Capítulo 2: Parte 2 Doble personalidad (Parte 4)

154 3 1
                                    

*Punto de vista de Sr. Medianoche.

Desperté sin saber qué es lo que ha pasado, estaba en un lugar extraño, parecía un bosque, pero con árboles hermosos y la vista era muy linda. No sabía dónde se encontraba Fran, solo vi que su ropa estaba esparcida por el suelo. Noté que su vestido estaba encima de un tronco, fui a tomarlo cuando me di cuenta que aquel pedazo de tronco tenía ojos.

- ¡Aaah! ¡Que árbol tan feo! ¡Te arañaré, cosa maligna!

- ¿Gatito...? ¡Gatito! ¡Para! ¿De qué estás hablando?

- ¿Fran...? ¿Cariño mío? ¿Eres tú? ¡No puede ser!

- ¿Qué pasa, querido? Claro que soy yo. ¿Quién voy a ser?

- Fran... ¡ERES UN ÁRBOL!

- ¡No digas tonterías! ¡Ayúdame a levantarme!

- ¡Espera un segundo! ¿Dónde están mis manos...? ¿Por qué no puedo moverme?

- ¡Te lo estoy diciendo, querida! ¡Te has convertido en un árbol!

- ¿Qué? Pero, ¿¡cómo?! Oh, querido, ¡esto ya es el final! ¡El monstruo grande lo hizo! ¡Lo sé, gatito! ¡No nos dejará volver a casa!

- ¡Espero que no vuelva! ¡Daba mucho miedo!

- Él siempre vuelve...

- Creo que le recuerdo. De esa noche... en la que papá y mamá murieron.

- Gatito... No quiero hablar de ello... Solo quiero volver a casa...

- ¡Pero eres un árbol, amiga mía! ¡Un árbol! ¡No puedo llevarte de camino a casa! Además... ¡Tampoco estoy seguro de dónde estamos!

- ¿Voy a morir, gatito? ¡Dímelo!

- Por favor, no digas eso, Fran... ¡No me dejes!

- Pero... Me siento tan débil...

En eso, llegaron de la nada unas extrañas criaturas, parecían una zanahoria y un árbol anciano, estaban en una especie de canoa.

- ¡Homka! ¡Ig ni me haula! – Dijo aquella criatura que parecía zanahoria.

- Kolke, kolke ig runnma. ¡Pasgu haula ni! – Dijo el anciano.

- ¡Ig ni jokle! ¡Vanti! – Continuó el otro.

La pequeña zanahoria, se levantó de la canoa y caminó hacia Fran, punzándola con su palo.

- ¡Aaah! ¡Tenga cuidado, señor! ¿Por qué me está atacando? ¿Puede decirme donde estoy, señor...?

- ¡Haula, kolke! ¡Haula!

- ¡Detente! ¡Te arañaré!

- ¡Haula! ¡Runnma ig ni!

- ¿De qué están hablando? ¡Oh, gatito mío! ¿Por qué nos está pasando esto?

- ¡Haula!

- ¡Deje de atacarme, por favor! ¡No me haga daño!

- ¡Haula ig, ni vanti!

- ¡Gatito, ayúdame! ¡Encuentra mi monedero, por favor! ¡Quizá pueda hacer algo!

- Veré lo que puedo hacer, Fran.

Caminé buscando aquel monedero, hasta que llegué a un lugar donde había un puente que se manejaba con una clase de mecanismo de ruedas, el monedero estaba en una hoja en el agua. Me acerqué a girar la palanca del mecanismo para que el puente se extendiera y así alcanzar el monedero, pero cada vez que me acercaba este volvía atrás. Por lo que tuve que tomar una piedra que serviría para atascar las ruedas y así pude conseguir el monedero. Fui a entregárselo a Fran.

- ¡Fran, cariño mío! ¡Tengo el monedero!

- ¡Es increíble! ¡Eres el mejor, Sr. Medianoche! Y ahora, ¡muéstrale mi foto de familia al señor que me está atacando! ¡A lo mejor así entiende lo que es un ser humano! Bueno... ¡o eso espero!

Le mostré la foto a esa criatura...

- ¿¡Oanum? ¿Ni hauka...? ¡Aaaah! ¡Runnma! ¡Paskin oltau!

Después de decir eso, tomó a Fran y quiso meterla en esa canoa.

- ¿Eh...? ¿Adónde me lleva, señor vegetal?

- ¡Quieren ayudarnos, Fran! ¡Lo presiento!

- ¡Uke runnma! ¡Epo!

- ¡No tengas miedo, amiga mía!

- ¿¡Gatito?! ¡Detenles, por favor! ¡No me dejes!

- ¡No me separaré de tu lado!

- ¡Galopma! ¡Galopma!

Me subí a esa especie de barco y salimos volando de ahí.


Fran BowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora