IX

65 2 1
                                        

-¿Me quieres ver la cara de estupido? ¿O que rayos?-dice enojado Salomon.

-Mira, Salomón, tranquilízate un poco, si ellos dicen que nos ayudaran a ambos lo harán, veo que tienen buen corazón.-dice Paloma, para relajar aquel estresado chico.

-Ah si claro, Paloma, para ti todos son buenos ¿no? Inclusive los que nos querían golpear. Por favor.

-Bue-bueno... tampoco exageres.

-¡Oh mierdaaa! Ya me vi, moreteado, a punto de morir, sin mis padres cerca, muriendo solo, sin...

Se acerca Alin, que se encontraba al lado de Samantha, y le da una bofetada a Salomón para tranquilizarlo. Se la dio tan fuerte que el sonido retumbo en toda la casa. Después de esto, se formó un largo silencio incómodo para todos, pero necesario para producir calma en el ambiente.

-Bueno... creo... que les arreglaré en el lugar donde pasaran la noche. Síganme, que esta oscureciendo y "creo" que no llegaran a tiempo a casa.-dijo Salomón pero esta vez en un tono mas bajo.

-¿Lo que dijo al ultimo fue un chiste sarcástico para nosotros o que fue?-dice susurrando Alin a Samantha.

-Yo digo que si, pero no era su real intención decírselo, cuando uno entra en un estado como... "atontado" por así decirlo... a uno se les escapa cosas que no tenia que decir.-respondiendo de la misma forma como lo hizo Alin.

Salomón subió unas escaleras, que se encontraban en un pasillo entre la cocina y la sala. Esas escaleras estaban hechas de madera y barnizadas, estas tenían un buen estado. En ese pasillo, solo había una luz que iluminaba aquella escalera para evitar algún tipo de tropiezo.

Todos subimos siguiendo al chico, el abrió la puerta que se encontraba al final de la subida, para dirigirnos a otro pasillo, pero esta vez, en la planta alta, donde se encontraban un baño y 2 recámaras.

-Aquí... aquí dormirán ustedes 4, perdonen si el espacio es muy chico para todos, pero en el otro cuarto dormiré, bueno, a no ser que Paloma quiera dormirse otra vez aquí.-dice el, titubeante, tratando de recuperar la noción de todo lo que había pasado.

Entramos los 4 al cuarto que nos había asignado, las paredes eran de color azul con líneas gruesas y delgadas de color verde. La cama era una litera, y esta se localizaba enfrente de un ropero, que se encontraba al lado de la puerta blanca por donde entramos. La litera estaba hecha de madera barnizada, con un aspecto elegante. Tenia una mesa de maquillaje con un un gran espejo de color morado. Al parecer, este cuarto le pertenece al de sus padres, y el duerme al lado.

No me podía quejar sobre el lugar en que nos toco dormir, de esto a dormir en la calle o desvelarnos en búsqueda de un techo.

Cayó la noche, era hora de prepararnos para acomodarnos para dormir los 4 en una sola habitación. En el cuarto se encontraba una silla de madera, en el cual estaba llena de ropa, algo típico de los padres. Coloco todo el montón de ropa en el piso, muevo la silla hacia una ventana que se encontraba en medio de la mesa de maquillaje y la cama.

Me senté, solo en el lugar, contemplando aquella ventana, cuyo escenario era la ciudad iluminada por una gran luna. En eso, llega Alin, me toca la espalda y frota su mano en el, en señal de tranquilizante.

-Vamos ¿Que tienes?-dice ella.

-No... nada... supongo que... nada-le respondo con una voz baja.

-Sabes que a mi no me engañaras de esa forma.

-Bueno... es que... estaba pensando... sobre nuestro tiempo... ¿Y si ya nunca volvemos a el?-le digo a Alin, esperanzado en recibir una respuesta que me alentara.

-Volveremos a nuestro tiempo, no te preocupes, la voz lo prometió.

-Pero y si la voz nos engaña, como lo hizo en aquel cuarto para que abriéramos la puerta y viajemos en el tiempo.-respondo yo, subiendo esta vez un poco de tono.

-No la juzgues tan rápido, si apenas la conoces, ella lo hizo para que nos diéramos cuenta de alguna razón, tal vez nos hará bien en un futuro.

En eso llegan Tony y Samantha al cuarto, ya era tiempo de dormir. La litera, al ser algo grande, tenia la posibilidad de dormir 2 personas en la cama de abajo y 1 en la cama de arriba. Los que durmieron abajo fueron las chicas juntas, mientras que Tony durmió arriba, y yo, bueno, busqué en todo el cuarto cobijas y una almohada. Me acomode para de dormir en el piso, al lado de la litera, cubriéndole con una cobija con un estampado de autos de carreras.

Después de todo, Alin estaba en lo cierto, tenia que darle oportunidad a la voz para saber en que me quería transformar o tan solo, aprender una lección difícil de comprender que podría ser incluso... comprometedora.

Cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora