Su cuerpo se encontraba sobre el mío, mientras el sofá más grande nos acogía en su regazo. Se restregaba contra mí, balanceándose, rozando intencionalmente nuestras carnes mojadas.
—Ky…Ky…Kyu…~—
Yo había olvidado cómo se respiraba.
—¡Ah…! ¡Ah…!—
Había olvidado cómo se hablaba.
Él besaba todo lo que podía, mi cuello, mi pecho descubierto; su húmeda lengua hacía maravillosos delineados sobre mi clavícula.
Exprimí mis párpados volviendo a gemir su nombre.
—¡Mierda! —
Lo oí maldecir, abrí mis ojos y observé con delicia como se desesperaba por liberar su miembro apretado por el *jean.
Lo sacó y temblé. Grueso y rojizo.
La sola idea de pensar que se encontraba así debido a mí, hacía a mi pequeño cuerpo pedir más sin necesidad de usar palabras.
—¿Te gusta lo que ves? —
¡Definitivamente!
Pero solo gruñí.
—¿Quieres probarlo? —.
No sabía qué debía decir, qué responder. Eso era muy marica, ¿pero lo que estábamos haciendo no lo era ya?
Él parecía haberse arrepentido de su pregunta, luego de solo escuchar silencio.
Bajó su lengua hacia mi estómago, ahí siguió lamiendo, degustándose, mordiendo; yo cogí sus cabellos.
Mi camisa era la única que había sido arrebatada. Quería decirle que moría por quitarme la prisión de mis pantalones, quería que él me lo quitara.
Pero su boca solo acariciaba mi polla cubierta. Como tentándome a que dijera lo que anhelaba, sus ojos lanzándome esa mirada.
—¡Mghmn! ¡Ah..! —
Mordí mi labio inferior ¿Por qué me era tan difícil confesar lo que quería?
Él rió.
—¿Quieres que te la chupe? —
Recordé esa noche, en la que empezó todo. Mi polla dentro de su boca caliente, sus ojos expectantes, yo estremeciéndome. Y recordé también que esa vez en el baño, deseé que volviera a hacer aquello.
—Dilo. Si quieres que lo haga…— sonrió con fresca tentación —, lo haré.
—Sí…—.
Había sido rápido para quitarme el pantalón, los calzoncillos, alzar mis piernas y colarse debajo de ellas.
Volví a preguntarme cómo sabía él de todo eso.
Aunque no era necesariamente tan diferente al hacérselo a una mujer supuse.
¡Tan virgen yo!
Su boca atrapó mi carne y no quiso dejarla asegurando su agarre con su mano derecha.
—Vale, esto va a gustarte… —
Juro que mis pupilas se dilataron.
Si masturbarme con su mano estremecía mi cuerpo al borde de la locura, su boca me tenía desquiciado.
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Wiggle, Wiggle (KyuMin)
Fanfic"Dos compañeros de cuarto + Una noche = ¿Qué fue lo que pasó? ¡Yo no sé!" Advertencia: Esta historia la escribí sin pensar, la estoy escribiendo sin pensar.