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Narra Dan

Recuerdo el cabello de Phil algo más largo, él era más bajo pero seguía teniendo ese estilo inocente de siempre.

- ¡Dan! ¡Está ardiendo! ¿¡Qué tipo de cafetera del infierno tenemos!? - Gritó después de tomar un sorbo del café que yo había preparado.

Reí por lo adorable que se veía intentando abanicar su boca.

- No está tan... - Le doy un sorbo y siento que mi boca se llena de fuego. - ¡Oh, Dios mio! ¿¡Qué he creado!?

Phil rie y miro sus labios con algo de café. Era tan inocente, como un ángel intentando enfriarse la lengua con la risa. Sus ojos estaban pequeños y llenos de alegría.

Dejo mi taza a un lado y sin pensarlo me lanzo a besarlo.

Arde, quema, hay incendio en mi boca, pero merece demasiado la pena.

Y vuelvo a la realidad.

Abro los ojos y me encuentro en la misma cocina, pero sin Phil.

De repente, la botella de leche salta por los aires aterrizando en el suelo.

Del susto, me sujeto a la mesa y miro alrededor. No hay nadie.

- ¡Déjame en paz! ¡Tú no eres real! - Grito y la risa de Phil aparece detrás de mi. Burlándose.

- Si lo creyeras de verdad, no me verías.- Contesta y me doy la vuelta encontrándome con él.

Tenía razón. Pero es tan difícil olvidar esos ojos azules y esa preciosa voz, que aunque se esté burlando de mi sigue hechizándome.

- Me iré de esta casa.

PhantomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora