—¡No, Elliot! Esa pieza es así —dijo la pequeña rizada acomodando el rompecabezas. El otro pequeño estaba encajando mal la pieza y el puzzle seguía sin poder completarse.Elliot se quedo en silencio, mirando sin entender una sola palabra. Auren solo se acerco al puzzle para poner la pieza y formar la cara de Winnie Pooh, ese rompecabezas era viejo.
—¿Lo ves? Así es como debe de quedar. Porque así se completa la figura, ¿puedes verlo? —Auren movió su pequeña y blanquecina mano hasta llegar a explicarle. Pero Elliot ni siquiera entendía que era un puzzle. Él solo miraba a la niña como si estuviera hablando en un idioma completamente diferente. Y es que lo era, por lo que Auren solo pudo reírse de sus ojos verdes abiertos como platos y cejas arqueadas.
Era el turno de la rizada de colocar la siguiente pieza sobre el juego y justo cuando encajó otra parte del puzzle la puerta se abrió, llamando su atención.
—¡Qué bueno que están aquí! Los he estado buscando por todo el lugar; estaba a punto de desmayarme —su tía entró, entre sonrisas con hoyuelos y rostro con piel roja. Parecía acalorada pero recién aliviada, por lo que Auren sonrió y se puso de pie.
Su tía abrió la boca en admiración en cuanto la vio.
Llevaba un vestido color hueso, de tela de seda por debajo y con una leve capa de tela transparente con brillitos para recubrirlo. Su cabello, estaba recogido en un moño alto en su cabeza, sin embargo, justo debajo, en la parte trasera del bollo, caían los perfectos y rubios rizos de la chica. El tocado tenía consigo flores pequeñitas; algunas margaritas y otras mas oscuras que el morado inicial. Se veía preciosa.
—¡Mirate, eres toda una princesa! —aclamó su tía. La rubia de doce años recién cumplidos se sonrojó sobre sus mejillas blancas, cambiado de un momento a otro el tono de todo su rostro— ¡y tú! Ay, pero tu también estas muy guapo.
Su tía tuvo algunos problemas para agacharse, pero pudo hacerse con Elliot en sus brazos; ese pequeño llevaba consigo un mini esmoking, pequeño como su cuerpo de casi cuatro años.
—¡Tu también te ves muy linda, tía!
Ella llevaba consigo un vestido color fucsia, que era bastante simple en realidad. Ahí se alzaba la curvatura de su vientre expandido por el embarazo de seis meses.
—Gracias, mi niña —le tendió la mano a la pequeña Auren y ella la tomó sin rodeos—. Tenemos que irnos, tu papá me va a matar si algo se sale de control de su día perfectamente planeado. Así que, andando.
Salieron de la habitación y se aventuraron entre los pasillos color crema del lugar, suelos de mármol y ventanales enormes que daban increíbles vistas a los jardines llenos de rosales blancos. Hacia un día precioso, la época de primavera hacía ver todo más soleado, con colores vibrantes y saturados. Sin embargo, ahora no tenían tiempo de mirar la naturaleza, ni los jardines, habían personas que esperaban por ellos.
Pasaron por una gran puerta de roble que estaba entre abierta, dentro se oía el ruido de miles de murmullos juntos, Auren se asomó, fugazmente. Podía ver bancas y bancas puestas en líneas, todas repletas de gente que conocía y otras tantas que no, pudo visualizar a James, su primo, de pie al otro lado de la sala. Él la miro esperando que Auren entrara y se acercara a él, pero ella no pudo debido a que la mano de su tía la llevó consigo lejos de la puerta.
La pequeña rubia apretó los labios pero no dijo nada; se dirigió con su tía hasta otra habitación un poco lejana al salón y cuando entraron, se topó con sus demás tías. Todas vestidas similarmente, tocados preciosos con margaritas incluidas como Auren. Estaban frente a espejos y luces mientras se retocaban el maquillaje, solo poniendo los últimos detalles y mirándose frente al espejo. La pequeña Tomlinson se quedó de pie mientras su tía baja a Elliot de sus brazos y en lugar tomaba la mano de Auren.
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Pretending.
Fanfiction«¿Sabes lo doloroso que es fingir solo por la felicidad de tu hija?»