Eran ya casi las dos, Aaron le había ofrecido ya dos copas a la chica que tomó gustosamente.
La puerta del sótano se abrió de nuevo, y un chico casi de la misma altura que Aaron, rubio, con un brazo lleno de tatuajes y un piercing en su ceja derecha se abría paso entre la gente, Aaron se tensó durante unos segundos y arrastró a Anna hacía la improvisada barra.— Te propongo algo. — Dijo acercándose un poco a su oído para que se le escuchara aún con la música y consiguiendo también taparle al chico rubio de su campo de visión. Ella simplemente asintió esperando a escuchar su idea. — Un concurso de chupitos, entre tu y yo. — Le puso una sonrisa que dejaría a cualquier chica enamorada en segundos, y ella frunció el ceño. Era muy competitiva pero, le daba un poco de miedo, el seguro era experto en el alcohol y no quería perder. — No seas gallina pequeño tomatito miedoso. — Ella enarcó una ceja mirándolo con una sonrisa.
— No creo que te guste quedar como una nena perdiendo ante tus amigos, pero si insistes. — Él dejó que un carcajada escapara entre sus labios, y ella no pudo evitar fijarse en lo rematadamente bien que le quedaba el piercing en su labio inferior.
— Vamos bebé, pero si gano quiero mi premio. — Parecía ser que susurrarle con voz misteriosa y sensual se le estaba haciendo demasiado normal, rodó los ojos ante sus pensamientos y se giró hacia el chico que iba a servirles los chupitos.
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They.
Short StoryÉl la observaba frío y distante. Ella, era una muchacha trabajando en un café. Todo era un perfecto cliché, hasta que ella derramó todo su café sobre él.