CANNIBAL

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Me vi de repente en medio de un charco escarlata de espesa sangre coagulada y cuerpos o mejor dicho cadáveres frescos que se llenaban de ratas. Riéndose frente a mis ojos. El olor y el sonido de sus patas moviéndose por todos los cuerpos me ayudo a recordar todo o al menos la mayoría

Ya había pasado de nuevo

Bueno, no me molestaba, no lo podía controlar, solo me limitaba a limpiar la sangre de mi ropa y quemar los cuerpos una vez que recuperaba algo de mi cordura

Aunque parece que esta vez fue más intenso. Apenas si podía caminar con tanto muerto y mis botas se pegaban en la sangre con cada paso que daba

Solo recordaba vagamente el momento, siempre lo que más tenia presente eran los gritos, el sonido del cuchillo atravesando la carne, apuñalando y mis dientes arrancando y desgarrando la carne de diferentes lugares. Como poco a poco los gritos y las suplicas se elevaban y se acallaban

Era un éxtasis y a la vez energizante

Sinceramente nunca me importaron esos momentos en que mi cordura se iba a la mierda y el monstruo sádico y sediento de sangre que llevo dentro, saliera, de echo era liberador. Relajante, de alguna forma se sentía una rara paz

Una sonrisa macabra y un brillo perturbador aparecieron en mi rostro a medida que iba limpiando la sangre de mi ropa y arrastraba los cadáveres hacia una hoguera

Podía asegurar que no tenía ninguna expresión en mi rostro además de la anterior y en ningún momento se asomó algún sentimiento o sensación de culpa o miedo o desesperación

Nunca supe de donde había venido o como había aparecido esa doble personalidad o esa cosa dentro de mí, tampoco me importaba, no sentía nada. Estaba vacío, congelado, loco. Ni los recuerdos que veían en sueños de los gritos y las suplicas de la gente junto con esas expresiones de pánico, miedo y asco lograban tener algún efecto

La única cosa que hacia mis ojos brillar y hacer correr mi sangre con adrenalina, era esto. Sangre, gritos, muerte. El miedo puro reflejado en sus rostros alimentaba al demonio interno que tengo y me hacía querer más

¡MAS, MUCHO MAS!

Lo necesitaba. Ese rojo brillante entre mis dedos, mi ropa, mi rostro, mi boca. El sabor metálico y ligeramente agrio combinándose con mi saliva, haciendo que una corriente eléctrica recorra mi espina dorsal y el cerebro se me alborote como si me hubiera drogado

Los demonios internos que tenía en mi cabeza me pedían cada vez más y más y era tal el dolor que producían esas voces o gruñidos y la adrenalina del momento, que gustoso lo hacía. Pero el infierno era cada vez más pequeño y no me complacía, se hacía aburrido y monótono, me aprisionaba mientras se achicaba. Era asfixiante. Entonces decidí crear una más grande, a mi estilo y medida. Uno sin límite. Uno donde el éxtasis y la diversión nunca terminen y siempre haya nuevas experiencias

Al fin y al cabo nunca nada ni nadie podría superar esa sensación. Nunca encontré algo que lograra producirme algo más fascinante, esa sensación magnética, esa excitación. Tampoco me moleste en buscarlo, no existía, así de simple

Yo era un demonio. Esta era mi vida, el infierno personal en el que yo mandaba

Mi propia historia de terror y estas nunca tenían nada como el amor y nunca tenían finales felices para los demás. Solo para mí

El ángel curador no existía. El cielo era un lugar completamente apartado de donde yo estaba. Los ángeles me repudiaban y odiaban. Las personas me temían y solo servían para mi diversión personal. Retorcida y sádica. Por eso también me encantaba Halloween, los disfraces, la sangre falsa, las ilusas personas que me veían y se reían, sin saber que la sangre de mi ropa era real y que pronto estaría combinada con la de ellos.

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2018 ⏰

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