FANNY

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 ¿Qué pasa cuando no encontrás un motivo para seguir viviendo? ¿Cuándo todo lo que te rodea no hace más que torturarte y hacerte sentir que deberías estar muerta?

"La última vez que fui feliz, tenía nueve años, después de eso, ya no hay luz"

El matrimonio de sus padres, así como sus negocios, cayeron en picada y ellos no pudieron soportarlo. El trabajo los consumió y se convirtió en el motivo de sus peleas.

Una vez, en medio de una discusión, su padre golpeó a su madre y a pesar de todos los pedidos de disculpas, ella tomó sus maletas y se marchó, olvidándose de su princesa en el camino.

Pronto, la ira y la desesperación por estar a punto de perderlo todo, acabaron por arruinar la mente de su padre. Comenzó a desquitarse con su hija, a golpearla y tratarla como la culpable de todos sus problemas.

Cuando tenía 10 años, su padre la dejó con unos amigos que, según le dijo, serían "como sus tíos", pero desde ese día su vida se volvió como el cuento de Cenicienta, solo que sin el hada madrina.

No tenía madre, sus ojos despedían una tristeza infinita, estaba sola y maltratada... Entonces, comenzó a odiar la vida.

Las tareas que le encomendaban eran cada vez más pesadas y su cuerpo ya no podía soportar los castigos que recibía por negarse. No conocía otro lugar que no fuera esa casa y ya no recordaba lo cómo se sentía el calor de un abrazo.

Se cortó por primera vez a los 13 años y siguió así durante los otros cuatro; sentía un profundo dolor físico, pero no se igualaba en nada al dolor emocional que cargaba por dentro.

Gracias a un vecino que la vio por accidente, pudieron rescatarla. Y así fue como esta niña desnutrida, con ojos apagados y extremadamente descuidada ingresó en The Doblaught Academy.

En ese lugar, encontró a personas que la ayudarían a cambiar, a convertirse en una persona sana y por sobre todas las cosas... A dejar de odiar la vida.

Adicción [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora