Doce(?)

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Ahora recordaba porqué no me gustaba ir a fiestas. La música ruidosa y potente en general, dañaban mi delicado sentido acústico, añadiendo que siempre terminaba en un rincón, lejos de los grupitos que rápidamente se iban formando.

Esta fiesta no era la excepción, aunque habían pocos invitados, como bien lo había dicho Jiyoon, no pude socializar con ningún grupo, así que solo me quedé sentado sobre un sillón muy al rincón. Aunque realmente no era como si me muriera por relacionarme con algunos de ellos, pero era mejor distraerme escuchando estupideces de otros a estar solo en un lugar con música potente reventando mis oídos.

Donghae no paraba de mirarme, haciéndome señas de que me uniera a los demás chicos de nuestro instituto que ya habían formado su grupo y no dejaban de platicar con algunas mujeres. Dudé mucho en acercarme pues eso significaba estar cerca de Kyuhyun también, el cual se dedicaba solo a tomar la lata de cerveza que tenía en su mano ignorando a todo el mundo.

Por cierto, sobre lo que pasó antes de venir... A final de cuentas, cuando esperábamos un taxi, regresé al supermercado para comprarle un regalo a Jiyoon, Kyuhyun esperó y en ese lapso de tiempo, su linda novia había vuelto por nosotros, ellos no dejaron de mimarse en todo el camino de regreso a la casa de playa.

Pero eso era lo mejor, pensé. Yo no tenía nada que hacer entre ellos dos, necesitaba estar lo más lejos posible de ellos si no quería volver a caer ante el imbécil de Kyuhyun. Iba a demostrarle que yo era fuerte, que podía oponerme a él, yo lo iba a hacer.

Cogí el vaso que estaba en la mesita frente a mi sillón y lo llené con el ron que se encontraba encima de aquélla.

—Jóvenes y señoritas, con ustedes, la reina de la fiesta: ¡Jiyoon! — la voz de Jungsoo hyung siempre era muy animosa y alegre, pero esta vez, más que en otras ocasiones, deseaba lanzarse una media sucia de Eunhyuk en la boca.

La luz del reflector se posó sobre la figura fenomenal de Jiyoon, quien estaba arriba en las escaleras lista para bajar.

Ella realmente se veía tan hermosa, no entiendo en qué momento se había peinado tan bonito y maquillado tan coquetamente. Yo no era de fijarme mucho en las demás personas ni en lo que traían puesto, pero a Jiyoon no podía quitarle los ojos de encima. Me levanté para verle mejor, ella bajaba nerviosa, era divertido ver como una carita tan segura y decidida, podía convertirse en una llena de nerviosismo y muy coloreada. El vestido negro, que cubría hasta por encima de sus piernas, se movía conforme ella pisaba los escalones. Sus ojos y los míos se encontraron y yo le sonreí. Ella desvió la mirada y yo la encontré aún más adorable.

Cuando me percaté, Kyuhyun la esperaba al final de los escalones. Despegué mis ojos de esa escena y me senté en el sillón de nuevo volviendo a tomar aquella botella de ron.

Debatiéndome internamente, giré mi cabeza para verles un poco, todos se acercaban y saludaban a la cumpleañera, ella era realmente muy querida. Luego, otra vez, ella me miró.

—¡Min! — gritó agitando su mano para que fuera hacia ella.

Kyuhyun me dedicó una mirada llena de «No vengas», pero como siempre, yo hice lo contrario.

Caminé hacia donde estaban todos, y aunque no dejaban de observarme, yo solo me dediqué a verle a ella.

—¿No vas a saludarme? — conociéndome, le hubiera lanzado una risa burlona y dicho «Te saludé ayer» pero no lo hice, volví a sonreirle y le abracé.

—Feliz cumpleaños, Jiyoon — susurré en su oreja.

—Gracias, Min —.

En segundos, todos volvieron a rodearle, y yo quedé muy atrás. Kyuhyun iba a venir a mí, a gritarme y jalarme como siempre hacía, o al menos eso pensé, cuando le vi él no hizo nada, ni siquiera me miraba.

Wiggle, Wiggle (KyuMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora