Prólogo:
Salí de mi casa y me puse mi bufanda roja, la nieve caía lentamente. Miré al cielo y sonreí. A Inuyasha le gusta mucho la nieve.
Emprendí de nuevo mi caminata hacia el pozo. Cuando entré en la pequeña caseta cerré la puerta y suspiré. El humo salió de mi boca.
Bajé las pocas escaleras que había y entré en el pozo. Pronto una luz azul empezó a envolverme lentamente. Miré maravillada a mi alrededor, extendí mi brazo hacía la luz azul pero justo entonces empezó a desaparecer.
Una vez que toqué el suelo elevé mi cabeza para ver las nubes blancas adornar el cielo.
Coloqué bien la mochila amarilla en mi espalda y empecé a subir las escaleras. Cuando estuve arriba pisé la nieve blanca.
-Que bien, aquí también está nevando.
Empecé a andar, entré en el pequeño bosque que llevaba a la aldea de la anciana Kaede. La nieve de los árboles resbalaba y caía a mi lado. Una vez salí del bosque pude ver a Shippo jugar con Rin.
¿Qué hace Rin aquí?
Pensé al ver la sonrisa de los dos.
-Hola Kagome- Shippo me sonrió y la bola que acababa de lanzar Rin le dio en la mejilla.
-Hola Shippo, hola Rin- la de pelo castaño al verme vino corriendo hacia mí.
-Hola señorita Kagome, Rin se alegra de verla.
Sonreí al verla.
- ¿Está Sesshomaru aquí?- pregunté mientras pasaba al lado de los dos e iba en dirección a la cabaña de la anciana.
- ¡Sí!- respondieron ambos animados levantando sus manos y sonriendo de oreja a oreja.
Una vez que me alejé de los dos niños busqué con la mirada la cabaña de la anciana. Cuando la tuve localizada me dirigí hacia ella.
-Con permiso- saludé entrando, elevé mi cabeza y vi a todos sentados rodeando el fuego. Inuyasha y Sango se quedaron mirándome mientras me sacudía mis botas negras.
-Hola señorita Kagome- saludó el monje sin elevar la mirada.
Entonces vi a Sesshomaru, él no se dignó a mirarme solo miraba el fuego hechizado.
- ¿Qué ha pasado?- pregunté al sentir el ambiente un poco tenso. Me senté al lado de Inuyasha y Sesshomaru se levantó.
-Espero que lo tengas en cuenta- dijo antes de salir.
Miré desconcertada a todos.
- ¿Por qué ha venido Sesshomaru?- todos me ignoraron. - Chicos, ¿qué pasa?
-Nada que te interese Kagome- Inuyasha salió de la cabaña y me dejó con las palabras en la boca.
- ¿Pero qué le pasa?- Sango me miró y luego me sonrió, pero conocía demasiado bien sus sonrisas y esa que me daba era una fingida.
-Nada, no te preocupes.
-Entonces ¿por qué vino Sesshomaru?- El monje Miroku desvió la mirada, parecía afectado por algo.
-Ya sabes, cosas de hermanos.
-Que yo sepa estos hermanos siempre que se encuentran casi se matan- dije ya enfadada. - Chicos decidme que ha pasado.
-Sesshomaru te quiere llevar con él- susurró el monje mirándome.
- ¿Por qué?
-Porque exige entrenarte hasta el invierno de dentro de un año.
- ¿Pero por qué?
-No nos lo ha dicho, solo ha comentado que es por tu bien y por el de todos- susurró Sango. - Inuyasha no ha dicho nada, se está pensando el dejarte ir.
- ¿Y por qué lo tiene que pensar él? Es mi decisión ir.
-Sesshomaru cree que tú eres la hembra de Inuyasha- dijo Miroku.
Me levanté y salí de la cabaña. Busqué con la mirada a Inuyasha. Empecé a andar hasta encontrarme con Shippo.
- ¿Shippo has visto a Inuyasha?
-Se dirigía al árbol sagrado.
Debí suponérmelo.
Empecé a correr. El aire que entraba en mí cada vez que respiraba desgarraba mi garganta. Cuando estuve cerca del gran árbol dejé mi correr para empezar a andar y volver a coordinar mi respiración.
-Te lo advertí Inuyasha, si quieres que la antigua sacerdotisa reviva tienes que dejar venir a la humana conmigo.
- ¡Jamás! No aún, no está preparada.
-Yo creo que sí.
-Déjame unas semanas, al menos que se lo cuente.
-Eso me dijiste hace dos lunas.
-Está vez se lo diré.
-Creo que esta vez ella está con nosotros.
Salí de entre los arbustos verdes y blancos por la nieve.
- ¿Qué significa todo esto? Explicármelo, por favor.
-Para que la antigua sacerdotisa revivía sin que nadie salga herido tú debes enfrentarte a muchos males y acabar con Naraku- Sesshomaru hizo una pausa y miró a Inuyasha para luego mirarme con sus congelados ojos. - El deseo que pidas debe ser el revivir a la antigua sacerdotisa para que todos los reinos estén en paz.
- ¿Todos los reinos?- retrocedí un paso.
-El reino del Este, Sur, Norte y por supuesto el reino del Oeste- respondió Inuyasha sin elevar la mirada.
- ¿Y que tiene esto que ver conmigo?
-Tú eres la portadora de la perla y...- Inuyasha hizo una pausa antes de seguir. - la mujer de la que habla la leyenda.
- ¿Qué leyenda?
-La princesa de la nieve y antigua gobernadora de todos los reinos- respondió Sesshomaru. - espero tu respuesta humana, dentro de dos días vendré a por ti.
¡He vuelto!
Lo que me ha costado, de verdad.
Espero que os haya gustado.
With love:
Mihaela-Taka
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La reina de la nieve [Inuyasha]
FanfictionKagome es obligada a entrenar con Sesshomaru para el bien de la humanidad, de Kikyo y de los cuatro reinos. Solo ella, encarnación de Miyuki Aimi, podrá salvarlos a todos. . . . Fanfic que también está publicado en Fanfiction.