"Dos compañeros de cuarto + Una noche = ¿Qué fue lo que pasó? ¡Yo no sé!"
Advertencia: Esta historia la escribí sin pensar, la estoy escribiendo sin pensar.
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–1–
Desperté abruptamente dando un fuerte chirrido, cuando deslice mis ojos hacia mi parte baja, mi cuerpo se estremeció y sacudió con fuerza. Yo me encontraba sin pantalón de pijama y mi compañero de cuarto con mi polla en su boca, mientras masturbaba la suya con su mano derecha.
—¡Kyuhyun! ¿Qué...? —.
—Calla hyung. Lo necesito — se subió sobre mí haciéndome caer en la cama.
Él empezó a desabotonar la camisa de mi pijama, entonces estrujó mis planos pechos.
—¡Ah! —.
—Tan bueno. Incluso siendo hombre tus pechos son tan formados, hyung—.
Kyuhyun no estaba soñando, ni mucho menos alucinando, él sabía a quien le estaba haciendo todo eso, era consciente de que estaba tocando a un hombre, a su compañero de cuarto.
—¡Detente! ¡Para ya! ¡Esto no es divertido! ¿Estás jugándome alguna broma? ¡Ya! —.
Él no hizo caso, se apretó contra mí, frotando su erecta carne sobre la mía, mientras sonoros gemidos salían de nuestras bocas. Yo no podía gritar para ser socorrido porque eran horas de la madrugada.
Maldición, estúpida excusa.
No podía gritar porque no quería hacerlo y no quería hacerlo porque empecé a desear lo que me estaba haciendo también.
Kyuhyun levantó mi cadera juntando mis piernas en el aire, su gruesa carne se abrió paso entre ellas.
Oh mierda.
—Espera te digo. Tu novia... Kyuhyun, tu novia... —.
—Necesito liberarme, hyung. No puedo esperar. Déjame hacer esto—.
Él empezó a moverse masturbándose con mis muslos. Me sonreía, una sonrisa lasciva aparecía frente a mí, tan diferente a la que estaba acostumbrado a ver. Y su mirada, sin perderme de vista, me devoraba.
Yo estaba siendo violado.
—Hyung...—.
No, no era eso.
—¡Hyung!—.
Llevé mis manos temblorosas hacia mi polla y comencé a masturbarme.
—Kyu... — le miré, no sabía de qué forma, me sentía asustado, y a la vez deseoso de más.
—Min... —.
La desesperación de Kyuhyun se unió a la mía, sus manos se colaron encerrando mi garganta, me apretaba con más fuerza al ritmo en que sus embestidas aumentaban.
Supongo que no me importaba quedarme sin aire en ese momento. El ver como el castaño que se encontraba frente a mí, se retorcía y temblaba de placer era mucho más expectante. Enterré mis uñas en sus brazos porque yo también estaba por liberar mi esencia.
Y en un aullido unísono, pasó.
Su cuerpo reposó sobre el mío, mientras nuestras respiraciones luchaban por volver al homeostasis. Y entonces la realidad golpeó mi cerebro.
¡Eso acababa de pasar!
Kyuhyun se levantó y me observó por unos segundos, luego solo sonrió.
Caminó hacia su mesita de noche y volvió a mi cama trayendo consigo pañitos que recostó sobre mi vientre. No dijo nada, solo limpió las partes de mi cuerpo que habían sido manchados con nuestros orgasmos.
—Eso estuvo genial... — suspiró —. Que descanses hyung —.
No me moví, se acomodó a un lado de mi cama, pasó un brazo por sobre mi pecho y su nariz recayó a un lado de mi cabeza.
