PROHIBIDO

UNA VEZ MAS!

que tal todos como se encuentran? bueno llego con la noticia que este fict esta por terminar solo resta un capitulo, de todo corazón espero que lo hayan disfrutado, se que no es el mejor de todos pero creo que tiene lo suyo y bueno espero que de alguna forma les haya dejado un buen sabor de boca, gracias por seguirlo y apoyarlo con sus comentarios, sus votos y sus visitas, pronto estaré publicado el siguiente fict que es mucho mas completo, mejor elaborado y con 2 secuelas! por el momento les dejo este capitulo en un rato publico la ultima parte!

  "Otis! No corras por la orilla" gritó Mike desde dentro de la casa cuando vio a su hijo correr por alrededor de la pileta. "Hijo, hazle caso a tu padre" dijo Anna entrando al cuarto. Ambos se encontraban ahora en el living, Mike sentado en el sofá, luchando con los recuerdos de la semana anterior. Otis entró a la casa enojado por no dejarlo correr libre por donde quisiera y se sentó en el piso con ambos brazos cruzados.

"Hijo, no es momento para que te comportes así" dijo Mike. Su hijo lo miró y se encogió de hombros. "Vamos, mi amor, tienes que cambiarte" dijo Anna estirándole la mano a la criatura para que la tome. Él la miró y luego de unos segundos decidió hacer lo que le decían con un leve suspiro. Ambos desaparecieron por las escaleras y Mike dirigió su vista a la ventana, viendo las nubes negras que se avecinaban.

El lugar tan sólo le traía horribles recuerdos. Recuerdos de aquel día en que corrió por los pasillos gritando y llorando a su amor que supuesta mente había muerto. Estaba tan frío como aquella vez, el mismo dolor en el pecho, la misma sensación de desesperanza, otra vez sintiéndose como que la parte más importante de su vida estaba a punto de escaparse de la punta de sus dedos.

"¿Familiares de Bennington?" preguntó una enfermera desde el final del pasillo. Mike no tuvo que pensarlo dos veces y se paró para dirigirse hacia ella. La enfermera le dedicó una mirada compasiva y dijo, "Quiere verlo". A Mike le recorrió un escalofrío por la espalda, ¿y si era la última vez?.

"Mike, ¿a qué hora llegan los demás?" preguntó Anna entrando de nuevo al cuarto, sacando a Mike de sus pensamientos. Él la miró y vio a su hijo vestido con un esmoquin negro, igual al que él tenía puesto. "En diez minutos" contestó él sonriéndole a Otis, quien se veía increíblemente tierno con esa ropa, según Mike.

"Yo me tengo que ir, mucha suerte, Mike" dijo Anna tomando su bolso. "Está bien. Gracias, Anna... por todo" contestó él sonriendo. "No me lo agradezcas" dijo ella y le dio un pequeño beso en la frente antes de salir por la puerta. Mike suspiró una vez más y otra vez los recuerdos lo invadieron, tuvo que contener las lágrimas.

"Es todo mi culpa, Mikey" dijo Chester llorando desconsoladamente. "No, Ches, no digas eso. No fue tu culpa" trató de convencerlo Mike. "Sí que lo es, si no fuese por mí no estaríamos aquí ahora. No estaríamos pasando por esto, encima es tu cumpleaños... perdón, perdón" repitió una vez más tapándose la cara con ambas manos. "Sh, Ches, por favor no llores más" dijo Mike abrazándolo con fuerza, besándole la cabeza una y otra vez, dejando sus propias lágrimas caer junto con las de él. "Por favor, no llores" repitió una vez más, su voz quebrándose en el camino.

"¿Papá?" preguntó Otis. Mike se frotó los ojos, tratando de sacarse las lágrimas que se habían formado sin darse cuenta y se dio vuelta, "¿Sí, hijo?". "¿A dónde vamos?" preguntó el infante mirando con el ceño fruncido. Mike tragó grueso, Otis tenía tan sólo siete años, pero era completamente capaz de entender que estaba sucediendo. Tomó aire y dijo, "¿Te acuerdas cuando el otro día me llamaron desde el hospital porque hubo un accidente?". Otis asintió con la cabeza. "Bueno, algo feo pasó y ahora tenemos que ir al funeral..." comenzó a explicar pero su voz se quebró, trató de recomponerse para continuar explicando pero justo sonó el timbre. Se levantó del asiento y fue a abrir la puerta.

"Hola, Mike" dijo Brad del otro lado. Mike le sonrió y lo abrazó. "Vamos, Otis" dijo estirando la mano para tomar la de su hijo antes de irse hacia el auto. "¿Los demás?" preguntó antes de que llegaran al vehículo. "Están esperando adentro". "¿Están todos?". "Sí, los tres". Mike asintió y entró al auto donde se encontró con Dave, Rob y Joe, todos vestidos con un esmoquin negro al igual que él, Brad y su hijo. Saludó a todos y emprendieron viaje.

"¿Señor Shinoda?" preguntó la enfermera mientras Mike estaba sentado en el pasillo, a punto de quedarse dormido, sólo que no lograba conseguirlo debido a las imágenes continuas de Chester sufriendo y llorando desconsoladamente. Si había algo que odiaba en la vida era verlo sufrir a él, muchas veces lo había visto devastado debido a sus acciones, por lo que se sentía obligado a remendar sus errores. Pero ahora Mike no había tenido nada que ver, y le era casi imposible encontrar las palabras necesarias para que Chester pueda sentirse bien nuevamente.

"Sí" dijo Mike levantando la vista, no quería tener que oír lo que ella tenía para decir. Sabía que iban a ser malas noticias, ¿para qué escucharlas? El día anterior ya le habían dicho que era muy posible que el paciente no pasara la noche, hasta todavía podía recordar las palabras frías del médico diciendo 'Hicimos todo lo que pudimos, ahora queda esperar, pero el pronóstico es muy malo'.

"Lo lamento mucho" fue lo único que dijo ella antes de irse. La enfermera sabía que Mike estaba esperando este tipo de noticia, era inútil entrar en detalles, además era muy probable que él no los quería. No eran importantes, si ya no había nada más que hacer.

"Nos pareció haber visto el auto de Anna cuando entrabamos a la avenida" comentó Rob. Mike levantó la mirada y dijo, "Sí, estuvo cuidando a Otis estos últimos días". "Nos pudiste haber pedido a nosotros que lo hicieramos". "Lo sé, pero Anna se ofreció y Ches no le pudo decir que no" comentó él encogiéndose de hombros. Mike había conseguido la custodia completa de su hijo, debido a que Anna se sentía inestable e incapáz de cuidarlo. A pesar de que pasaba a veces semanas con él, todavía tenía miedo de tener que cuidarlo ella sola, sin la ayuda de alguien.

Los otros miembros de la banda asintieron y sonríeron ante la amabilidad de Chester, a pesar de todo lo que ella había hecho en el pasado, él era capáz de perdonar. Algo típico de él. "¿Estás pensando en él?" preguntó Joe con delicadeza. Mike sonrió con amargura y dijo, "Como cada día desde los últimos trece años". Todos sonrieron también pero nadie acotó más nada, viajaron en silencio hasta que llegaron al cementerio.