamientos hacía otra dirección. Entonces percibió la imagen del misterioso admirador cada vez más cerca hasta que una esponjosa cola naranja se presentará en su campo de visión. 

Los ojos de Marinette se ampliaron cuando vió a Fire Fox llegando a su balcón con un tulipán en la mano, con una expresión que hasta el momento no había mostrado cuando había aparecido con ladybug. Parecía suave, como si con ello pudiera transmitir profundos e inexpresados sentimientos. Con cuidado dejó la flor y se disponía a dejar el lugar cuando Marinette salió de entre las sombras, 

-¿eres tú?- no pudo evitar que las palabras salieran de su boca, delatarse ante su visitante misterioso. Su plan no era darse a conocer, simplemente observar y después, posiblemente, averiguar más acerca de los motivos. Sin embargo, no pudo contenerse, no pudo evitar levantarse con lentitud y dar los primeros pasos para salir de las sombras y mostrar su rostro estupefacto.-¿Por qué tú?

Un deseo del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora