Capítulo 1:Mi día sobrio (Parte 4)

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Usé la llave para abrir la oficina y me encontré con el mismo lugar en el que desperté la primera vez. Me fijé que había otra llave colgando de la pared, así que obviamente la tomé. En la pared también había un cuadro con varias hojas de información, entre ellas encontré el código del que me había hablado antes Phil. Cuando iba saliendo de la habitación, me topé con Phil que venía entrando...

- ¿Phil...?

- Una niña olvidada, sin familia ni gato, morirá cuando la luna llegue.

- ¿A qué te refieres?

Entonces él retrocedió unos pasos y cerró la puerta con fuerza, dejándome encerrada allí dentro. Como no tenía salida, decidí tomarme una pastilla, a veces me habría caminos nuevos... La imagen que se tornó a continuación era extraña, en la cama me veía yo misma muerta en forma de cadáver y con todos mis órganos fuera; en la silla, había una sombra que susurraba: "Aunque tus ojos estén abiertos, no puedes entender". Me giré y vi que un conducto en la pared estaba abierto, por lo que quise entrar. Caminé y caminé por los tubos hasta que en un momento caí en otra habitación que parecía una bodega de limpieza. Había unas escaleras que conducían a una puerta que claramente estaba cerrada, pero recordé que llevaba la llave que tomé de la oficina y en efecto esta sirvió para abrir aquella puerta. Cuando quise entrar, algo me cerró la puerta en la cara, entonces detrás de ella apareció aquel monstruo otra vez diciéndome: "Si encuentras dificultades, sabrás que he sido yo. Estaré en cada esquina para hacerte sufrir y llorar. Si decides desobedecer, la vida de tu gato quedará marcada." Entonces me desmaye... otra vez.

Mientras estaba dormida tuve una especie de visión, pensamiento o algo por el estilo. Me veía abrazando a mi gatito diciéndole:

- Oh, mi gatito... Pronto volveremos a estar juntos, ¡lo prometo! Te echo de menos mi querido... Te echo mucho de menos ¿Por qué te vas? ¡Por favor, no me abandones, Sr. Medianoche!

Vi que entró a un laberinto, pero antes de irse me dijo: "Al final del laberinto, Fran" y se fue.

Desperté en la misma habitación preguntándome si aquellos sueños eran reales o no, pero de todas formas sabía que debía encontrar aquel laberinto de algún modo, tenía que encontrar al Sr. Medianoche.

Sin duda alguna volví a subir las escaleras y al entrar por esa puerta me encontré con un salón que tenía varias puertas dentro y más escaleras. Al subirlas me encontré con otra oficina en la que estaba una enfermera hablando por teléfono.

- Sí, me llevé al nuevo a la planta de arriba. ¿Fran Bow? No, no la he visto. ¿La llave del sótano? Bueno, no... ¿Y la oficina del doctor? Él solía tener la llave allí. ¡Cálmate! ¡La llave no está aquí! ¡Claro, si aparece te lo haré saber! ¡Pero por favor, cálmate! Sí, te la entregaré si aparece, ¿vale? Adiós.

Ya estaba en recepción, pero tenía que deshacerme de la enfermera para poder seguir avanzando, por lo que tomé una pastilla para buscar una solución. Como la habitación cambia de aspecto cada vez que las tomo, avancé hacia un tablero en donde se pueden poner las llaves, entonces decidí colgar la llave que tenía antes allí. Retrocedí donde la enfermera no podía verme y dejé que el efecto de las pastillas se acabara, una vez hecho esto, la enfermera se dio cuenta de las llaves.

- Oh, la llave estaba aquí después de todo. Será mejor que la recupere.

Se levantó, tomó la llave y se dirigió a entregarla de vuelta. De este modo, pude dirigirme al tablero en donde debía colocar el código, este era: "2932". Hecho esto, la puerta que daba a la salida se abrió, la enfermera anciana justo iba pasando por fuera de la verja, pero no logró notar que yo estaba del otro lado, así que me apresuré y salí hacia afuera.

Al salir a la calle el guarda se asomó y me vio.

- ¡Putita! ¡Te haré pagar por lo que has hecho!

Luego de haber dicho eso, algo sucedió y su cabeza se despegó de su cuerpo extrañamente haciendo que este muriera. Claramente eso fue obra de aquel monstruo que volvió a aparecerse frente a mí.

- Niñita lista... ¿crees que puedes escapar?

Pasó sus manos sobre mí haciendo que me desmayara, iba arrastrándome de un pie de vuelta a ese lugar, pero algo lo detuvo.

- ¿Qué? ¡No puede ser! ¡No...!

Algo hizo que desapareciera, y entonces el muñeco de Sr. Medianoche salió de la puerta dirigiéndose al bosque. Me levanté rápidamente, tenía que encontrar el laberinto. Seguí al muñeco del Sr. Medianoche, este me llevó al laberinto y me condujo hasta el final de él. En ese momento me di cuenta que al final del laberinto encontré a las malvadas criaturas de la noche, ellos intentaron atacarme y se reían de mí. Pero había un lado bueno, un gato lleno de tornillos y tuercas, sería siempre mi guía... Se metió por una especie de cañería por la que corría mucha agua, claramente yo debía ir detrás de él. De pronto me di cuenta que la foto que tenia de mis padres se me había caído y el agua se la llevaba hacia afuera, quería recuperarla, pero las criaturas estaban también allí; solo me armé de valor y seguí mi camino, dejando aquel recuerdo atrás.

Fran BowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora