Trece

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Me desperté por el rayo del sol que alumbraban mis ojos. Sentía algo pesado en todo mi cuerpo, frote mis ojos y pude ver el brazo de Dylan en mi cintura. Voltee a verlo, y estaba plácidamente durmiendo con el torso desnudo. Levante la sabana y suspire aliviada. Me levante y me duche. 

-Nina!.-grito desde la cama.- 

-Estoy duchándome.-grite desde la ducha.- 

-Esta bien.-dijo mas tranquilo. Deje que la lluvia artificial cayera por todo mi cuerpo. Mientras tanto pensaba en lo que había sucedido anoche. El beso, y la sensación que había sentido por primera vez. Toque mis labios, sintiendo la calidez de los labios de Dylan en los míos. ¿Que me estas haciendo Dylan? 

Salí de la ducha y envolví mi cuerpo en un toalla y cepille mis dientes. Luego de eso, fui a vestirme: unos shorts negros que había cortado yo misma, una camisa leñadora a cuadros azul de Dylan, y las converse. 

-Y Dylan?.-le pregunte a Kendall.- 

-En su despacho.- esboce una sonrisa en forma de agradecimiento y fui hacia el despacho de Dylan. Toque la puerta antes de entrar por educación.- 

-Adelante.-dijo con la boca llena. Asome la cabeza y esboce una sonrisa.-

-Hola.-dije tímida.- 

-Sucede algo?.-enarco una ceja.- 

-No.-dije frunciendo el ceño.- Solo quería ver como estabas.-

-Pues estoy bien, ahora vete.-dijo frió.- 

-Hice algo malo?.-dije molesta.- 

-No, quiero estar solo.-dijo molesto.- 

-Yo quiero saber porque estas molesto, pero eso no va a ser posible.- me senté frente a el. Puso los ojos en blanco y saco una rebanada de tostado de jamón y queso.- 

-No he dormido bien si?!.-exclamo.- Contenta?.-sonrió falsamente.- 

-Hubieses empezado por ahi.- dije con los brazos cruzados.- 

-Ahora.-hizo una pausa.- Puedes dejarme solo? Por favor?.- 

-Bien. Ni siquiera debería importarme como estas hoy.-susurre.-

-Que dijiste?

-Que ni siquiera debería importarme como estas hoy.- dije de mala gana. Sus ojos comenzaron a brillar, otra vez, y esa cicatriz comenzó a salir de su cuello, otra vez. Y aquí vamos otra vez. El se acerco a mi, y me tomo por el cuello dejándome vía alguna para respirar. Mis manos temblaban al igual que todo mi sistema.- 

-No vuelvas a tratarme asi.- espeto. Me bajo bruscamente haciendo que la herida de mi rodilla se abriera otra vez. Gemi del dolor y sali lo mas pronto posible de alli.- 

Corrí hacia la cocina en busca de Kendall, pero esta no se encontraba en su lugar de trabajo. Justo cuando necesito su ayuda, ella no esta. Cojeando, subí las escaleras, directo al baño, para encontrar algún botiquín de primeros auxilios. Escuche pasos que me seguían, camine lo mas rápido para que Dylan no me alcanzara, entre a su habitación y cerré con llave. 

Lagrimas caían por mi mejilla y no cesaban. ¿Porque acepte venir aquí? ¿Porque acepte vivir en un lugar con un monstruo? 

Pase un algodón embebido en alcohol en mi rodilla. Pegue un grito ahogado de dolor. Era peor que los golpes que me daba de pequeña. Mordí la camisa de Dylan mientras pasaba el algodón en toda la herida.

-Nina!.-dijo golpeando violentamente la puerta.- Abre por Dios.- Mis lagrimas no cesaban. No se si era por el dolor que sentia, o era por lo idiota que fui en haber aceptado esa propuesta. Coloque la venda lentamente, agarre el picaporte para poder levantarme y asi lo hice.- Nina por favor.- dijo con una voz quebrada.- Abre.- Me quede mirando la puerta e indecisa. Que pasara si le abro? Me golpeara? Y si no? Me castigara? Respire profundo y finalmente abri la puerta. 

Una imagen de el con lagrimas en los ojos y sus ojos mieles brillosos aparecieron justo frente a mi. 

-Dejame explicarte, yo...- hizo una pausa.- fui un idiota lo siento. No llegue a decir ya que el se abalanzo sobre mi y sus brazos ya envolvian todo mi cuerpo.

El Dia Que Me Quieras - Novela de Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora