Capítulo XIII:

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Capítulo XIII:

Sesshomaru besaba cada parte de mi cuerpo, mi chaqueta y mi jersey habían volado lejos desde hacía rato y el haori de Sesshomaru igual, los dos nos besábamos con pasión.

Sesshomaru recorrió con sus manos todas mis curvas. Solté un gemido cuando Sesshomaru tocó uno de mis pechos.

¿Qué estamos haciendo?

Me pregunté en un determinado momento cuando Sesshomaru se paró a verme a los ojos con amor.

¿No es muy temprano a mi edad hacer esto?

Me pregunté cuando Sesshomaru se acercó a mí y besó mi cuello. Llevé mi mano a su cabello.

Solté otro gemido.

–Sesshomaru... espera– dije con la respiración entrecortada.

Este levantó la cabeza y me miró.

–No estoy preparada– susurré bajando la cabeza. Sesshomaru se separó de mí y me miró confuso. –No es porque no te quiera, pero es demasiado temprano para mí hacer esto ahora.

Sesshomaru se acercó a mí y me abrazó.

–Lo entiendo– susurró contra mi oído, correspondí su abrazo y aspiré de su dulce y hermoso aroma.

Te quiero.

Pensé para mis adentros.

.

.

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Vi a Koga e Inuyasha discutir por quien iba a ser el líder de la manada. Levanté la ceja y suspiré. Me crucé de brazos y miré a Sango.

– ¿No crees que es hora de que los pares?– asentí mientras bajaba mis brazos.

–Abajo– Inuyasha cayó estrepitosamente al suelo.

– ¡Kagome!– exclamó mientras levantaba la cabeza.

Yo que me había acuclillado delante de él, le sonreí.

–Lo siento Inuyasha, pero el líder de esta manada serán Sesshomaru y Koga.

– ¿Qué? ¿Y yo qué? Eso no vale Kagome– dijo Inuyasha enfurecido.

–Lo siento Inuyasha, pero aquí yo soy la reina y por lo tanto yo tengo el poder de decidir– respondí con una dulce sonrisa.

–Está bien, pero cuando el lobo sarnoso esté fuera yo seré el líder.

– ¿Junto a Sesshomaru?– pregunté mientras me aguantaba la risa.

Inuyasha le dio una rápida mirada a Sesshomaru, este levantó la cabeza en son de superioridad.

–Sí– respondió Inuyasha firme. –No le tengo miedo a ese perro gigante.

–Inuyasha– le regañé.

Inuyasha vio como todas las miradas estaban sobre él, de un momento a otro pareció que se incomodaba.

–Ya está bien, no sé que hacen todavía viéndome, deberíamos haber emprendido el viaje hace mucho–dijo empezando a andar.

Empecé a reírme junto a Sango y Shippo.

Las horas pasaban rápidas y cuando me di cuenta ya era el mediodía.

–Oye Kagome, tengo hambre– se quejó Shippo mientras saltaba a mis brazos.

Miré a Sango y Koga, estos también parecía que tenían hambre.

La reina de la nieve [Inuyasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora