LAILA

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Cada vez que se veía al espejo, una chica de 50 kilos y ojos tristes le devolvía la mirada.

Entonces, sus pensamientos la torturaban y no comía. Entrenaba y entrenaba, con una meta clara en su cabeza: tener el cuerpo de su hermana.

Pasaba días encerrada en su habitación, mientras sus padres preocupados intentaban descifrar que era lo que pasaba por la cabeza de su hija mayor. NO notaban que ya se le veían los huesos de las clavículas y costillas debido a sus remeras grandes. No podían ver que no comía, porque lo hacía, pero la comida jamás se quedaba en su estómago.

Los meses pasaban y Laila empeoraba. Un día, luego de una clase de educación física, la falta de nutrientes le jugó una mala pasada y Laila perdió las pocas fuerzas que le quedaban, cayendo al piso producto de un desmayo.

Al despertar, lo primero que vio fue la tristeza en los ojos de su madre y sintió un fuerte pinchazo en su sien, la consecuencia de su caída; supo de inmediato que la noticia que estaba a punto de recibir no sería para nada buena.

The Doblaught Academy era el lugar ideal para que Laila se recuperase, ya que estaría alejada de su hermana. A pesar de todas las objeciones que puso, sus padres no cambiaron de opinión. Tres días después, estaba ingresando por la amplia puerta de aspecto histórico y fantasmagórico con dos valijas y muchas dudas.

Adicción [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora