MAIA

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Maia siempre se sintió como un bicho raro dentro de su escuela, incluso cuando estaba con sus mejores amigas sentía que no encajaba, que algo estaba mal en ella. Tal vez hoy no estaríamos oyendo su historia de no ser por un grupo de compañeros que se empeñaron en hacerle la vida imposible desde el primer año de secundaria.

Maia era hermosa, por dentro y por fuera, pero nadie era capaz de verlo. Ni siquiera ella.

Todas las personas que la rodeaban se empeñaban en humillarla, maltratarla física y psicológicamente, pisoteando su autoestima y dejándola vulnerable ante todo el mundo.

Maia siempre supo que su cuerpo no cumplía con los estándares de belleza establecidos en las revistas. Hubiera preferido mil veces ser una tabla, como el resto de sus amigas, a tener el cuerpo repleto de curvas que no la favorecían en nada.

Al momento de pedir ayuda, hasta su propia madre le dio la espalda, argumentando que era solo una etapa, que pronto pasaría y que además, estaba exagerando la situación.

Pero la etapa nunca pasó; el día en que Maia dijo basta, su tormento se volvió pesadilla. Un remolino de emociones y problemas alimenticios comenzó a tomar fuerza en su cabeza, y no hacía más que aumentar.

Por cada "gorda" que escuchaba, era una comida desechada al volver a casa. Permaneció en ese estado durante años, hasta que su madre la encontró casi muerta en el piso del baño. En ese momento, tramitó los papeles para que su hija recibiera ayuda con su enfermedad en The Doblaught Academy.

La Bulimia debía alejarse de la vida de Maia para siempre.

Y así, ella cruzó los gruesos portones negros un sábado a la tarde, sin saber que allí conocería a sus verdaderos amigos, los que verían dentro de ella, donde, escondida detrás de muchos miedos y prejuicios, se encontraba la verdadera Maia.

Adicción [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora