Dylan
Quisiera volver hace unos años atrás. Donde mis esperanzas estaban intactas y sonreía cada día. A esos momentos en los cuales disfrutaba con mis amigos, y estaba enamorado de una chica. Quisiera regresar al momento en que mi madre me decía que debía seguir adelante y ser fuerte.
Ahora ya no me queda mas nada, solo un cuerpo que esta habitado por un demonio. Un demonio que destruyo todos mis sueños y especialmente mi alma.
Eran las 3:30 de la mañana y aun no conciliaba el sueño. Una de tantas noches que me quedaba pensando en todo. ¿Que hubiese pasado si mi padre no hubiese entregado mi alma por el bien de la familia? Según yo, tendríamos un mundo mejor. Una vida mejor, y mi madre seguiría viva.
Dicen que la vida esta llena de sorpresas y decepciones. Pero hasta ahora, solo he recibido decepciones y decepciones, una tras otra.
De repente fui interrumpido de mis pensamientos por Nina, quien estaba acariciando mi cabello delicadamente, como si se tratase de algo frágil. Voltee para verla y estaba mirándome fijamente, con esos ojos azules que me llamaron la atención desde la primera vez que los había visto.
-Que sucede?.-susurre. Ella comenzó a acariciar mi mejilla y me miraba con cierta lastima, como si supiese en lo que estaba pensando.-
-Eres tan hermoso.- dijo mirando detalladamente cada una de mis facciones, al igual que yo hice lo mismo con ella.-
-Soy un monstruo.- dije cabizbajo sin esperanza alguna de que se pudiese arreglar mi vida.-
-Bueno, entonces eres un monstruo muy hermoso.- dijo sonriendo de oreja a oreja y provocandome un cierto cosquilleo en todo mi cuerpo que jamas había sentido en años.-
Sinceramente puedo decir que fue una de las noches mas placenteras de mi vida, y no me refiero a tener sexo, sino porque había sentido por primera vez en mi vida que alguien me decida que era atractivo a pesar de lo que soy, me provocaba una cierta sensación placentera en todo mi cuerpo.
Al día siguiente, desperté pegado a Nina, quien dormía profundamente. Trate de no moverme mucho para que no despertara. Hice toda mi rutina, y baje a desayunar. Ya en la cocina me sente, esperando a que sirvieran mi desayuno, pero habia algo que andaba mal. Kendall no habia venido a trabajar.
-Donde esta Kendall?.-pregunte molesto.-
-No vino señor, me dijo que estaba enferma.
-Eso es lo que te dijo?.-dije enarcando una ceja.-
-Si.-dijo seca. La ira comenzo a subir por todo mi cuerpo, y mire el reloj cucu que estaba a mi izquierda, 8:15 PM. Sin pensarlo, agarre mis llaves de mi auto y fui rumbo a la casa de Kendall.
Me encontraba frente a su puerta, mirando hacia todos lados para ver si no habia nadie quien observaba o como llamo yo, entrometiéndose en asuntos que no le importan. Finalmente toque la puerta como cuatro veces, esperando a que me atendiera y para que me escuchara bien.
Para mi suerte, su madre atendio.
-Señor O'brien, que gusto verlo por aqui.-dijo sonriente.-
-Vengo a buscar a su hija.- dije molesto.-
-Ella no esta. Pero le digo que usted la buscaba.- enarque una ceja y abri bruscamente la puerta, corriendo bruscamente a la mujer quien estaba estorbando. Fui hacia su habitacion y abri la puerta de un manotazo.-
-Levantate!.-le grite, ella volteo para mirarme y vi sus ojos con lagrimas y con un cuello ortopedico.-
-Que te sucede?.-grito.- Dejame sola.-
-No hasta que te pongas el uniforme y vayas a trabajar.-levante sus sabanas y fui hacia su armario a sacar su uniforme, se lo lance en la cara y me cruce de brazos.- Vamos, apurate.
-Acaso te has vuelto loco?! No ves que estoy enferma?!
-Enferma de que? Celos?. Cambiate ahora.-ordene.-
-Celos?.- lanzo una carcajada.- Como si Nina fuese capaz de reemplazarme.- mire hacia otro lado ignorando todo lo que decia.-
-Cambiate.- ordene otra vez.-
-No puede ir a trabajar asi señor O'Brien!.-añadio su madre.-
-Usted cierre la boca.- me acerque hacia donde estaba y cerre la puerta lentamente y le puse seguro.-
-Eres un cinico.-dijo mientras se ponia el uniforme.-
-Gracias me lo han dicho desde tiempos remotos.-dije sonriendo falsamente.- Apurate, no tengo todo el maldito dia.- mire mis uñas en señal de que estaba impaciente y espere a que esta se pusiera todo su uniforme.-
Que desperdicio humano.
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El Dia Que Me Quieras - Novela de Dylan O'Brien
RandomY todo sucedio una noche en el bar de Joe. La noche en que mi vida cambio por completo. La noche en la que comence a sentir mariposas en el estomago y donde probe por primera vez el alcohol. Esa noche... donde conocí a Dylan. Puedo afirmar que...