-Ya hemos llegado.- bajo de su espalda y miro alrededor.
-Es... precioso.- nos encontramos en una especie de lago pequeño, que en su agua se reflejan perfectamente la Luna y las estrellas, rodeado de césped y rocas, y en una de las paredes rocosas, cae una cascada de poco más de 7 u 8 metros de altura. Sólo estamos alumbrados por la luz de la Luna, que hace que todo esté aún más bonito, y sólo se escucha el fluir del agua y los insectos. Todo esto crea una relajación increíble.
-Bienvenida a mi lugar secreto. Aquí vengo cuando quiero escribir, o cuando discuto con los chicos.- dice Peter, sentándose en el césped.- Ven, siéntate.-
Abre un poco las piernas y me siento, apoyandome en su pecho.
-Vaya, no sabía que eras tan... artístico.- digo yo, moviendo las manos, haciendo que se ría un poco.
-Artístico no, sólo... Me gusta escribir desde hace siglos, es como huir del mundo, ¿me entiendes?- dirige sus ojos a los míos.
-Creo que si, supongo que el lugar donde huyo de todo es mi habitación, y dormir, dormir mucho.- vuelve a reírse, me encanta esa sonrisa. Se queda un rato mirándome, en silencio.- ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?-
-Oh, no.- dice sin dejar de sonreír, negando con la cabeza.- Sólo estaba pensando que... estás preciosa a la luz de la Luna.-
Vaya... No se que decir, el también está precioso a la luz de la Luna, sus ojos están más brillantes, su piel reluce un poco, y sus sonrisa blanca me teletransporta a quien sabe donde, y su pelo con el flequillo sujetado hacia atrás con el coletero y los lados cortos le dan el toque único de Peter. Y la verdad, le queda muy bien, a pocos chicos les queda bien ese pelo.
-Tu también estas muy guapo.- le devuelvo la sonrisa.- Sabes... nunca te he visto con el pelo suelto.-
-¿Enserio?- niego con la cabeza.- Bueno... ¿quieres hacer los honores?- me incorporo y le quito el coletero, y nunca me hubiera imaginado que le quedara tan bien. El se coloca el mechón hacia la derecha, y acabamos los dos uno frente al otro.- Dime, ¿qué te parece?-
-Por mi podrías dejártelo así para siempre.- volvemos a sonreir los dos. La verdad es que estoy muy feliz de estar así con Peter, es la primera vez que estamos tan agusto, y no quiero que se acabe nunca.
-Oye Issi... yo quería preguntarte algo.- dice agachando la cabeza.- Verás, ahora que ya sabes esto, nuestro secreto, creo que sería justo que tu me contarás algo más de ti... no se, tu infancia, esas cosas.- ahora vuelve a mirarme.
-Está bien, es justo.- me acomodo el pelo con su coletero, y empiezo.- Bueno... Cuando yo era pequeña, mi madre murió en un accidente de tráfico, y nadie quiere que se le muera una madre, pero yo en realidad lo preferí, porque si no llega a morir en ese accidente, mi padre la hubiera acabado matando.- Peter me mira expectante, y hago una pausa para continuar.- y bueno... mi padre, el borracho, maltratador, e hijo de puta de mi padre, se encerró en su habitación día si y día también, dejándonos la faena a mi hermano y a mi. Cuando salíamos del colegio, nos poníamos a mendigar en la puerta de la Iglesia o del supermercado, porque si no traiamos comida a casa nuestro padre, bueno, ese cabron, nos pegaba las palizas de nuestras vidas. Luego, con el paso del tiempo, Lauren empezó a ir al Instituto y a trabajar en varios sitios a espaldas de mi padre, yo me quedaba en casa cuidando todo... y cuando porfin Lau tuvo el suficiente dinero, nos fuimos de allí una noche.- Vuelvo a hacer una pausa, y Peter ahora me mira serio.- Nos fuimos de tren en tren y de motel a motel huyendo de nuestro padre, el cual se cansó de buscarnos a los dos meses, entonces ya nos hospedamos en un motel cerca de este pueblo donde les pagabamos trabajando para ellos. Ahí conocimos a Elissabeth, ¿sabes quien es?-

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Hundida
Vampire-No pienses que me creo algo de lo que dices, para ti esto siempre ha sido un juego.- le dije, quitandome de su agarre. -¿Para que querría jugar a un juego en el que se que voy a perder?- me respondió el, posando sus grandes y hermosos ojos, un poco...