Un mal consejo de amor.

109 5 1
                                    

UN MAL CONSEJO DE AMOR:

En caso de un adiós no solicitado, sólo queda el consuelo de las canciones compartidas, los besos añorados, las sonrisas memorables en aquellas fotografías. En caso de un adios injustificado, ojalá que tu amor no se estacione en el pasado. Más vale huir, correr en sentido contrario, ahogarse en tragos baratos, bautizarse en una nueva religión o cambiar de nombre en cada antro y quedarse callado mientras la pasión pasa de largo. En caso de un adiós precipitado empaca sólo lo necesario. Si se va ella, no te quedes a esperar que vuelva. Si te vas tú, mejor es que devuelvas las llaves porque cualquier noche tus pasos serán perros malacostumbrados. Si se van ambos, sólo den diez pasos bien contados y entonces voltean al mismo tiempo y se apuntan con un dedo y que el dardo del rencor haga impacto en su corazón. En caso de un adiós incendiario no prendas veladoras, apaga los suspiros, quema las cartas que hoy suenan falsas y dinamita las ganas que tengas de volver a esos besos. Y sí aún así te quedan resabios, será mejor que hagas cien planas con alguna frase lapidaria: “El amor es una bestia que tarde o temprano se vuelve en contra tuya” o algo así como “el amor es un instructivo para armar una trampa de osos”. En caso de un adiós auto medicado no te recetes consuelos caducados, ni alcohol para curar el olvido, mucho menos te inyectes esperanzas para un mañana con resaca. Y si una canción dedicada te recuerda algo, mejor cámbia de estación antes de que te venga la tentación de saltar por la ventana. En caso de un adiós sin poesía, recurre a las recomendaciones sabias del más sabio de los poetas. “Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un cementerio”. Palabras de Jaime Sabines. Te alabamos, señor. Y si, es mi caso. Y esto sólo es una advertencia para los que se sientan desahuciados. Sólo es una guía para que la próxima vez lo pienses bien antes de enredarte en una relación malsana, en un espejismo que te quitará el sueño durante muchas madrugadas.

2da, resacaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora