Dreams Fulfilled (Parte 3)

148. Historias de amor y odio.

Habían pasado practicamente dos meses desde que Yun se había intentado suicidar.

Dos meses en los que había estado dormido.

Dos meses en los que la gente no paro de decirme que no despertaría del coma.

Dos meses desde la ultima vez que vi aparecer a sus padres en el hospital.

Había llegado corriendo. No podía permitirme perder un segundo. Ni en un semaforo, ni en encontrar las llaves del coche. Ni en el trafico. No pude ni pararme a pensar el por que Eunhyuk ni tan si quiera me seguía.

El hospital estaba cerca, solo a un par de kilometros, ya que por zona, ese era el hospital al que debían haber llevado a Yun. Corrí solo durante unos diez minutos, a todo pulmón, y a pesar de que el aire asfixsiaba mis pulmones, y que este me golpeaba en la cara con fuerza, sentí como si hubiese estado horas corriendo. Perdiendo el norte, y practicamente la vision.

No podía entender por que lo había hecho. Por que no me había dicho nada. Por que ni tan si quiera se despidió.

Corrí cuanto las piernas me dejaron hasta la sala de urgencias. Fui directo a la ventanilla, y la enfermera se sorprendió al verme.

- Buenas noches- me dijo en tono avergonzado.

No era momento de coquetear.

- Seo YunSook- me limite a decir cogiendo aire.

La enfermera me miró de arriba a abajo.

- Es un amigo- continué, entrecortadamente.

- Un segundo- dijo con una sonrisa ácida.

Se levanto y salio por la puerta que había a su derecha.

Comencé a puntear con las uñas en el saliente de marmol de la recepción. No es que fuese un tick, simplemente lo hacía por no comenzar a llorar.

- Disculpe- dijo alguien tras de mi. Era una voz de hombre.

Me di la vuelta y un hombre con principios de alopecia en la coronilla y vestido con una bata blanca me sorprendió.

- Por favor, acompáñeme a la sala VIP...

- No quiero una sala VIP!- chille, llamando la atención de las personas a mi alrededor. - Seo YunSoo, es su nombre. Lo habrán traído aquí hace menos de una hora, cierto? Donde esta?

- Señor...

- Donde esta!!- chille, empujándolo.

Dos celadores salieron de una puerta, mas allá de nosotros y a pesar de mis chillidos, me pidieron cordialmente que les acompañara.

Tal vez no era una actitud tan llamativa en la sala de espera de urgencias. Tal vez los médicos están acostumbrado, a pesar de que no todos los días lleguen celebridades. Tal vez daban por echo que la gente que fuese a preguntar por Yun actuaria así por que ya estaba muerto.

Muerto...

Muerto.

No podía estar muerto.

Acompañé a los dos celadores por un pasillo sin ventanas, aunque muy iluminado y me abrieron una puerta cediéndome el paso. Ahí dentro había dos personas, un hombre de unos cincuenta años con una gabardina marron tupida casi hasta los pies, y una mujer, bastante alta de edad semejante, que, en su regazo, tenia un gran abrigo de pelo de un animal que no sabría identificar.

- Son los padres de Seo YunSook- dijo uno de los dos celadores- Nos haría un gran favor si esperase aquí con ellos, el médico les visitará cuando le sea posible.