Odio

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Al fin una noche de paz. No pesadillas. No problemas para dormir. Estoy fresco como una lechuga, como dice mi madre. Sonreí un poco, aun con los ojos cerrados, estaba aún acostado en mi cama por la pereza de levantarme, pero podría considerarme consciente. Agarré mi almohada y la abracé, durando mucho tiempo en esa posición. Podría haber estado completamente cómodo de no ser que sentía que algo estaba mal, como presionándome a que me levantara e hiciera algo con mi vida.

Si los gatos me enseñaron algo, fue a no dejarte despertar. Seguiré su ejemplo.

Sentí un dolor de cabeza horrible, escuchaba los latidos de mi corazón en mis oídos y mi cuerpo palpitaba. Tuve ganas de vomitar por lo horrible que se sintió. Me levanté asustado de la cama y en el proceso me caí de ella, llevándome las sabanas y la almohada que antes abrazaba. Al fin abrí los ojos con algo de esfuerzo y vi como Todomatsu estaba arrodillado al lado mío, con esa sonrisa gatuna que lo definía, como si no hubiera hecho nada malo. Ese bicho. Él pareció reírse de mis insultos mentales hacia su persona.

- Lindos ojos, qué lástima que los tengas la mayor parte del día casi cerrados. - Acercó su cara a la mía, lo dijo con un tono burlón.

Podría decir lo mismo de los suyos... Pero los miré mejor y ya no eran rosas brillantes como anoche, eran oscuros de nuevo. Solté un gruñido.

- Te buscaste un alago al decirme eso ¿No es así? Tenemos la misma cara, idiota.

- Para dormir tanto, no sueñas nada interesante y tus pesadillas no varían mucho. - Dijo él ignorando mi comentario.

- Siento ser tan inútil. - Dije con algo de sarcasmo girando lo ojos.

- Yo también lo siento. - Me miró con profundidad. - ¿El piso es cómodo? No pareces querer levantarte de él.

Al decir eso, se levantó y se fue por la puerta. Yo sólo miraba la puerta sin haber procesado todo aún. Me levanté, dejando las sabanas y almohada en el piso, y me pellizqué el brazo. Escuché a Todomatsu gritar desde abajo.

- ¡QUE NO SOY UN MALDITO SUEÑO!

Me di cuenta de algo ¿Todomatsu estaba abajo, en la sala, con mis problemáticos hermanos y mi madre que no sabe nada de su existencia?

Corrí para abajo de la casa casi cayéndome por las escaleras, al bajar por completo Todomatsu estaba con los brazos cruzados y semblante impaciente, movía su cola de un lado a otro en un compás. Me había esperado.

- Sé lo que estás pensando, no te preocupes, tu madre no está en casa. - Arqueé las cejas en señal de confusión. - Compras. No había leche.

- ¿Y mis hermanos?

- ¿Sabes que hora es? Son las 8 AM, un viernes, nadie se levanta tan temprano. - Yo le miré enojado, ¿Cómo podía decir que dormía tanto?

- ¿Entonces para qué me despertaste tan temprano? - Me dirigí a la cocina para ver si tomaba algo, tenía la garganta seca. Sentí como Todomatsu me seguía.

- Cómo veo que eres un completo noob en lo que imaginación y poder mental respecta, me he decidido entrenarte. - Ya había entrado en la cocina y abrí el refrigerador. Todomatsu se posicionó detrás de mí. - Te necesito en perfecta forma para cuando el lapso de convergencia termine.

Hice un "tsk" con la lengua, llamando la atención de Todomatsu. Una de sus orejas de gato se movió.

- Fantástico. - Sentí como se sorprendía. Seguro creía que era un comentario sobre su explicación. - No hay leche.

Todomatsu pisó fuertemente el suelo de la cocina. - ¡Yo te dije que tú mamá fue de compras, POR LECHE! Arg, nunca me escuchas.

Fui hacia la alacena por pan, afortunadamente sí había, así que saqué la bolsa del pan. Mientras iba a por un plato, mi daydream seguía hablando.

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