Capítulo 3: Estado vegetal (Parte 1)

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*Punto de vista de Fran Bow.

Las criaturas nos llevaron a un lugar en donde estaba sentado un árbol más grande que ellos, al parecer era su rey.

- ¡Itmen baul menokaist beh! ¡Ziar! ¡Ni haula...! ¡Oanum! – Dijo el pequeño vegetal.

- Irshmau, iptem gorska. Emitan... ¡ul friol! – Contestó el rey.

- ¡Gorska, Ziar o!

La criatura caminó hacia atrás de nosotros, y ahora aquel rey se dirigía a nosotros.

- Bienvenida, criatura. Mi nombre es Ziar. ¿Hablas en humano?

- ¡Oh, cielos! ¡Sí, así es! ¡Por fin!

- Mi buen amigo Ryde me contó que le enseñaste una ilustración... ¡Con cuatro humanos y un gato! Supongo que eres uno de ellos... ¡Pequeña niña! Por favor, ¡disculpa si mi buen amigo te asustó! Nunca antes vimos a un humano que pareciese un árbol...

- ¡Sí! ¡Deje que se lo explique!

- ¡Jojojo! No hace falta hablar, mi niña. ¡La semilla me lo muestra todo! ¡Iptem monakaist ekto! ¡Ekto bro! ¡Ekto prote!

Al decir eso, de su mano salió una clase de polvo mágico que voló hacia mí e hizo que me creciera una manzana de una rama. Y entonces Ryde brincó hacia mí y arrancó la manzana entregándosela al rey.

- Mmm... Déjame ver... ¡Eres buena! No hay duda de ello... ¡Una buscadora de la verdad! Muy común en el árbol genealógico de la familia Bow. ¡Ah! ¡Tu nombre es Fran! La niña con tanta pasión por vivir. ¡Veo mucho amor hacia esta pequeña criatura que hay a tu lado! ¡Un gato! Protector de los portales... Interesante.

- ¿Puede ver todo eso en una semilla?

- Tranquila... Veo algo más... ¡La semilla no esconde nada! Veo un mundo que nadie debería ver... Ninguna persona, excepto una.

- ¿Qué quiere decir con "excepto una"? ¿Se refiere al monstruo?

- Se supone que no deberías estas aquí, Fran... Es lo único que puedo decirte, mi niña.

- Comprendo... pero, ¿puede entonces ayudarme?

- No podemos dejar que te vayas ahora. Es demasiado peligroso para nosotros. ¡Nunca deberías haber sido consciente de nuestra existencia!

- ¡Debe haber una manera! ¡Dígame! ¿Estoy... muerta, o algo?

- ¿Muerta? ¿Qué quieres decir con eso?

- Ya sabe... cuando ya dejas de existir. No es normal ser un árbol... ¡Debo de estar muerta!

- La muerte no es más que la ausencia de amor.

- Una vez que no puedes sentir amor, mueres... incluso si tu cuerpo todavía anda.

- Entonces, si no estoy muerta, ¡tiene que ayudarme a volver a casa!

- Pequeño gato... Acércate. Deja que te vea. ¿Cuál es tu nombre?

- Mi nombre es Sr. Medianoche...

- Ciertamente, un nombre muy bonito. ¿Crees que Fran debería volver a casa?

- ¡Sí, lo creo, señor! Muéstrenos el camino a casa, ¡se lo imploro!

- ¡Ah! Tengo una pregunta. ¿Es usted el Rey?

- Jajaja, ¡sois graciosos! Sí, ¡soy el Rey! ¡El Rey de Ithersta!

- Oh! Que honor su majestad. Por cierto, me gustan sus hojas... ¡Son preciosas!

- Rey, señor... ¡Por favor! ¿Va usted a ayudarme?

Fran BowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora