Dieciocho

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Estaba parada frente a el, quien me observaba fijamente con sus ojos miel, pero note su mirada algo serena, no como la vez que se había molestado y su ira se reflejaba en sus ojos. 

-Ya lo sabes todo.-susurro. Estaba por responder, pero la voz femenina de quien quiera que sea me interrumpió.- 

-Así que ya encontramos a la pequeña curiosa.- baje mi mirada pero esta levanto mi mentón dejando ver sus ojos rojos intensos que por un momento me sobresaltaron.- 

-Nina, ella es mi madrina, Carrie.-dijo mordiéndose el labio inferior.- 

-Un gusto.-dije esbozando una sonrisa.- 

-El placer es mio Nina. Dime... eres amiga de Dylan?.-dijo curiosa.- 

-Si.-interrumpió Dylan.- Por favor, puedes dejarme a solas con Nina?.-dijo con un tono algo fastidioso.- 

-Claro seguro.-dijo mostrando toda su hilera de dientes blancos perfectos y se retiro.- 

Dylan se sentó en el suelo y yo también hice lo mismo que el. Pude observar que en sus manos tenia cicatrices y me horrorice al verlas, el se dio cuenta por lo que se las cubrió con su sudadera. 

-Se que debes tener muchas preguntas.-dijo el sin mirarme.- 

-¿Que eres?.-dije sin dejar de mirarlo. Se quedo en silencio por un momento y me miro fijamente, sus ojos mieles comenzaron a brillar y su cicatriz en el cuello comenzó a aparecer.- Por favor no me lastimes.-dije cerrando mis ojos.- 

-Abrelos, no te hare daño. Confia en mi.- tomo mis dos manos y las entrelazo con las suyas. Hice caso y abri los ojos. Tenia cicatrices en su cara y sus ojos estaban negros completamente, mi corazon palpitaba demasiado rapido, y mi temor hacia el crecia aun mas. 

Solo quiero irme a casa. 


El Dia Que Me Quieras - Novela de Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora