PROHIBIDO

Emociones ocultas

  Eran tan sólo las 3 de tarde. Mike miraba por la ventana de su cuarto expectante, moviendo sus manos mientras entrelazaba y desenlazaba sus dedos de manera constante. Buscaba las palabras adecuadas en su mente, sabía que lo que estaba a punto de hacer podría cambiar su vida por completo, pero ¿para qué seguir ocultándolo? él no era feliz de esta forma. Necesitaba decirlo, gritarlo si era necesario, pero tenía que sacarlo de su pecho lo antes posible.
Pensaba en todo lo que perdería si algo saliese mal, y todo lo que perdería si saliese bien. No había forma de ganar, alguien iba a resultar herido.
Se hundía cada vez más en sus pensamientos, buscando la mejor forma de hacer esto. Las voces en su cabeza se hacían más fuertes al punto de casi gritar, sentía como le bajaba la presión al punto de tenerla por el piso. Golpean la puerta. Mike mira sobre su hombro, expectante. Dejó de sentir los latidos de su corazón y se le entumecieron las manos.

-¿Si?- Preguntó con voz temblorosa.
-Soy yo, Brad- Contestó el hombre detrás de la puerta.
Mike soltó un respiro, tanto de alivio como de frustración.
-Pasa- respondió.
-Ya le avisé a Chester que quieres verlo.
Al escuchar ese nombre el corazón de Mike dió un salto y pudo sentirlo de nuevo en su pecho golpeando con fuerza.
-Gracias- Dijo mientras volvía a girar sobre sí y se ponía mirar por la ventana.
-¿Está todo bien?- Preguntó preocupado Brad al ver a su amigo un tanto nervioso y callado.
-Sí, no te preocupes- Contestó.
-¿Te peleaste con Chester o algo así?- Preguntó de nuevo el guitarrista ignorando la anterior respuesta.

Mike sintió una punzada en el pecho, "todavía no" pensó.

-No, sólo quiero discutir con él sobre unas letras que estuve componiendo- Mintió.
-Oh, no sabía que habías compuesto más, ¿puedo verlas?- Preguntó emocionado Brad.

Mike ya comenzaba a cansarse de su amigo. Quería hablar con él pero en ese momento necesitaba enfocarse en lo que iba a decirle a Chester. Estaba a punto de perder los estribos y decirle de muy mala manera que no y que se fuera, pero en ese momento Chester asomó la cabeza por la puerta.

-¿Querías hablar, Mikey?- Preguntó Chester con una sonrisa, algo que lo caracterizaba. Él siempre estaba de buen humor, dispuesto a hablar de cualquier tema en particular.
-Sí- Dijo Mike dirigiendo luego la mirada a Brad, quien entendió por completo que ya no era bienvenido en la habitación y tenía que retirarse.
-Los dejo hablar tranquilos, chicos. Sólo recuerden que en una hora hay reunión abajo- Concluyó Brad antes de cerrar la puerta tras él.

Chester lo miró a Mike esperando a que su amigo comience a hablar.En cambio Mike, observaba a Chester de pies a cabeza. Éste estaba vestido con una remera blanca con corte en "v", pantalones negros ajustados y zapatillas de tela rojas. Por el cuello de la remera se asomaban los tatuajes de su pecho que volvían loco a Mike. "Si hubiese venido con los anteojos ya estaría tirado sobre él" pensó Mike y produjo una leve sonrisa confirmando él mismo sus propios pensamientos.

-¿Bien?- Preguntó Chester impaciente que sólo veía como su amigo tenía la mirada perdida en su pecho sonriendo levemente.

Mike salió de sus pensamientos y se puso serio. Quería buscar la mejor forma de decirlo sin arruinarlo. Sabía que no sería fácil, Chester había sido su amigo por más de diez años y lo último que quería era arruinar esa amistad que tanto adoraba, pero tampoco quería perderse la oportunidad de saber que habría pasado si se lo hubiese dicho en lugar de ocultarlo.

-Siéntate- Le dijo a Chaz mientras hacía un ademán con la mano mostrando la silla a su izquierda.
Chester sonrió y fue directo a sentarse tal como su amigo le había ordenado.
-No sé como empezar- Dijo Mike soltando una leve carcajada de nerviosismo al mismo tiempo que se sentaba en la silla continua.
-Y... la mayoría veces se empieza por el principio, Mikey- Respondió Chester con sarcasmo sonriéndole.