Habíamos entrado a clases Bess y yo, Matemática. Cuanto odiaba esta clases la Sra. Palmer era una maldita bipolar, ella podía ser tu mejor amiga o peor enemiga. Hubo varias veces que la corregí en problemas, desde ese momento me odia.
Ya era el último año, último año de aguantar toda su mierda. Quería salir de este instituto de mierda, pero sólo tenía que esperar un año y adiós. Si pude resistir años atrás, también puedo resistir un año.
Bess se encontraba a un lado de mi con cara de "no entiendo ni una mierda",esta chica sabía cómo hacerme reír sin hacer nada, no pude contener una risa y está salió a flote captando la mirada de toda la clase, y de la Sra. Palmer, maldije en mi interior, estaba en problemas.
-Si le parece tan gracioso puede salirse de mi clase Brooks, salga ahora mismo.- Masculla.
-Pero...-Me interrumpe la estúpida.
-¡Ahora!-
Tomo mis cosas y las empiezo a guardar, ya que esta todo listo tomo mi bolso y salgo de la estúpida clase.
Al menos faltaba poco para que las clases terminarán y está mierda se acabará. Salí de clases no sin antes pararle el dedo de en medio a la Sra. Palmer, bueno, no lo hice, pero se que se ha de sentir muy bien. Pero si azote la puerta con enojo.El pasillo se encontraba desierto, no había absolutamente ningún ruido, ¡ningún jodido ruido! Esto no era normal en este instituto, siempre había un jodido idiota que hacía ruido con intención de molestar a los profesores de cada clase, en todas las malditas horas se encontraba un idiota haciendo ruido, esto no era normal.
Me dirigí al estacionamiento, ya no había necesidad de estar aquí, en menos de cuarenta minutos las clases terminarían, y sólo quería salir de este jodido lugar.
Unas risas se encontraban en mi auto, bueno dos idiotas riendo, me acerqué molesta y pude ver que era la perra esa y el idiota de su novio, riendo y besándose como estúpidos. Con mucho cuidado de no hacer ruido, trate de abrí la puerta, pero la jodida alarma empezó a sonar llamando la atención de los idiotas. Voltearon a verme molestos, bueno solamente la perra, el idiota sonreía, en cambio yo los miraba molesta, ya que se restregaban su amor en mi coche, trataré de desinfectarlo, quien sabe y a lo mejor se encuentren la pulgas de la perra y me peguen lo puta.
-¿Estas estúpida?- Grito la voz chillona de Naara lastimando mis hermosos tímpanos.
-La única estúpida aquí, eres tú.-Masculló molesta.
-Perra.- Susurro la estúpida.
-Te dicen.- Contestó sonriendo sarcástica.
-Tranquila amor, no te rebajes al nivel de esta rata.- Contesta Nick dándole un beso en los labios a Naara mientras yo pongo cara de asco.
-Oh cariño... tu has caído más bajo que tu novia tratando de besarme.- Sonrío y me adentro a mi auto antes de seguir escuchando a ese par de idiotas.
Quería pasar mi auto por encima de ellos, pero no quería que me acusarán de homicidio animal. Salí del lugar de aparcamiento y bajo mi ventana, ambos me observan confundidos y como lo linda que soy les levantó mi dedo del medio.
(...)
Llegué a mi casa, quise aparcarlo frente de esta, pero una estúpido auto se interpuso, hací que lo tuve que dejar detrás de el. El auto de mis padres se encontraba en la cochera, eso era muy extraño, ya que ellos nunca llegan hasta más tarde. Baje rápido de mi auto y caminé rápido para llegar adentro, literal corrí.
Cuando entró, se encontraban los amigos de mis padres, los Mierda, perdón los Hayes, lo sé, su apellido ni tiene nada en común con la mierda, bueno si, su hijo. Su hijo se obsesionó conmigo y no se por que mierda, el es igual un nerd como yo. Si yo soy fea, el es lo triple de feo, enserio el es muy feo.
-Hola...-Mascullo nerviosa, no quería encontrar a su hijo, quería correr a mi guarida.
-Hola querida, ¿como has estado?- Pregunta la Sra. Hayes, no preguntas ahora por favor, quiero irme ya.
Eres patética y demasiado.
Oh, hola subconsciente, hace mucho que no me visitabas y estaba mejor sin ti.
Oh querida tu me extrañaste más que nadie, no puedes vivir sin mí, literal.
-Muy bien, gracias.- Sonrío, pero mas bien salió una mueca.- Iré a mi habitación, hasta luego.- Finalizó, para tomar pasó a mi habitación pero mi madre me detiene, ya que alguien tocaba la puerta.
-¿Podrías abrir?- Pregunta, no contestó ya me me dirijo a la puerta.
La abro y mis ojos se agrandaron tanto que podrían salir, se encontraba un chico demasiado lindo, llevaba unos vaqueros ajustados negros que le asentaban muy bien, una remera roja con cuello "V" que hacía que sus músculos se mirarán aún más grandes de los que eran.
-Linda como siempre Kels.- Sonríe, tenía una hermosa sonrisa.
-¿Alex?- Pregunto asombrada, la pubertad le a asentado muy bien a este chico.
-Claro que si linda.- Me había llamado linda, ¡oh Dios me llamó linda!
Si, si, te llamo linda, superalo antes de que quedes como una patética. Obviamente me llamó linda a mi, tu eres muy fea.
Somos la misma persona.
No hay punto de comparación, fea.
(...)
-¿Y que haces por aquí Alex Hayes?- Pregunté dirigiéndome a mi cama, la cual salte y caí rendida.
-Intercambio, me vine aqui a Los Ángeles para quedarme, después de estar en Washington cambie demasiado, ya no era el mismo, mis notas bajaron demasiado. Una chica demasiado linda se ofreció a cambiar mi aspecto, y yo acepté,- Admitió recordando.-creí que me había enamorado de ella, pero sólo fue una mentira para que su "ex novio" -Dice haciendo comillas con las manos.-tuviera celos de mi y hací regresará con ella. Cuando lo supe, mis autoestima estuvo muy baja al igual que mis notas, los mismos del aquel instituto decidieron que seria mejor regresar aquí y terminar mis estudios.-Suspiro.
-Lo siento por eso.-Digo tratando de reconfortarlo, pero no valía la pena, ya que el había pasado por eso.
-No lo sientes, ya la supere, por que se que aquí en Los Angeles hay una chica mucho mejor que ella, y está delante de mi.-Dice acercándose a mi.- Ella es muy linda, aunque ella diga que es fea, eso es mentira, no sabe cuánto tiempo estuve enamorado de ella, y ahora que estoy aquí, trataré de enamorarla.
-Alex yo no sé qué decir al respecto...
-No tienes que decir.- Finalizó acercándose a mi, tomo de mi cintura para acercarme a el.- Prometeme que dejarás que trate de enamorarte.
Sólo asentí, acercó aun mas su cuerpo a mi, su aliento chocaba en mi rostro, estábamos a sólo centímetros de besarnos, quería besarlo pero no quería tomar la iniciativa, quería que el la tomará, nuestros labios estaban a punto de rosarce, pero se alejó, me había decepcionado un poco.
-No quiero besarte.-Hablo aun sosteniendome, pero ahora nuestros rostros estaban alejados, observó mi rostro por unos segundos y comprendió lo que había dicho.-Si quiero besarte, pero aún no, quisiera salir contigo a un lugar. ¿Que te parece un helado en estos momentos? Yo sé que no te puedes negar a un helado.-Sonrio.
-Claro vamos.-Sonrie de vuelta.