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2:52 a.m.

No puedo, es imposible que pueda alejar algo que no veo.

Esa risa otra vez, la escucho por toda la habitación.

Estoy en una esquina, agarrando mis rodillas esperando a que no me haga nada.

- Dan, ¿ya no quieres jugar?- ríe de nuevo y noto un suspiro gélido al lado de mi cuello. - Pero si es muy divertido...

Está al lado mio, en la oscuridad. Es mi oportunidad.

Me lanzo sobre él y sin saber muy bien lo que hago, puedo sujetarle las manos fuertemente al suelo.

- ¡Deja de perseguirme! ¡Tú no eres real! - Grito y entre la penumbra observo sus ojos.

Aparece una sonrisa en su cara y me mira fijamente, haciendo que un escalofrío recorra mi cuerpo.

- Bésame. - Dice firme y suspira. -Así sabrás si soy real...

Puedo ver el contorno de sus finos labios, retándome a que lo haga. Seguro que están fríos, llenos de muerte y sin nada de amor en sus movimientos.

Pero lo hago. Le beso suave sin soltar sus muñecas. Él me sigue y relajo mis músculos al recordar lo suave que son sus labios.

"No puedo parar, es como una maldición hecha solo para mí" pienso pero sigo besándole, notando algo extraño.

Me separo para verle a los ojos y él sonríe, pero sin un tono de burla en las mejillas.

Me relamo los labios y frunzo el ceño.

Sabe a café...

PhantomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora