Capítulo 1: Mi día sobrio (Parte 1)

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Al estar desmayada, tuve un extraño sueño. Soñaba que estaba tirada en el suelo, en un lugar completamente oscuro... a mi lado una extraña criatura, parecía una bestia con cuernos y la forma de su rostro era la de un esqueleto, me susurraba...

- Ten cuidado, Fran Bow... Si abandonas la casa de la locura, te perseguiré, te atraparé, y te devolveré a la locura.

En ese momento una lágrima de sangre se deslizó por mi mejilla, y Sr. Medianoche apareció a mi lado, al parecer podía hablar.

- ¿Fran? ¡Despierta! El medicamento te ayudará a escapar ¡Te estaré esperando en el bosque! Te quiero...

Al despertar, me encontraba en mi habitación...

- Todavía estoy aquí... Que horrible lugar. Tengo que salir de aquí.

Primero que nada recorrí una vez más aquel lugar, habían unos papeles en la pared que dibujé yo. Uno de ellos decía: "Roja y pequeña te escondes de mí" Debajo de esa frase hice un dibujo de Sr. Medianoche y yo, a un lado las píldoras. Al lado de ese papel había otro en el que ponía: "Odio al monstruo" con un retrato de él. Y al último se encontraba una hoja que decía: "Tengo que encontrar al Sr. Medianoche ¡Tengo que encontrarle ya! Echo de menos a mi gatito. Se esconde porque tiene miedo. Me dijo que la medicina me mostraría dónde está él".

- ¡Oh Dios! ¡Te echo tanto de menos! ¡Te encontraré Sr. Medianoche! ¡Lo juro! ¡No tengas miedo mi querido gatito! ¡Todo saldrá bien! – Dije al ver esa última nota.

Al otro lado de la cama, en la pared había un papel con cierta información, éste ponía la información básica mía, pero más abajo decía algo más de mí:

"Historial:

La paciente fue encontrada cerca del Psiquiátrico Oswald, mostrando signos de psicosis.

// La tragedia de la familia Bow-Dagenhart. Detalles omitidos.

Tratamiento:

El Dr. Marcel Deern ha probado con distintas medicaciones, habiendo cancelado todas ellas debido a los efectos secundarios."

Decidí avanzar pero algo me asustó - ¡Oh! ¡Santo cielo! ¡Algo se ha caído!... ¡Un útil gancho! Lo usaré para jugar a los piratas después.

- ¡Oh! ¡Creo que he roto las cortinas! ¡Ahora puedo mirar afuera!

Miro hacia afuera y veo una gran torre con una brillante luz - ¡Defensa de la torre! ¡Tenemos a una loca llamada Fran! ¿O es torre de defensa?... Umm... Creo que esa es mi salida.

Salí de mi habitación y me dirigí hacia la derecha en donde se encontraba la habitación de otro niño, el cual se encontraba sentado a la orilla de su cama.

- ¡Hola, Phil! – Le dije.

- Hola...

- ¿Cómo estás?

- Todo el mundo dice que estoy enfermo.

- ¡Siempre dicen eso! ¡Son unos estúpidos!

- ¿Te irás esta noche?

- ¡Lo haré, si tú me ayudas!

- ¡Lo único que sé es que la oficina es la llave!

- ¿La llave? ¿Hay una llave dentro de la oficina?

- ¡Vi a un doctor escribir un código secreto!

- ¿Un código secreto? ¿Para abrir la puerta secreta?

- Él no quiere que te lo diga...

- ¿Quién?

- Él...

Hizo una señal con el dedo, entonces se abrió una especie de portal, dentro de él apareció aquel monstruo...

- Todas las puertas están cerradas. Eres prisionera de mis juegos y nadie va a ayudarte a escapar.

- ¡Déjame en paz! ¡Te odio! – Dije entre lágrimas. – Mamá... papá... os necesito tanto ahora mismo... ¡No! ¡No dejaré que ese monstruo me pare!

Iba a retirarme de ahí, pero vi algo que llamó mi atención: ¡Oh oh! ¡Una caja secreta! Shh... - Como estaba abierta, la revisé y encontré una llave, eso ciertamente abrirá algo.

Salí de aquella habitación dirigiéndome hacia la izquierda en donde había una señora en un escritorio, me acerqué a ella.

- ¡Oh, Fran! ¡Estás despierta! Bien. – Me dijo.

- ¿Cuánto tiempo llevo dormida?

- Tres días quizás...

- ¡Oh no! ¡Son muchos días! ¡Debería encontrar a gatito!

- ¡Tu gato está probablemente muerto, niña! Y ahora vete, ¡estoy trabajando!

- Gatito dijo que las tomara de todas formas... ¡Oh, lo olvidé! ¡Algo ha pasado!

- ¿Ves? ¡Solo traes problemas! ¿Qué pasa?

- Estaba intentando mirar afuera y he roto las cortinas accidentalmente...

- Accidentalmente... Tengo que arreglar esto. ¡Sígueme!

Se levantó de su escritorio y se dirigió a mi habitación, sentí curiosidad por hurguetear en sus cosas, pero mejor decidí ir a hablar con ella.

- Se ha perdido algo... ¿Has visto el gancho que mantiene arriba las cortinas?

- ¿Qué es un gancho?

- ¡Bueno, tengo que ir a buscar algo para arreglar esto! Pequeña... niña.

Al irse de la habitación decidí ir a investigar un poco aquel escritorio en el que estaba antes. Allí pude encontrar curitas que me servirían para que la sangre no se derramase. Encima de la mesa había un libro que habla algo sobre los traumas, recordé que esa es una palabra que le encanta decir al doctor.

A un lado de ese libro se encontraba una nota, no pude entender mucho la letra, pero decía algo así: "La paciente ha estado durmiendo la mayor parte del tiempo. Solo se levanta para beber agua, pero no creo que ella lo recuerde. Después de beber, vuelve a la cama a dormir. No se ha sociabilizado en 3 días. Algunos niños vienen preguntando cuándo va a salir a jugar".

En el cajón del escritorio hay una caja que tiene una clave y abajo ponía "hide", había notado que en la nota anterior estaban anotadas unas letras y números, entonces intenté probar con ello y en efecto sí funcionó; la clave era: "8945". La caja se abrió y dentro de ella estaban las pastillas rojas que gatito dijo que me ayudarían.

Al tomármelas, la habitación se tornó horripilante, tal como la otra vez. Las paredes con sangre, en el escritorio había una sombrada sentada, en la silla de ruedas que había en la habitación estaba el cadáver de una enfermera, y en la pared estaba escrito: "vigila tus pasos" con sangre.

Fui a mi habitación en ese estado, miré por la ventana y había tres sujetos con una capucha negra, uno de ellos estaba sosteniendo del cabello mi cabeza decapitada. La hoja que antes tenía mi información decía: "¿quién lo hizo?", y en la pared estaba escrito con sangre: "No fui yo". En lugar de mi cama ahora había un gran hoyo que tenía unas escaleras las cuales llevaban a algún lugar, decidí bajarlas y me encontré con algo extraño.


Fran BowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora