Capítulo XI:

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Capítulo XI:

Vi a Koga con la cabeza a gachas.

–Es verdad que mi abuelo me solía comentar cosas como proteger a la reina y salvar al pueblo, pero nunca me imaginé que eso era de verdad–dijo Koga, levantó la mirada y buscó la mía. Cuando nuestros ojos chocaron un leve sonrojo apareció en el rostro de Koga.

– ¿Entonces estás de acuerdo con acompañarnos?–volví a preguntar indecisa.

– ¿Estás de broma? Claro que sí, ahora que ese perro pestoso no está cerca podré tenerte solo para mí– me sonrojé mientras bajaba la mirada.

Empecé a reírme nerviosa, estaba bastante incómoda, ya que tenía la fría y penetrante mirada de Sesshomaru y la cálida y hermosa mirada de Koga fijas en mí.

–Entonces vámonos– dijo Sesshomaru levantándose.

– ¿Qué? ¿Tan rápido?–preguntó Koga a la vez que se levantaba.

–Por supuesto, hay que encontrar a la tercera acompañante y el tiempo que perdamos es oro– dije. – Pero antes debo ponerte un anillo.

Sesshomaru se quedó mirándonos mientras yo buscaba en mi mochila la caja donde había metido el segundo anillo. Cuando lo encontré me dirigí a Koga y cogí su mano.

–Te nombro mi primer guía y acompañante, hasta que la muerte nos separe– dije eso último en un susurró mientras le ponía el anillo.

De repente de este salió una luz amarillenta.

Bajé mi vista a mi dedo para ver como el color de la pequeña piedra cambiaba a un verde muy claro.

Un frío escalofrío pasó por todo mi cuerpo y sentí un leve mareo, pero se pasó enseguida.

– ¿Qué ha sido eso?–pregunté mientras me daba la vuelta para ver a Sesshomaru.

–Has obtenido el poder necesario para acabar con males como Naraku– Abrí mis ojos lo más que pude.

– ¿Yo sola?–Sesshomaru asintió y yo abrí mi boca.

–Eso es imposible–dije en un susurro.

–Mi padre siempre decía que lo imposible siempre se vuelve posible–dijo de repente Koga poniéndose a mi lado.

Le miré interrogante, pero no pregunté el porqué dijo esa frase tan extraña.

Una hora después ya estábamos de camino al castillo, ya que Rin no podría acompañarnos en lo que restaba de viaje.

Estamos caminando con la única compañía del viento y la nieve. Solo se oyen las risas de Rin y Koga y los bufidos de Jaken al ser molestado por estos dos.

Sonreí mientras veía a Koga poner caras raras para hacer reír aun más a Rin.

Por extraño que parezca, es como si el fuese un niño con disfraz de adulto.

Pensé al ver lo juguetón que se veía Koga.

Dirigí mi mirada a Sesshomaru, este estaba bastante alejado de nosotros, perdido en sus pensamientos.

Como siempre.

Aceleré mi paso para ponerme al lado de Sesshomaru.

– ¿Qué te pasa?–pregunté.

Pero la respuesta de Sesshomaru jamás llegó.

– ¿Estás enfadado conmigo?– volví a preguntar con la esperanza de que él respondiera, pero solo recibí silencio. – Lo siento.

La reina de la nieve [Inuyasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora