Cinco.

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Imagen de Nick Freeman.

Otro día más de colegio, quería que las vacaciones llegarán ya, quería salir de este círculo satánico en el que me encontraba. Faltaba poco para salir del colegio, una clase más y adiós círculo satánico, un día menos por el cual tenía que estar aquí. Bess me había ignorado de una manera olímpica, quería acercarme a ella pero no doblaría mi orgullo. Ella es la que debería pedirme perdón y yo no, por supuesto que no. Para mi grata suerte ella comparte la misma clase que yo en la misma mesa, era obligatorio que ella se sentara junto a mi ya que el Sr. Blase así lo quería.

Me acerco rápido a la mesa y tomó asiento, saco mi respectivo libro y finjo dar una ojeada a este cuando veo a Bess acercarse, si ella quiere ignorarme pues bien por ella, pero yo haré lo mismo pero peor, ella no entiende nada de esta materia, siempre pide mi ayuda pero ya no más, se quiere comportar como una perra sarnosa pues así será. Esta toma asiento a lado de mi y saca sus respectivos materiales, siento su mirada en mi pero la ignoro. Veo que Nick se acerca a nosotras, o más bien a Bess, se que ella está sonriendo como una estúpida. Pero algo me deja sin palabras cuando veo que no se acerca a Bess si no a mí.

—Hola, Kelsey.—Una sonrisa egocéntrica se forma en su rostro, unas tremendas ganas de golpear su feo rostro me invaden pero me contengo.

—¿Y tu eres...—Finjo haciendo una mirada extraña. El me mira como si tuviera dos cabezas, porque claro, ¿quien no sabría quien es el?—¡Oh, si!El estúpido de Nick.

—Oh, cariño.—Acaricia mi mejilla pero alejo su mano rápidamente.—Se que me conoces más que nadie.

—Oh, estúpido.—Imito su acción y acarició su rostro para luego proporcionarle una abofetada.—En mundo no está alrededor de ti.

Acaricia su rostro con una sonrisa.—Pero tu si.—Otras tremendas ganas de proporcionarle una abofetada me invaden pero el carraspeo de la chica que se encuentra a mi lado —que no la recordaba— se hace presente. Nick la observa con asco y se marcha no sin antes aventarme un beso con un guiño.

—Eres una zorra.—Gruñe con odio Bess captando mi atención. Ahora la sarnosa me llama zorra, parece que lo de zorra le queda mejor que ella.

—Oh, querida, lo zorra te queda mejor a ti, no es mi culpa de que nadie te quiera a ti.—Escupí con odio.

—¡Eres una estúpida!—Se abalanza hacía mi pero la detengo antes de que me golpeé.

—Ni se te ocurra.—Sostengo su brazo con fuerza, se que la estoy lastimando pero en estos momentos no me importa.

—Me lastimas.—Forcejea y se libra de mi agarre. Sus ojos se cristalizan, lágrimas quieren salir de sus ojos pero las detiene.—Eres una idiota.—Se levanta del lugar y toma sus cosas para salir de la clase.

Un sentimiento de culpa invade mi cuerpo, la he cagado, no debía haberla sostenido así. Siento la necesidad de seguirla pero me detengo cuando el Sr. Blase entra. La razón por la cual le he cagado es que ella tiene una familia disfuncional, su padre maltrata física y psicológicamente a su madre como a ella. Aparte de que su padre maltrata a ambas, le es infiel a su madre con una chica mucho menor que el.

Ha quedado traumatizada de por vida, recuerda como maltrataba a su madre, como la tomaba y agredía, por esa razón se puso de esta manera. La e tratado de ayudar para que asista con un psicólogo pero ella se niega rotundamente, dice que no está loca. Por suerte su padre se largo con la otra chica y así ya no las agrede más, pero los traumas psicológicos aún seguían ahí.

Muestro mi atención a la clase de Física, en que no es mi materia favorita soy muy buena en esta clase.
El Sr. Blase nos ha dejado un trabajo en clase que ya estaba a punto de terminar cuando siento que tocan mi hombro, volteo un poco desconcertada encontrandome con Nick, lo observo con odio. Por suerte el Sr. Blase no se encontraba en la clase.

—¿Que quieres?—Escupo con odio, el me observa con la estúpida sonrisa que siempre se encuentra en su horrible rostro—lindo para muchas, pero para mi no—.

—¿Quieres salir en una cita conmigo?—Su propuesta me toma con sorpresa pero después lo observo y me hecho a reír.—¿Qué están gracioso?

—¿Hablas en serio?—Limpio una lágrima que se ha salido por el rabillo de mi ojo. El asiento con seriedad, lo observo con incredulidad.—Por supuesto que no.

—¡Vamos!—Toma mi mano con la suya pero la alejo con furia.—¡Por favor!

—¡Por supuesto que no! ¡Y no me harás cambiar de opinión.

Seduciendo A Una NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora