Maze Runner. "Un cambio erróneo" [Thominho]®

Capítulo 5.- "No te preocupes, será un secreto..."

Capítulo 5.- "No te preocupes, será un secreto."

Esa misma tarde, la asamblea terminó. No sin antes explicarles a los recién llegados –los que llegaron con Hans y CRUEL– cómo funcionaban las cosas en el Inicio.

Thomas no había intercambiado palabra alguna con Minho, y si lo hizo, fueron simples monotonías. Se habían estado evadiendo el uno al otro, pero ambos sabían que tenían que hablar de lo sucedido tarde o temprano.

Iniciada la noche, todos trabajaban como un verdadero equipo, arreglando las chozas para los recién llegados y las fincas provisionales para los Habitantes, repartieron los suministros que llegaron con los dos bergs –que básicamente eran mantas, ropa, comida enlatada, líquidos, y escasas armas con municiones– y lo sobrante lo almacenaron en un espacio libre de la cocina.

Sartén junto con sus cocineros –quienes en su mayoría eran mujeres de más de 25 años rescatadas del Laberinto en su segunda vuelta– y los Recolectores, tuvieron que duplicar sus esfuerzos en la comida para poder alimentar a tantas personas.

En la colina se habían instalado tres grandes mesas, de las cuales sólo se llenaron dos, puesto que la gente prefería comer en la pradera, el acantilado, y en espacios libres.

El menú del día de hoy consistía en sopa de verdura con un poco de carne de venado.

—¡Joder Sartén! —exclamó Newt engullendo sus alimentos—. Te juro que las bromas que hacíamos en el Laberinto sobre tu "asquerosa comida" eran solamente eso ¡Bromas! —se metió un pedazo de carne a la boca y habló aún sin haber pasado la comida— ¡Esto es lo mejor qué he probado en meses! Nada que ver con la basura que Hans nos daba.

Thomas se abstuvo de atragantarse de la risa con ese comentario. Percibió que varios en la mesa de a lado asintieron de acuerdo. Hans se limitó a rodar los ojos.

Nadie dijo algo en el transcurso de la cena, y Thomas lo agradeció internamente.

Durante los bocados que daba miraba de reojo a Minho, quien mantenía su rostro con las serias facciones marcadas de Estoy de Mal Humor, DÉJAME EN PAZ.

—Thomas, estaba pensando que —Brenda comenzó a hablarle, como si sólo estuvieran ellos dos—, como ya están repartiendo las chozas, podríamos tomar una para ambos, ya sabes, tú y yo —Terminó con tremenda tranquilidad.

El chico dejó caer su cuchara.

—¡¿Qué?! —exclamó mirándola antes de pensar cómo sonaría—. Yo... No creo que sea una buena idea en este momento.

—No, no lo es —Minho opinó sin siquiera apartar la vista de su comida—. Por supuesto que es una estúpida idea. Es la idea más miertera que he escuchado en toda mi vida. ¡Una tontería que ustedes se vallan a vivir juntos!

Todos miraron a Minho. Y Thomas claramente pudo sentir sus mejillas arder.

—¿Qué me miran? —Preguntó cuando notó que toda la atención estaba en él.

—¿Disculpa? —Brenda cuestionó, completamente indignada—. ¿Porqué dices que es una mala idea? Además le hablaba a Thomas. Dije Thomas —añadió énfasis en la última palabra—, no Minho.