Me levanto sobresaltada, empapada en sudor, y mi cabeza parece que va a estallar. Miro la ventana de mi cuarto, aún no es de noche, pero falta poco. Recogo del suelo, sin levantarme de la cama, la toalla mojada que hasta hace poco estaba en mi frente, y me seco el sudor con ella.
-Lauren, Laureeen.- digo, intentando chillar, pero mi inflamada garganta no me deja.
Por suerte, Lauren me oye.-¿Qué pasa? ¿Te encuentras peor?- entra por la puerta y se sienta a los pies de mi cama, acariciandome la pierna.
-No, creo que me ha bajado la fiebre.- le sonrió. Acto seguido me toca la frente.
-Parece que tienes razón, voy a ponerte el termómetro.- coje el artilugio y me lo coloca bajo el brazo, ahora hay que esperar a que pite.- ¿Quieres cenar algo? Eli va a hacer las hamburguesas que tanto te gustan.-
-No, no tengo mucha hambre.- me coloco el cojín contra la pared y me recuesto ahí, no me apetece estar más tumbada.
-Vamos, no has comido nada desde ayer.- me mira, el termómetro pita y me lo quita.- Si, tienes 37'8, no es mucha fiebre, pero no podemos correr riesgos.- me besa en la frente, y se dirige hacia la puerta.- Ah y... de aquí un rato te subiré la cena, Eli y yo nos vamos a comprar, si quieres algo llámame.- yo asiento con la cabeza, cierra la puerta y se va.
Decido coger el teléfono para revisar mis redes, no tengo mucho, pero llevo ya dos días encerrada en mi habitación, sin poder casi moverme de la cama de lo enferma que estoy, seguro que me puse enferma por el baño con Peter...
Mi móvil suena, es Peter, parece que lo he invocado o algo.
-Oh, hola Peter, ¿que pasa?-
-Hace días que no nos vemos, ¿cómo estás?- le escucho muy cerca, como si tuviera eco.
-Mejor, ahora me ha bajado la fiebre, y parece que la medicina hace efecto.-
-Entonces... ¿puedes recibir visitas?- antes de que conteste, veo una figura colocarse en el alfeicer de mi ventana, y no puedo creer que haya vuelto a hacer eso.
-Peter estás loco. Podría haberte visto algún vecino.- cuelgo el teléfono y lo dejo en la mesita, me levanto mientras acaba de entrar, miro la calle y los balcones para asegurarme de que no hay nadie. Peter se acerca a mi con una sonrisa de oreja a oreja, ignorando mi comentario, y me coge de los hombros.
-Venga, no te levantes que estas muy débil.- dice llevándome hasta la cama, yo le refunfuño, estoy cansada de estar en la cama. Si ríe de lado, y me mira directamente a los ojos, me siento y el sienta a mi lado, con intención de besarme, pero lo detengo.- No quiero contagiarte.-
-Soy un vampiro Issi, los vampiros no enfermamos. Bueno... si hay una enfermedad de los vampiros... pero las de los humanos no nos afectan.- entonces me besa, un beso con ganas, diciendo lo que me había echado de menos esos días, la verdad es que yo también lo echaba de menos.
Se separa de mi, y me acaricia la mejilla, ese gesto me reconforta.
-Y bien... ¿Como estáis en tu casa?- pregunto con la voz débil, no debería de hablar mucho.
-Oh, muy bien. Josh y Drake están investigando acerca de los Hade para saber más sobre sus costumbres y sus rutas, para prepararnos para lo que sea... vencerlos más rápido, Toni y Kevin los ayudan, y Lourrene y Phill están como siempre, haciendo sus cosas de adultos.- vuelve a inclinarse y me da un beso corto, entonces hace un sonido con la boca, creo que intentando decir Ah, y se separa de mi, metiéndose la mano en el bolsillo.- Esto me lo ha dado Phill para ti.- saca del bolsillo una botellita de cristal pequeña, con un líquido transparente. Lo cojo y lo miro, también lo destapo y lo huelo, no huele a nada, parece agua.

ESTÁS LEYENDO
Hundida
Vampir-No pienses que me creo algo de lo que dices, para ti esto siempre ha sido un juego.- le dije, quitandome de su agarre. -¿Para que querría jugar a un juego en el que se que voy a perder?- me respondió el, posando sus grandes y hermosos ojos, un poco...