Diecinueve

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Me encontraba recostada en la cama de Dylan. El aun no venia ya que luego de mostrarme su verdadero el, me había quedado atónita, y sin decir palabra alguna fui hacia lo que es ahora, mi habitación. Minutos después sentí la puerta principal cerrarse, y ahora me encuentro aquí. Encerrada en estas cuatro paredes, hundida en mis pensamientos.

Tengo tantas preguntas acerca del porque del todo, pero el miedo me consume. Primero porque tenia miedo de que reaccionara de una manera diferente a cualquier pregunta que le haría. Tenia miedo de que me golpeara y me maltratara como días anteriores lo había hecho.

Segundo: tenia miedo de no volver a ver la luz del día jamas, es decir, que el me encerrara para siempre en esta casa tan enorme pero llena de energías que provocaban una tristeza inmensa. El carácter de Dylan me hacia estremecer, aun mas cuando comienza a transformarse en el monstruo que es. Pero me extrañaba que en la cama era otro, era la persona mas cuidadosa y romantica del mundo. Sera que el deseo y el placer lo transforman de una manera repentina?

Mire hacia el techo y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba completamente dormida.

Dylan

Estaba en el bar de Joe, admirando el cuadro que estaba frente a mi. El barman me miraba fijamente mientras limpiaba los vasos de vidrio con su insignificante pañuelo. Baje la mirada hacia la mesa de madera y mi primer pensamiento vino a la mente: Nina.

La primera vez que nuestras miradas se encontraron. Tenia una extraña sensacion en todo mi cuerpo cuando se presentaba en mis pensamientos. Pero ella solo es una distraccion para mi. No vale nada.

-Vas a pedir algo amigo?

-No.-dije seco.-

-Oh vamos, se que por dentro mueres de ganas de tomar una cerveza, por esa chica en la que estas pensando.

-No estoy bien.- este hombre en serio quiere recibir una paliza.-

-Vamos, aunque sea un tekila.-dijo haciendo un puchero.-

-Te dije que no!.-grite. Pude notar que mis cicatrices aparecieron en mis manos y solo cerre los ojos, aprete los puño y sali de ese lugar.

No me dio tiempo de ver la expresion del hombre ni la de la gente que se encontraba alli, porque no queria llamar la atencion. No quiera ser victima de los experimentos de la clinica. No de nuevo.

Finalmente llegue a casa,exhausto y con ganas de tomar un refrescante vaso de jugo de naranja. Pero algo hizo que ese placer se desvaneciera. Y ese algo era Kendall, forcejeando la puerta de la Habitacion Prohibida.

En un segundo estuve frente a ella, tomando su brazo bruscamente y haciendo que mi verdadero yo salga a la luz, aunque ella ya lo conocia.

-Que estas haciendo?.-grite.-

-N-na-na-da solo verificaba si estaba cerrada.

-Sabes que eso no es cierto, leo tu mente estupida.- la empuje bruscamente hacia la pared provocandole dolor en su cabeza y lagrimas tambien.-

-Porque ella puede entrar y yo no?.- dijo entre lagrimas.-

-Eso no te incumbe. Ademas tu ya sabes todo de mi, idiota.- la ira estaba invadiendo todo mi cuerpo. Necesitaba desquitarme golpeando a alguien, y esa victima seria Kendall. Agarre su cuello y comence a estrujarlo como si se tratase de una naranja. Ella comenzaba a llorar y su pulso comenzo a disminuir al igual que sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente.

-No Dylan!.-grito aquella dulce voz que hacia tranquilizarme y controlar mi temperamento.- Por favor para.- la voz se acercaba aun mas. Finalmente hice caso y deje a Kendall en el suelo y sin mas nada que decir, fui hacia mi habitacion.

Me quite la ropa y fui hacia la ducha. Necesitaba aunque sea relajarme de todo esto.

Ya limpio, me puse un pantalon para dormir y apague la luz de la lamparita que se encontraba en la mesita. Sin darme cuenta Nina se encontraba ya acostada a mi lado. Como fue que llego tan rapido?

-Porque eres asi?.-susurro.-

-De que hablas?.-dije.-

-Eres muy cruel y temperamental

-No puedo controlarlo, es algo ya genetico.

-Tu padre golpeaba a tu madre?

-Si. Pero no viene al caso hablar de ello. Duerme

-Esta bien.- y cerro los ojos lentamente. Acaricie su mejilla y deposite un beso corto en sus labios y me quede dormido.-

El Dia Que Me Quieras - Novela de Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora