— Bueno esto parece que ya esta, estúpido Aaron, claro yo también subiría a dejar a una chica en lugar de barrer la mierda de mis amigos — una carcajada le impidió continuar con su sarta de maldiciones sin sentido.
— Hermano, te estaba buscando.— Dijo con una media sonrisa, pero en cuanto recordó el por que estaba ahí se le borró. — Escuché algo de lo que hablabas con Anna, y... Me gustaría saber si escuche bien.
— Los borrachos siempre dicen la verdad. — Dijo con una sonrisa en la cara y palmeándole la espalda. — Oh y — Volteó hacía el otra vez. — no esta bien escuchar conversaciones ajenas. — Y con esas palabras retomó su camino hacía la puerta. — ¿Sabes? No todos los hermanos tienen roces Aaron. — Roces decía. Sino me contaba con pelos y señales la conversación ahí ardería Troya.
Hice caso omiso a sus palabras al dirigirme hacia él, no necesitaba más motivos para querer machacarle. — Escuché — Hizo un gesto para que me callara.
— Se lo que escuchaste, o al menos creo saberlo. Escuchaste una mínima parte de la conversación en la que ella fingía odiarte. ¿O me equivoco? — Sonrió cínicamente, como le gustaba tener el 'poder'. Mi oscura mirada pareció ser suficiente para que continuará con su relato. — Hablé con ella sobre ti, y solo puedo decirte que me gusta esa chica. No la cagues como acostumbras a hacer. — Y finalmente consiguió salir de esa habitación sin ser perseguido por mi y mis dudas.
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They.
Short StoryÉl la observaba frío y distante. Ella, era una muchacha trabajando en un café. Todo era un perfecto cliché, hasta que ella derramó todo su café sobre él.