125. Sentimientos, emociones y sensaciones. (pov. Donghae)

81 8 1
                                    


El sexo, no surgía mágicamente cuando él y yo nos acostábamos juntos. Es algo que planeábamos antes, incluso sin ser conscientes de ello. Muchas veces empezaba con una mirada, un gesto, un contacto fugaz con el cuerpo del otro. A veces, un recuerdo compartido, uno de los cientos que teníamos, un olor, una melodía que nos recordaba todo aquello ya vivido. Algo se ponía en marcha entre los dos, y el deseo nos encendía, al mismo tiempo que nuestros cuerpos entraban en calor. Seducía, me dejaba seducir, hablábamos mientras nos hacíamos mimos, y nos mirábamos tímidamente.

Pero las relaciones no solo se producía entre los dos sino también en los límites de un espacio físico y de un tiempo en general breve. El apuro quizá resultaba comprensible en una pareja de adolescentes, apasionados por el frenesí y la falta de experiencia, pero para dos adultos como nosotros, el acto sexual era como un reloj puesto a contracorriente.

Si queriamos enriquecer nuestra sexualidad explorando todas las posibilidades que nos ofrecía, debíamos concederle su propio tiempo. Un tiempo para "sintonizarnos" el uno con el otro de nuevo. Ese tiempo que debe tomarse una pareja para volver a amarse, para reconocerse, para re-encontrarse y así seguir manteniendo el deseo del primer día.

Cualquier persona para comunicarse sexualmente con los demás, utiliza un lenguaje de palabras, miradas, signos y gestos que revelan lo que sentimos, deseamos, rechazamos. La intimidad, la honestidad, la sensibilidad, la confianza, la generosidas, espontaneidad, seguridad, creatividad y las ganas de explorar y reírse es algo que hace de una pareja, única. Al igual que hace único, el momento.

- Ya lo he decidido - dijo este acariciandome la mejilla con el dorso de su mano.

- El que?- sonreí dibujando una calida sonrisa en mi rostro.

- Lo que has dicho antes, lo he pensado y...

- Lo has pensado mientras me besabas?- bromee.

- Por tu culpa ahora no puedo pensar con claridad.- y me beso, rozando en mis labios la punta de su lengua.

- Sí. No sé...- dudé. Tal vez había dejado caer el tema. De ser el segundo, pero el verdadero amado. Lo había pensado e incluso, lo había aceptado, aunque fuese a rebajarme como persona, y como amante.

- No importa. Haremos lo que podamos Donghae. Yo nunca he dejado de amarte... -Alargó la mano hacia mí, tan despacio que creí que jamás me tocaría.

Tiró de mí hasta que nuestros pechos chocaron. No se en que momento acabamos en la cama, Eunhyuk sobre mi, y yo completamente receptivo a sus besos y caricias. Sus manos, juguetearon por mi espalda desnuda hasta cerrarse en mi culo, alzando mi cadera pegándola a la de el. Gemí.

- Oh, me gusta —susurró, complacido.

- Qué te gusta? —pregunté.

- El ruido que has hecho. Ese gemido.

Dios mio!. Giré la cara preso de la vergüenza y me la tape con mis dos manos. Peiné mi flequillo consiguiendo que cubriese mis ojos, y pude oír como Eunhyuk rió.

- No seas vergonzoso...- dijo agarrandome de las manos. Este me las llevo a cada lado del cuerpo, dejandome de nuevo vulnerable a el.

- No digas esas cosas- me quejé mordiéndome el labio inferior aun preso de la vergüenza. Tenia las mejillas ruborizadas y enrojecidas, y comenzaba a tener muchísima calor, demasiada para ser finales de diciembre.

- Lo siento- susurró el, dejándose caer sobre mi.

Su cara, a pocos centímetros de la mía, se quedo completamente cubierta por la sombra que producía el cabello que caia sobre el. Solo podía ver sus labios, sus dulces y carnosos labios que se doblegaban para sonreirme. A mi.

Dreams Fulfilled (Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora