Singing For You [D.M]

Décima Tercera Canción

Aquella mañana definitivamente no había sido la mejor, su brazo dolía al igual que su cuerpo, sin embargo se levantó trémulamente y se vistió con unos shorts cortos y una blusa de tirantes. Peinó su cabello y lo dejó suelto. Entró a la habitación secreta y gritó:

-bauleo.

Todo se guardó en el baúl que se encontraba en su habitación, desapareció los muebles que duplicó y salió de allí deshaciendo el hechizo de expansión. Salió de la habitación y se aproximó a la de Luna, que se encontraba a unas cuantas de la suya. Una de sus compañeras abrió la puerta e inmediatamente llamó a Luna después de darle un breve saludo.

-Buenos días. ¿Te sientes mejor?- pregunta preocupada.

-Si, gracias. Voy a ir a Hogsmeade, ¿quieres que te traiga algo o ir conmigo?

-No, gracias. Mejor compra algunos dulces para éste verano.

Aria asiente y se retira agradecida, hubiera tenido que dar una buena explicación para irse a encontrar con Draco.

Al llegar a Hogsmeade, se encontró con la sorpresa de que Malfoy le esperaba debajo del árbol que tiene vista a la casa de los gritos.

Él se levantó a recibirla, vestía completamente de negro y eso le encantaba, le entregó una dalia morada en las manos después de saludarla.

-Hola- susurra con las mejillas teñidas de rosa. -¿esperaste mucho?

-Para nada. ¿Qué tal tus exámenes? .

-Muy buenos ¿los tuyos?

Draco hace una mueca mientras se sienta en el verde pasto, ella lo imita.

-Nada mal.

Aria ríe por su gesto. Era obvio que no le había ido muy bien.

-¿De que te ríes?- pregunta mirándola directo a los ojos.

-De nada, tus gestos son divertidos.- comenta desviando la mirada pero él aún así la sigue mirando penetrante. -¿Qué? ¿tengo algo en la cara?

-Nada, tu risa me encanta. Solo eso.

-¿Vas a escribirme?

-Por supuesto.

Sus mejillas adquieren un tono carmesí inmediatamente, haciendo su rostro arder. Clava la mirada al piso como si fuera lo más interesante.

Siente como tiran de su brazo haciéndola acostarse en el suelo, Mafoy la acomoda de tal forma que su cabeza queden sobre su pecho, ella se queda quieta escuchando el perfecto tiempo de los latidos del chico siendo acompañados con su suave respiración.

-¿Lo escuchas?- pregunta Draco.

-Si

-Tu lo haces latir así.

Y con esas palabras voló directo al cielo y regresó a la tierra, sintiéndose la chica más feliz del mundo. Ya no había alguien tras de ella, deseando su muerte ni intentando matarla. Eso había sido remplazado por aquel chico de apariencia fría que quería compartir su soledad con ella.

Un día el rey le confesó su amor.

Y ella aceptó sus sentimientos.

Pero lo que no sabían era que sus problemas apenas comenzaban.

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-Muchas gracias por toda su ayuda y comprensión, director.- agradece inclinando la cabeza.

-Hogwarts le brinda ayuda a quien lo necesita.- dice con su aire de sabiduría.