Harry
—Harry, la encontraron, esta en el sexto piso. —anunciaron.
—Pero, ¿Cómo llegó hasta ahí? —respondió Bill a mi lado, raramente sorprendido.
Yo, por otro lado, sentí una corrientente de alivio recorrerme de los pies a la cabeza mientras asentía y corría detrás de quién me había avisado, subiendo al ascensor.
¿Qué había pasado?
Bueno, pues resulta que llegamos a las oficinas del señor Holligan para firmar mi contrato con la nueva disquera. Ese era la primera razón por la que estaba en los Ángeles y la más importante. Después eso, había prometido a mi hija que iríamos a dar un tour por la cuidad. Le encantaría y sentí algo hermoso en mí cuando me sonrió con una intensidad parecida a la de antes. No todo estaba perdido.
Entré en la oficina con Bill, mi mánager y saludamos con formalidad al señor Holligan, quién era muy divertido para tener casi setenta años. Todo parecía ir de maravilla, y no hubiéramos tardado tanto de no ser por que, -para quedar, bien supongo- mi mánager se puso a hablar de temas sin importancia.
Un malestar comenzó a crecer en mí cuando el teléfono vibró desde mi bolsillo. Lo saqué tratando de no llamar la atención de nadie y el peso que llevaba en mi corazón desde hacía meses, se hizo aún más grande.
Llamando: Louis.
Había pasado quién sabe cuanto desde la ultima vez que eso se grabó en la pantalla de mi teléfono; claro que no pensaba contestarle. Tal vez solo planeaba hablar con mi hija, quién estaba afuera esperando con Xander. Eso podría esperar. Así que rechacé la llamada luego de pasarme como tonto viendo su llamada cerca de diez segundos. Luego traté de poner la atención de vuelta en la conversación. El contrato estaba firmado y miré una última vez el papel con cierto desdeño. La última vez que firmé uno de esos, me había divorciado.
Entonces alguien entró sin permiso y de un estruendo, la oficina se quedo en silencio.
—Harry, Auren se fue —era Xander, que ponía una cara de preocupación, aunque nadie en este mundo podría creerla. Era el peor actor del universo. Sin embargo las palabras que decía alertaron todo mi sistema.
«¿Qué?»
—¿Qué dices? —preguntó Bill después de unos segundos de silencio. Eso me hizo volver a la realidad.
—Estábamos hablando y..., de repente se paró y se fue —dijo mirando a mi mánager. Me puse de pie de inmediato.
—¿Y por qué no la seguiste? —le grité con exasperación, saliendo a la sala de espera fuera de la oficina. La mochila de Auren estaba ahí, pero no había rastro de mi pequeña.
—Traté de hacerlo, pero la niña es rápida —comentó como si fuera un chiste. Me volteé para encararlo. Estaba furioso y él sonriente por su reciente comentario. ¿Cómo podía hacer eso? Xander había sido mi error más grande.
—¿Qué le has dicho? —le grité, por un momento había olvidado que estaba en las oficinas de mi nueva disquera y que tanto como Bill y el señor Holligan miraban la escena sin entender nada.
Xander alzó las manos indicando que era inocente.
—Sólo la verdad, cariño. Que estamos juntos —sonrío con socarronería y por poco..., solo por poco, le habría soltado un puñetazo de no ser porqué mi hija estaba desaparecida.
—¡Auren! —me separé de Xander para gritar el nombre de mi hija y correr por el pasillo llamándola.
—Ve por ayuda y pide que busquen a la niña —oi que decía Bill a mis espaldas a un guardia. Quise agradecerle pero no tuve tiempo antes de bajar corriendo las escaleras hacia la planta baja, donde estaba la recepción.
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Pretending.
Fanfiction«¿Sabes lo doloroso que es fingir solo por la felicidad de tu hija?»